REMAIN [ luwoo. ]

şecond

Jungwoo se levantó con deseos de seguir durmiendo. En realidad, no estaba demasiado cansado, sólo que afuera hacia un frío horrible y el coreano lo único que quería en ese momentos era acurrucarse entre las sábanas y quedarse ahí hasta que el sol saliera.

Yukhei aún dormía a su lado, con sus ojos invicibles a causa de sus grandes párpados cubriendolos.

Para Jungwoo, en ese momento, YukHei era como un cristal; tenía miedo de moverlo y de que el contrario se rompiese, o peor, se enfureciese como siempre lo hacía cuándo interrumpía su sueño.

Pero ya era de día, y JungWoo no podía dejar que el chino no cumpliese con ir a la universidad.

- YukHei -susurró en un hilo de voz mientras movió el cuerpo contrario con delicadeza.

Provocó instantáneamente el despertar de YukHei, y es que su sueño era ligero.

- ¿Qué... qué hora es? -respondió el contrario segundos después. Estiró sus delgados pero formados brazos al compás de sus repetitivos pestañeos, para luego observar a JungWoo quién aún yacía observandolo con medio rostro bajo la manta, la cuál sólo dejaba ver sus ojos.

- Un poco más temprano de lo habitual -respondió JungWoo ganándose un bufido del chino, aún adormilado, a un lado de él-. Creí que deberías tomar desayuno antes de irte.

YukHei aprobó con la cabeza, pero aún así se podía hace ver su disgusto. Tomó su chaleco de lana marrón para luego colocarlo sobre su cuerpo. Ni siquiera esperó a JungWoo, quién le siguió milisegundos después hacia la cocina.

Y cuándo llegó al pequeño lugar, YukHei ya tenía preparado dos tazones humeantes que estaban sobre el mesón. El chino le hizo una señal al contrario para que tomase uno, y así fue.

YukHei sintió escalofríos, y Jungwoo pudo percibirlo gracias a sus manos temblorosas tomando el tazón en ellas, queriendo guardar todo el calor en las palmas

- ¿Tienes frío?

YukHei asintió, colocando sus labios en el tazón y bebiendo un sorbo de café, mientras miraba la aún noche pero pronto amanecer por la pequeña ventana.

- ¿Quieres que llame a un médico? No es normal que seas tan friolento -dijo JungWoo, ya teniendo memorizada tal frase. Y también memorizada la respuesta que daría el contrario.

YukHei le sonrió confortablemente.

- Estoy bien, con éste café se me pasará.

Pero aquéllo no calmaba al coreano. JungWoo miró las pálidas manos de YukHei, sintiéndose culpable de alguna manera, y no sabía por qué.

Tocó la mano contraria por un segundo, haciéndo que YukHei se alertara.

Su mano se encontraba realmente helada; en general, el ambiente estaba helado alrededor de ellos, aunque el chino siempre estaba así de congelado.

Hasta en verano, YukHei se sentía frío, y JungWoo no se lo explicaba.

Raramente se atrevía a hacer cosas que molestaran al contrario, pero dejó el café a un lado, estiró los brazos y lo abrazó. Más que nada para darle calor, pero también sintió ese raro estrujido en el pecho que le daba siempre que tenía contacto físico con YukHei (milagrosamente, una vez cada dos meses).

Primeramente supuso que el chino lo apartaría, o sólo se iría a la universidad sin decir más. Esperando que le correspondiese, y ya arrepintiendose de haberlo abrazado, le susurró unas ligeras palabras al oído, que tal vez sonaron inútiles, pero no se arrepintió de decirlas:

- Te quiero, y me preocupas.

Cuándo menos se lo esperó, sintió una fuerza en sus omóplatos que lo acercaba más al chino sin él ser el causante.

YukHei le correspondió el abrazo como si aquéllo fuese lo único que necesitaba.