II: Brisas de otro aire.

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El primer día al fin estaba comenzado, el momento que tanto esperaba ya había llegado, ese año en que se inicia el final de los días en que verás a tus compañeros de forma diaria como se solía hacer cuando los tienes cerca, el año en que el desastre y las ganas de convivir aumentan cada vez mas dentro de ti por que sabes que ya no podrás vivirlos de la misma forma como lo harías después de ese periodo de clases finales.

El timbre ya había sonado anunciando a todos la entrada a sus aulas mientras Axel se encontraba sentado esperando a que llegaran antiguos y nuevos compañeros al salón. ¿Y yo que hacía?... Yo solo esperaba a la chica que me había llamado la atención desde que la vi entrar a la escuela con la mirada curiosa fija en la arquitectura de la misma, supuse que ella era la nueva del salón de la que Axel me había comentado. Me quedé pensando en posibles nombres, tenía la cara de Karen, Liliana, Jazmín, Margareth, Paola o algo así, un nombre de una persona tranquila y curiosa, y esos símplemente la describían a como yo lo noté.

"Buenos días alumnos, siéntense por favor" Anunció el profesor después de entrar, y los demás hicieron caso, sin embargo yo seguía viendo por la ventana. "De acuerdo, me agradaría empezar anunciándoles que dos compañeras mas se agregan al grupo este año, por favor, preséntense". En ese momento voltee atento a la puerta, donde de inmediato entró ella y una chica más.

"Hola, me llamo Katherine, mucho gusto". <<Katherine, ¿ah?, no se me hubiera ocurrido ese nombre jamás>>  pensé, entonces ella solo se dirigió a una banca enfrente del escritorio del profesor, sacó sus plumas y un cuaderno pequeño. 

"Okay, sigue usted señorita"

"Yo me llamo Daniela, mucho gusto igualmente". Esta era un poco mas delgada y alta, se veía madura pero tenía el mismo porte de elegancia que presentó Katherine enfrente del grupo, y de la misma forma sacó plumas y cuaderno.

Me quedé mirando fijo al lugar donde se encontraba Katherine viendo cada detalle que hacía, no lo se, me daba mucha curiosidad poder saber como era aún desde un poco lejos, y me quedé perdido bastante tiempo hasta que el profesor comenzó a explicar la evaluación que utilizaría y los materiales que necesitaríamos para el semestre.

El día corrió como cualquier otro primer día de clases, los profesores bromeaban, amenazaban y advertían sobre las evaluaciones, mientras que nosotros en los tiempos libres aprovechábamos para poder platicar entre todos, y durante esos breves tiempos traté de hablarle a Katherine, pero simplemente escuchaba música con audífonos o se acercaban mas chicas del salón a conocerla <<Luego le hablarás sin interrupciones Jhon, solo se paciente>>.

"Es mas guapa de cerca, ¿no lo crees?" Preguntó Axel con un susurro al oído.

"¿De quién hablas?" Respondí con discreción.

"¿Pues de quién crees genio?"

"¿Katherine?..."

"¿Qué?... ¡No!, hablo de Daniela" Voltee un poco para poder ver su cara de estúpido, era algo que me daba mucha risa por que siempre hacía mas pequeños los ojos mientras giraba ligeramente la cabeza y abría su boca impresionado de tanta belleza que proyectaba su mente. Siempre me dio curiosidad que tanto imaginaba en esos momentos.

"Ah... Claro amigo..."

"Aunque tampoco Katherine está mal, mira simplemente esa espalda escotada"

"¿Solo te fijas en el cuerpo?"

"No siempre". Ignoré su comentario y volví a mirar a la ventana pensando en la mentalidad de Axel, ¿de dónde sacaba tanta perversión?

El día siguió y yo no dejaba de mirar curioso al lugar de Katherine, realmente había algo que no me permitía mirar a otro lado, pero sabía que aún no me gustaba, solo era atracción.

Sonó la campana del receso y yo moría de hambre, así que bajé con Axel a la cafetería y compré un burrito junto con una torta y un té helado, le invité unas papas a Axel y volvimos al salón pues solo teníamos cuarenta minutos de receso, era bastante tiempo, pero aún así se iba muy rápido como para poder disfrutar un alimento al cien por ciento, como se merece. Me dirigí a mi lugar mientras Axel volvía a hablar de Daniela y su simple y modesta hermosura que deleitaban los ojos de los mismos ángeles, pero yo solo lo ignoraba viendo a Katherine caminar hacia una banca con mesa que estaba justo debajo de la sombra un árbol a tan solo cinco metros de la entrada. Se encontraba sola, solamente acompañada por una bolsa de papel donde sacó su desayuno, eran dos panes de dulce, una torta y una manzana picada dentro de una bolsa, y a su vez abría la tapa de un vaso de café que había comprado un poco antes de que yo comprara lo mio. Se veía tierna soplando a su café para que se enfriara un poco mientras acomodaba todo su desayuno en la mesa. <<Que padres tan dedicados>>, pensé.

Para cuando terminó el receso ya solo faltaban tres horas y media para que acabaran las clases de ese día, nos iríamos a casa con la tarea de comprar los materiales que los profesores nos habían solicitado, así que esperé a la última campanada del día dibujando fantasías en las últimas hojas de mi cuaderno en momentos donde los profesores hacen juegos forzados para que los alumnos no se aburran después de explicar lo que necesitarán.

Siempre me acompañaba un compañero de mi salón que vivía cerca de mi casa, su nombre es Erick, es un chico muy ocurrente, y siempre, por cualquier cosa te hacía reír. Ese día no fue la excepción para que él me acompañara a mi casa. Así que cuando sonó el timbre inmediatamente alistamos nuestras cosas y nos fuimos directo a nuestras casas después de despedirnos de nuestros compañeros. 

En el camino a casa Erick me comenzaba a hablar sobre sus vacaciones, que estaba emocionado por empezar el fin de la preparatoria y que pronto él ya sería independiente, tal vez compartíamos las mismas emociones y los mismos deseos, pero no de la misma forma. Platicamos mas cosas acerca del inicio del semestre y nos burlamos un poco de los profesores que nos asesorarían durante ese periodo de tiempo, con él nunca se acababa la charla hasta el momento en que yo casi llegara a mi casa. Cuando llegamos a mi casa él se separó y tomó su propio camino y yo me comenzaba a dirigir adentro. Miré desde afuera cómo se veía mi casa con el patio marchito y sin mantenimiento por varios meses atrás, entré en una corta nostalgia y dije despacio:

"Hola mamá... Ya llegué..."

Esperanza desolada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora