Ya habían pasado tres semanas desde que Gokú asistía como alumno libre a la facultad de Gastronomía, el joven de cabello alborotado a pesar de que había quedado con el director de su facultad que solo entraría a las clases de línea, el entraba a todas las clases posibles con tal de estar cerca de la pelinegra, así mismo ya había conseguido el horario de Vegueta y así le era más fácil evitar encontrarse con él.
Gokú a pesar de asistir a la universidad, asistía también al gimnasio y de esa manera evitaba que alguien pudiera siquiera sospechar lo que el jovencito hacía en las horas que no asistía allí, él único que sabía de que ahora asistía en diferentes horarios era su maestro a quién Gokú le había pedido que no comente con nadie ello, ya que como la mayoría de sus amigos estudiaban casi ninguno notaba el cambio.
Vegueta como siempre lo encontraba en el gimnasio cada vez que iba ni sospechaba que Gokú y Milk se conocían, que este estaba asistiendo a la misma aula que la pelinegra y que se habían hecho amigos, tanto así, que compartían todos los grupos juntos, haciendo que esta cercanía cada día fortalezca más la amistad que había nacido entre los dos.
Milk las pocas veces que había visto con Vegueta en la universidad no le había comentado de su amistad con Gokú debido a que tenía temor que el joven cabello de flama se lo comente a su padre y este se moleste con ella porque hasta el momento el joven de cabello alborotado no había ido a su casa para que su padre lo conozca ya que debido a la universidad y al gimnasio no se daba el tiempo hasta ese momento y la pelinegra tampoco quería insistir con las normas de su padre con él pues lo que menos quería era que él se aleje de ella por las absurdas normas de su padre, ella por primera vez estaba teniendo un amigo sin que su padre primero lo allá aprobado y se sentía muy feliz y no quería de dejar de sentirse así. El joven cabello de flama debido a que los horarios de él y la pelinegra casi no coincidían y que los fines de semana ella casi siempre se encontraba ocupada con algún trabajo de la universidad no había podido volvérsele a declarar.
Universidad:
Un joven de cabello alborotado y una pelinegra se encontraban sentados en una de las bancas que había en el patio de su facultad platicando aprovechando su receso.
Te traje algo, decía Gokú sacando un par de tapers de una bolsa de papel y dándole uno a la pelinegra que lo abrió inmediatamente.
Pastel de fresas, mi favorito, dijo Milk tomando una pequeña cucharita descartable que había para probarlo.
Lo hice yo, mintió Gokú mientras pensaba: Con la mentira que le dije de que se cocinar de todo ahora no puedo salirle con que todo fue una mentira cuando sea el momento adecuado le diré todo pero ahora no, la única forma de conquistarla y ganársela a Vegueta en siendo el chico perfecto, pues entonces lo seré, total una mentirita piadosa no le hace daño a nadie.
¿En serio?, dijo Milk dulcemente sonriendo mientras comía el pastel.
Si en serio angelito bello, dijo Gokú haciendo sonrojar a la pelinegra mientras el también comía su rebana de pastel.
Pues está delicioso, ¿Y cómo le hiciste la crema?, a mi no me sale tan bien, decía Milk dulcemente.
La cre....., crema, decía Gokú mientras trataba de buscar en su cabeza alguna salida para la pregunta de la pelinegra.
Si la crema, decía Milk sonriendo dulcemente.
Bueno, la crema esta hecha de fre...fresas, leche, clara de huevo...., decía Gokú mientras en su pobre cabeza buscaba que más decir cuando el timbre que indicaba que el receso había acabado sonó.
ESTÁS LEYENDO
"Ladrón que roba a ladrón....."
RomanceVegueta Ouji, tú me robaste el amor de mis padres, yo te robaré el amor de la mujer que dices amar total: ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón