Un atractivo jovencito de cabello de flama hablaba por celular con alguien mientras un joven de cabello alborotado escuchaba su plática tras la pared.
¿Qué dices hermosa?, ¿aceptas mi invitación?, decía Vegueta.
Es que hoy no puedo, nos dejaron muchas tareas y mañana tenemos examen ¿no lo recuerdas?, decía una dulce voz a través de la línea telefónica.
Pues lo hubieses dicho antes, ¿qué te parece si nos encontramos en la biblioteca de la preparatoria y allí te apoyo?, yo ya hice toda la tarea y en cuanto al examen pues esta muy sencillo hermosa, tú eres muy inteligente no me vas a decir que el examen de mañana te parece difícil, decía Vegueta sonriendo.
Pues si, si está sencillo, pero las tareas aún no las hago, decía la pelinegra.
Como te dije ese no es problema, ¿Nos encontramos en una hora en la biblioteca?, ¿qué dices te apoyo con la tarea?, y luego aceptas mi invitación, decía Vegueta.
Esta bien, ¡gracias Vegueta¡ tu siempre tan atento conmigo, decía la dulce voz.
No lo puedo creer, ¿quién será la valiente niña qué sale con alguien tan detestable como Vegueta?, se preguntaba el joven de cabello alborotado.
¿Qué haces allí?, dijo Vegueta al darse cuenta de la presencia del joven de cabello alborotado.
Esta es mi casa, puedo estar donde yo quiera, dijo Gokú con ironía.
Si, es cierto es tu casa, pero acaso no te enseñaron a respetar las conversaciones ajenas, dijo Vegueta.
¿Qué estabas platicando con alguien?, pues yo no veo a nadie, ¿No estarás volviéndote loco?, dijo Gokú haciéndose el que miraba a todos lados.
No te hagas el payaso, en todo el caso el loco eres tú, dijo Vegueta pasando a paso rápido junto al joven de cabello alborotado empujándolo haciéndolo tambalear.
Que te pasa oportunista, dijo Gokú con molestia.
¿Qué has dicho?, dijo Vegueta deteniendo sus pasos y girando a ver al joven de cabello alborotado.
Solo la verdad, eres un oportunista, ladrón, dijo Gokú.
¿Ladrón?, dijo con mirada ceñuda Vegueta mientras se cruzaba de brazos y miraba al joven de cabello alborotado con altivez.
Sí, te estás aprovechando de la situación para robarme el cariño de mis padres, decía Gokú.
Eso no es cierto el cariño de tus padres lo pierdes tu solito con tu forma de ser, dijo Vegueta sonriendo.
Tú eres un hipócrita, dijo Gokú.
Eso no es cierto, yo soy mejor que tú, en todos los aspectos, ahora si me disculpas llevo prisa, dijo Vegueta continuando su camino.
Minutos después:
Un joven cabello de flama llegaba a una biblioteca donde una bella pelinegra lo esperaba en una mesa.
¡Hola hermosa¡ ya estoy aquí, decía Vegueta.
¡Hola Vegueta¡ dijo la pelinegra dulcemente sonrojándose.
Empecemos, dijo Vegueta abriendo uno de los libros de la pelinegra mientras esta sonría.
Mientras tanto:
El joven de cabello alborotado entraba al gimnasio donde entrenaba.
¿Y Vegueta hoy no vino contigo?, dijo Piccolo.
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"Ladrón que roba a ladrón....."
Roman d'amourVegueta Ouji, tú me robaste el amor de mis padres, yo te robaré el amor de la mujer que dices amar total: ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón