El comienzo.

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TAKAO KAZUNARI.

PRIMER DÍA EN SHUTOKU.

Genial, primer día de clases en el nuevo instituto y me había quedado dormido, apenas tuve tiempo de tomar un vaso de jugo de la cocina y poner una tostada en mi boca, para salir y montar mi bicicleta lo mas rápido posible camino a la escuela.

Tome varios atajos y por suerte esquive a un par de personas, mi padre me habría reprendido por aquello llamandome imprudente; apenas quince minutos antes de las siete de la mañana llegue derrapando a la entrada del instituto shutoku, donde los últimos alumnos iban entrando con prisa.

Me dispuse a asegurar con la cadena mi bicicleta en el parqueadero cuando un pequeño altercado en la puerta principal llamó mi atención; un chico alto, demasiado alto, jalaba y además intentaba ingresar en las instalaciones del plantel, una carretilla, si, una de esas para transportar carga jaladas por una bicicleta; sostenía un debate con el guardia.

-Lo lamento joven, pero no puede ingresar con ese artefacto a la escuela, debe dejarla en el estacionamiento como todos los vehículos.

Alcance a escuchar que el hombrecillo le respondió a aquel peliverde ¿Por que sera que aquel chico se me hacía conocido?

-Yo no tengo una cadena, Oha-asa solo mencionaba la carretilla en su pronostico'Nanodayo.- Respondio el chico peliverde.

-Pues lo lamento joven Midorima, no puede ingresar con ese objeto enorme en la escuela.- Fue la última palabra que te dirigió el guardia.

"Midorima... Como el tirador de Teiko... ¡Claro,Es Midorima Shintaro!"
Pensé y de inmediato me acerque y le ofrecí mi ayuda. Ahora estaba claro esa fue la primera vez que te vi en shutoku.

-Puedes asegurarla junto a mi bicicleta, hola por cierto, soy Takao Kazunari.
Hablé y al mismo tiempo tome la soga y lleve la carretilla para asegurarla en mi bicicleta.

-Mi equipo de secundaria jugó contra Teiko el año pasado, ustedes ganaron... Te recuerdo.. Tiros triples..

Añadí terminando de amarrar la cerretilla y la bicicleta, quedando de frente a Midorima.

-Hm... No tengo idea de que me hablas, yo no te recuerdo.

Me respondiste golpeando mi sensibilidad deportiva ¡Como es posible que no me recordaras! Nos costó tanto esfuerzo aquel enfrentamiento; mi episodio depresivo fue interrumpido por la campana de la primera clase haciéndome dar un sobre salto.

-¡¡¡Waaaaa, llegaremos tarde en el primer día!!!

Entonces jale tu mano y sin esperar tu respuesta ambos corrimos ingresando al edificio recorriendo pasillos desiertos.

¿Necesito una razón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora