El sonido del reloj era lo único que se escuchaba en todo el dormitorio, más el sonido del audio de la televisión cambiándose cada minuto. Ningún canal me atraía, todo parecen aburridos para mí, al igual que SeokJin. Él había decidido acompañarme el día de hoy, tenía mucho tiempo sin verlo y me hacía bien verlo de nuevo, no podía estar lejos de mi mejor amigo. SeokJin se encontraba aburrido al igual que yo, y nadie decía ninguna palabra, parecíamos dos desconocidos.
Después de unos minutos veo como SeokJin se sienta recto en el sillón y se posiciona al frente mío.
SeokJin me impresiona de arriba a abajo.—No te ves muy bien Seung Hee, ¿que has estado haciendo estos últimos meses? ¿Estás en una dieta? Te ves muy delgada.
—No.— Me dispongo de seguir cambiando los canales, pasándolos para ignorarlo y que no me siguiera preguntándome sobre el tema.
—¿Estás segura?—Asentí.— Sabes que soy tu mejor amigo y solo te estoy protegiendo, no quiero que nada malo té suceda. Tienes un aura diferente, y no sé cómo explicarlo pero, Seung Hee cuídate. No sabes cuándo puede ser tu último respiro, y lo veo cerca.
Dejo el control remoto y mi vista ya no está en él televisor, lo miro con mis ojos más profundos.—¿Acaso eres vidente ahora Jin?
—¿Que dijeras si te digo que sí?
—No te creería.— le digo rápidamente captando su atención.
—Que pena que no soy uno.— Se ríe y si risa me contamina porqué también lo hago.—Seung Hee, si tienes algún problema no olvides en contármelo, siempre te apoyaré.
—Dalo por hecho.—Le sonreí.
SeokJin deja su sonrisa a un lado para bajar su vista y enfocarse en el anillo que comenzaba a brillar de repente.—Te están buscando.—Murmura.
—¿Ah?—No entiendo a lo que se refiere, pero sigo su vista y me fijo que está viendo mi anillo.—¿De que hablas?—Pongo mi mano derecha arriba del anillo, para que lo dejara de ver. ¿SeokJin sabe lo que hace el anillo?
—¿Ah? Nada olvídalo.—Se rasca su nuca y se para de su asiento, sigo sus movimientos y veo como se aproxima a la puerta.—Me tengo que ir, nos vemos luego Seung Hee.—Se despide de mí.
Había pasado dos horas después de SeokJin se había ido, no había hecho nada entretenido mediante su huida, pero si había pensado en mucho, muchas informaciones en mi cabeza me hacían daño. El anillo todavía seguía brillando y sabía por qué. El príncipe Jeon me necesita, y tenía que ir con él. Jungkook me había quitado las pastillas pero eso no impide de que el anillo me lleve con el príncipe. Tenía otra manera de ir con él, y al parecer Jungkook no lo sabía.
Escucho el sonido de la ventana abrirse y de ahí aparecer Jungkook de repente. Dejo caer todo lo que tenía en la mano, para mirarlo sorprendida ¿que hacia el aquí? ¿y como había entrado por la ventana?
—¿Quien te da el derecho de entrar a mi dormitorio así?—Me acerco rápidamente a él, ¿por qué siempre aparece de la nada?
—Soy tú novio, tengo el derecho.—Camina por mi habitación mirando todo alrededor, hasta que se deja caer en mi cama.
—¿Disculpa?
—No repito dos veces princesa.—Pasa sus manos por su cabellos desordenándolos.
—¡Agh! Sal ahora de mí habitación, tengo cosas que hacer.—Le señalo la puerta de mi dormitorio para que saliera por ella.
—¿Como ir con él principito? Te gusta mucho ir al infierno.
—Cada vez que hablas no entiendo ninguna palabra de lo que dices.—Suspiro frustrada.
—No vallas, si vas ahora te van a lastimar, quédate conmigo.—Se levanta rápidamente de la cama para acercarse a mí y tomar mis manos para llevarme con el hacia mi cama.
Me siento en la cama junto a él y lo miro fijamente.—¿Que me ocultas? Todo el mundo me oculta la realidad de las cosas, no veo el mundo como debería de verlo Jungkook.
Jungkook me toma en sus brazos, recuesto a mi cabeza en su pecho y me dejo caer junto a él en el colchón —Solo confía en mí, aléjate de él, no te está haciendo bien. Te estás dejando desvanecer, lo siento por llegar muy tarde.—Desposita un beso en mí cabeza, para después reposar su cabeza en la almohada.
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