Todos comenzaron a murmurar entre sí, y yo me reía tras eso. El príncipe me miraba sorprendido al igual que su padre. El padre de Jeon lo empujó para posicionarse en el lugar que estaba él, me miraba furioso, tiene llamas de fuegos en su ojos de verdad. Su mirada me asusta demasiado. Me agarró fuertemente por los hombros, sentí unas garras en mi piel, solté sonidos de dolor.
—¿Cómo te atreves a decir que no? Debes de obedecer todo lo que te mandan hacer. Debes de obedecer los mandatos del Diablo, tu Rey. Ahora repitamos esto otra vez y te quiero ver diciendo que aceptas.
—No.—Le escupí en su cara.
—Seung Hee... por favor obedece, es por tu bien.—El príncipe sonaba asustado. Sabía que toda la verdad ahora, Su padre lo obligaba hacer todo lo que él quería y él tenía que obedecer como un buen hijo del Diablo.
—No lo haré, no voy a volverte obedecer, por estar obedeciendo estoy aquí. Nunca tuve de tomarme todas esas pastillas, si no las hubiera tomado estuviera viva ahora mismo, y no en el mismo infierno.
El rey se molestó mucho con todas las palabras que dije. Me empujó hacía el suelo, se quito la bata que tenía puesto y lo lanzo al aire en fuego. Todas las personas comenzaron a correr hacía la salida, pero él hizo que las puertas se cerraran a golpe, lastimando a algunas personas. Las personas gritaban asustados queriendo salir. Yo lo miraba a él molesta.
—Quiero salir de aquí.—Digo.
—No puedes, estás atascada aquí.—Se ríe tras mi comentario.—Nadie te sacará de aquí, si pensaste que tu angelito te iba a salvar creíste mal, él no puede entrar al infierno. Un Dios no puede entrar al lugar donde vive su enemigo.
—Seung Hee...—Escuché un susurro detrás de mí, supe que la voz era del príncipe y le presté atención a su voz.—Lo detendré por unos minutos, mientras lo hago escapa. Sal hacía el bosque, allí encontraras una puerta roja, esa puerta es tu alma es lo que te permite estar viva, intenta salir.—Yo asiento tras su mandato, el entiende.
El príncipe se posiciona al frente de su padre, y no puedo creer lo que mis ojos ven. Una clase de magia negra sale de su cuerpo y se va acumulando en todo su alrededor, cada vez se hace más grande hasta que sale disparado hacía su padre, haciéndolo volar por los aires.
—Ahora.—Grita el príncipe.
Hago caso a su mandato y corro hacía la salida, las puertas se abrieron rápidamente. Corrí y corrí y nunca me cansé. Veía todo pasar a mi alrededor.
Mis píes están cansados y con cicatrices, pero no me importa, todas las heridas que te proporcione ahora me toca a mí. Las lágrimas se acumulan y comienzan a empañar mi visión. Estoy bien, me lo repito, pero se qué no estoy bien. El bosque, ya estoy aquí. Pude observar la puerta roja que había visto antes, está cerca me acerqué hacía ella con mi misión de salir pero alguien me empuja lejos de ella.
Me quejo de dolor, mis brazos tiene cicatrices por todos lados, la sangre baja por mi cuerpo rápidamente. Su padre está a lado de la puerta con un puñal de fuego en su mano.
—¡No!—Grité. Sí quemaba la puerta, no podré salir y mi alma se desvanecerá. Voy a morir.
—Ya es muy tarde, pequeña estúpida, Felicidades, has caído en el juego del diablo y este es tú fin.—La llama aumentó y se dirigió hacía la puerta al igual que yo, corrí hacía ella. Pero había sido muy tarde, ya la había quemado.
Mi cuerpo comenzó a desvanecer al igual que el mundo, comencé a votar todo en mí, mi alma. No me dolía todo lo que me está pasando. Todo el mundo comenzó a quebrarse y el suelo comenzó a abrirse, fuego salía de allí. El rey comenzó a asustarse y miraba todo confundido, todo lo que su reino le estaba pasando.
—¿Qué está pasando?—Comenzó a alejarse, pero eso no evitaba todo lo que estaba sucediendo. Luces comenzaron a verse en su cuerpo, llenando todo su cuerpo en luces hasta explotar al igual que el mundo.
Respiro, respiro. Siento el aire entrar a mis pulmones, escucho ruidos por mis oídos. Mis ojos se abren de repente, todo está claro por unos segundos hasta que mi vista se pone normal. Estoy en mi habitación, todo parece normal. ¿Qué ha pasado? La puerta se abre, y de ahí sale Jungkook agitado. Corre hacía mi abrazándome, no me suelta.
—¿Qué estabas pensando Seung Hee? —Yo lo miro confundido. No entiendo nada. Jungkook toma de mis manos y saca una caja, lo reconozco. La caja que había tomado la primera noche que había comenzado a soñar sobre el mundo.—¿Qué es esto, no pensaste en tomarte esto? Te hacen daño.-Va hacía la basura con la caja y la tira allí.
—¿Qué día es hoy?—Mi pregunta lo desorienta.
—Hoy es Jueves, 13 de enero del 2009.—Me mira confundido tras mi pregunta.
Nada había pasado, ¿todo este tiempo fue un sueño? no entiendo nada. Miro a Jungkook sonriente, el me mira raro tras mi cambio de humor, lo abrazo lo más que pueda. Todo lo que me había ocurrido nunca pasó, me lo tenía merecido tener esos sueños, esto fue una lección en mi vida. Gracias Jungkook por salvarme del infierno.
"¿Alguna vez has confundido
un sueño con la realidad?"失去了现实
ESTÁS LEYENDO
REALITY | jeon jungkook
Hayran Kurgu生活關於現實 «El que vive de ilusiones muere de realidades.» 2016, no copias. ©