Incendio.

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Inicia como algo pequeño.  Como una chispa en plena oscuridad.

¿En qué momento? Ni Keith estaba muy seguro. 

Hasta donde él sabe, aquel sentimiento hacia el paladín amarillo pudo haber surgido en cualquier instante. 

Quizás empezó en una de sus misiones juntos, en el que él hacía el esfuerzo de mantenerlo con calma y a su vez Hunk evitaba que hiciera algo imprudente. 

Quizás empezó entre alguna de las sonrisas y bromas que compartían, riendo hasta que les dolía el estómago. 

O al final de una batalla, cuando no había mayor alivio que ver al otro con vida. 

Sea cual sea el momento en el que empezó, eso no importaba, porque cuando Keith se percato de ello, aquella chispa ya se había convertido en un incendio que se expandía en sus adentros, incapaz de controlarlo, de detenerlo. 

Rojo. El paladín rojo era el espíritu del fuego. Un fuego alimentado por la adrenalina de la batalla, quemándolo por dentro, impulsándolo a seguir luchando. Uno podría decir que ya debería estar acostumbrado a la sensación. 

Pero este era un fuego diferente. Como la fogata de una chimenea. Un calor agradable que nacía de su pecho con un cosquilleo y se extendía por su cuerpo, irradiando sensación cálida que lo dejaba extrañamente relajado y feliz, por no decir atontado. 

Una calor que daba color a sus mejillas. Una chispa que le dibujaba una estúpida sonrisa de oreja a oreja. 

Al principio era difícil; Keith se esforzaba en convencerse a sí mismo que era un efecto temporal. Tantas muestras de afecto y atención debían de estar abrumándolo. Era normal, no estaba familiarizado a eso. 

Con el tiempo, al ver que los efectos no se iban e incluso empeoraban, llegó a tal punto en el que si entrabas a su habitación a altas horas de la madrugada, lo más probable es que lo encontraras golpeándose levemente el pecho, mientras se cuestionaba seriamente si acaso no había contraído alguna maldita enfermedad galra. 

Hasta que un día sin advertencia previa, le llega de golpe la respuesta.

Hablando alegremente en la cocina con Hunk, quien preparaba algo como un postre para todos, pasa por su mente un pensamiento que parece más una revelación para él. 

En un ambiente inundado por el aroma de galletas recién horneadas, siente que ha encontrado lo más parecido a un hogar en él. 

Hogar [Heith, Drabble]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora