Mildred

La realidad

Han pasado algunos meses y... sí. Es aquí donde todo se marchita. Yo en verdad quería estudiar en la escuela, no en casa como lo he pasado toda mi vida, en la ciudad o aquí, siempre me he quedado en casa.

Llegué realmente emocionada, lastima que los que serían mis "compañeros" no pensaron eso. Podía escuchar susurros y veía cómo me apuntaban, algunas risas y ojos mirándome fijamente, decían mi nombre e inmediatamente me observaban, hacían equipos y nadie me elegía, comer en recesos y ninguno me aceptaba, a excepción de Toby, el chico que me defendia y en algunas ocasiones me ayudaba con las tareas.

Pasó un mes, y fue realmente agradable saber que al menos una persona me apoyaba, ni siquiera vi a Myers por allí, ni a mi hermano.
Pensaba en invitar a Toby a mi casa, pero; tiene pinta de ser algún lugar embrujado. Era bastante malo que una niña del salón, quisiera siempre dejarme en ridículo, esa chica se llama Sarah.

Era un lunes normal, sólo que ese día; Toby no asistió a clases 《Tengo que soportar a Sarah, sola》

- Hola, Male - dijo acercándose a mi mesa

- ¿Male? - pregunté - soy Mildred

- Como sea, no me importa, yo sólo quiero que me des tu almuerzo

- ¿Por qué? ¿Qué tu mami no te quiere como para darte algo para comer? - bromeo y al escuchar como los demás reían, creí que lo mejor era largarme de allí.

Estaba en el patio y no sé que paso por mi cabeza, que se me ocurrió subir a un árbol y apreciar al club de fútbol en su partida.
《Tal vez, - Pensé - me hubiere quedado en casa, aprendiendo a como Walter quería que aprendiera》Fue lo que se me ocurrió estando haya arriba, cuando vi al Director me bajé lo antes posible, pisé una rama y otra y otra vez, hasta que pisé una que no resistiría mucho... se rompió... así que me caí y me abrí la frente, afortunadamente nadie me vio, a excepción del Club de fútbol, Scott, Myers, los intendentes, los chicos de 3er año y el director. Me alegro de que Sarah no estuviera allí.

Llegué a mi casa: con una venda en mi pierna, una gasa en mi frente y un reporte, acompañada de Scott y su "amiga" Myers.

- Pequeña, Espero que te recuperes - Se expresó con una agradable sonrisa

- Gracias, pero no gracias

Ella me miró extrañada, a lo cual ignoré.

- Anne, Mildred. Mildred, Anne. - dijo Scott presentándonos pero ninguna dijo algo. Se hizo incomodo el momento y ella se marchó sin antes decir: - "Te veo mañana Scotty".

- Que repugnante - mencioné apenas y se fue la joven.

- ¿Quieres salir a caminar un rato? - dijo Scott, ignorando mis palabras.

- ¿Qué más da?

Era un poco tarde cuando salimos de casa, caminamos por el bosque y debo admitir que me daba miedo, por las arañas o cualquier bichito que pase por allí. Llevábamos un buen rato caminando, que Scott me cargó en su espalda, y siguió caminando hasta que me quedé dormida. Tal vez dormí como 5min porque él me despertó diciendo: - "Ya llegamos"

En medio de aquel bosque, había un lugar que parecía una escuela, podría ser un departamento, una casa, era un poco tétrica, por fuera ya tenía algunas ramas pegadas a las paredes, y quien sabe por dentro.
Al entrar había una recepción al fondo una escalera y a los lados un par de habitaciones. Entré a una de las habitaciones y habían biberones, chupetes, ropa de bebé y aproximadamente doce pequeñas camas. Seguí viendo el lugar y arriba habían más cuartos, en los pasillos estaban algunas sillas de ruedas y camillas, cortinas rasgadas y muchos documentos tirados en el suelo.

Escuché un fuerte golpe detrás de mí, por un momento pensé que pudiese ser Scott, sin embargo, él no estaba, me giré a la derecha y logré ver que una de las camillas se movían, estaba lívida ante esa acción, posiblemente fue el aire.
Intentaba creer eso, pero no lo conseguí ya que empezaba a escuchar sollozos viniendo de un cuarto, me fui acercando poco a poco, estiré mi brazo para levantar la cortina, pero algo o alguien me tomó de la muñeca, pegué un grito y jale mi brazo para zafarme; corrí lo más rápido que pude gritando el nombre de mi hermano, pero éste nunca apareció, salí realmente asustada, ¿Qué había allí adentro? ¿Dónde está Scott? Seguía corriendo, pasando por rocas y los tantos árboles que habían, hasta que tropecé y pasó casi lo mismo que la otra vez: me tomaron de los hombros y yo, lo primero que pensé fue en defenderme, daba patadas a lo loco y levanté mi cabeza bruscamente que me golpeé con la cara del sujeto.

- ¡Maldición! ¡Mildred!

Me quedé tiesa al escuchar esa voz, yo conocía esa voz, esa voz, esa voz era...

- ¡Serás...! - Dije dándole un codazo a ~Scott~ para que me baje inmediatamente.
- ¡no hagas tus chorradas y menos en un lugar como este! - Dije cabreada.

- Pfff... cascarrabias - Se puso jorobado, con las manos a los bolsillos.

- No soy "cascarrabias"... pero como sea...

- Pensé que sería divertido asustarte adentro, jalando de tu brazo; le hice lo mismo a Anne... - Dijo atando sus agujetas.

- ¿Anne?

- Ah, sí... la chica que te presenté cuando llegamos a casa...

《No sé, tal vez no estaba poniendo atención》
- Bueno... - Dije mientras caminábamos por el bosque - debo admitir que fue sobresaliente lo que hiciste con las camillas - solté pequeñas risas de inocencia.

Él, por el contrario, se veía extrañado: - ¿De qué hablas?

- Cuando estaba en el segundo piso, una camilla colisionó, produciendo un fuerte sonido... buena esa, en serio.

- ah, jajaja, me lucí...

[Así tal cual fue, dijo JA-JA-JA]

Después de aquello, Scott me pidió que no le dijera nada a papá, ya que él, hace mucho tiempo le prohibió ir a ese... ¿hospital?... pienso que ese lugar es un hospital... pero el caso es ese.

Aunque todavía hay algo en lo que tengo duda... los sollozos... no son como los que Scott suele fingir para asustarme... yo pienso... que debe haber algo más allí, me siento intrigada por ello... yo... quiero saber que es ese lugar exactamente y que hay allí, porque es claro, que hay algo o alguien en ese sitio tan recóndito.