Alcohol

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Pov. Izaya ( 02: 15 am)

_ ¡I- zaa - yaaaa! Abre esa puerta maldito bastardo... ¡Izaayaaaa!

Yo lo escuchaba desde mi oficina. Trataba de concentrarme inutilmente mientras ignoraba sus estúpidos gritos distractores. Quería leer los últimos documentos que me habían llegado y eran importantes en mis planes. Pero eso resultaba imposible frente a...

_ ¡Izaaayaaaa! - seguía gritando y golpeando mi puerta, era un misterio que no la hubiera derribado todavía; quizás estaba demasiado ebrio para acertar en sus golpes - ¡Abre esa maltida puerta bastardo!

Situaciones como estas no eran a diario, pero me molestaba cuando llegaba así. Se ponía todo agresivo e insoportable. Si siendo él mismo era una bestia, estando borracho era peor que una peste. Claro que nunca abriría esa puerta, por mi podía quedarse a dormir afuera toda la noche; mientras tuviera tapones para los oídos mi noche podía seguir tranquila.

Tomé en mis manos un grupo de papeles y cuando me disponía a leer...

_ ¡Izaaayaaaaaa! - un grito más fuerte que los anteriores y el ruido de mi puerta al caerse me dijo lo inútil que ahora resultarian los tapones ¡Maldito imbécil!

Me levanté y no necesité caminar tanto para encontrárlo, bastaron unos pasos para salir de mi oficina. Me paré apoyándome en el marco de la puerta mientras lo observaba jugar con el equilibrio. Traté de analizar su comportamiento, pero era muy simple y terminé por reír con las acrobacias que hacía para llegar a mí.
Cuando estuvo frente a mí, me miró directo a los ojos con mucha rabia.

_ ¿Y ahora qué? ¿Acaso quieres matarme estúpida bestia?

Él no me contestó, bajo la mirada y permaneció quieto como en una especie de transe durante un tiempo indefinido hasta que desperto y me abrazó. Si se pudiera llamar abrazo a dejarse caer sobre mi cuerpo.

_ ¿Por qué no abrías la puerta? ¡hic!... Bastardo...

_ Apestas a alcohol

_ Y tú... - sentí su nariz rozar por mi cuello - hueles muy bien Izaya ¡hic! Siempre hueles tan bien

_ Tu sinceridad me austa, debes haber tomado demasiado, sera mejor que te lleve a la cama - lo sujete como pude y él ya no tenía fuerzas; estuvo a punto de quedarse dormido en mi hombro.

Sé que podía dejarlo en el suelo, era una excelente opción, pero algo me impedía hacerlo. Tenía tantas ganas de burlarme de él en momentos como este, pero verlo tan indefenso y confiado me impedía hacer cualguier fechoría. Esto iba más allá de nuestra promesa, esto llevaba tiempo en mí, yo no podía hacerle daño, aún me divertía sacándolo de quicio pero ya no lo hería. Si lo lastimaba mi mente me torturaba y hacía que  permitiera que él me golpeara para quedar igual. Era algo loco viniendo de mí ¿verdad? ¿pero acaso algo entre nosotros podría considerarse normal?

Él ahora me importaba; y a las mascotas hay que tratarlas con cariño.

Él pesaba y no fue fácil llevarlo a mi habitación. Sobre todo por el mal olor de su aliento y el sudor de su cuerpo. Me disgustaban los borrachos de sobremanera.

_ Ahora quédate ahí y duérmete bestia - le dije al tirarle y luego pensé en quitarle los zapatos para darle más comodidad - es increible como me importas, ni yo mismo lo entiendo

_ ¡Izaya! ¡Izaya!

_ ¿Qué quieres cabeza de protozoo?

_ Izaya... te odio ¡hic!

_ Que romántico Shizu - chan, el sentimiento es mutuo

_ Izaya - se levantó de pronto y me miró, fijó sus ojos de fiera en los míos; y aquella cercanía me puso ansioso - ...Izaya tú...

En ese momento sonó mi celular y tuve que salir de la habitación para contestar.

_ Es un gusto escucharlo Shiki - san, esperaba su llamada

_ Necesito que mañana me entregues esos documentos

_ ¿En el mismo bar y a la misma hora?

_ En el mismo lugar Izaya - kun, espero que no suceda lo mismo que la última vez con tu mascota

_ No, Shizu - chan ni se enterará, así que nadie nos molestará mientras estemos solos

_ ¿De qué no voy a enterarme Izaya? - escuché la enojada voz de Shizuo y lo vi acercándose; sin embargo lo ignore, con lo ebrio que estaba tardaría en llegar

_ Te llamaré mañana, te deseo dulces sueños - lo último lo dije sin voluntad propia, quizás era una costumbre enojar más Shizuo cuando ya lo estaba lo suficiente como para matarme. Bastaban unas palabras para trasformarlo en un monstruo.

_ ¿Con quién diablos estas hablando? - me preguntó con mucha rabia y me arrebato el teléfono

_ Quédatelo y destruyelo si quieres, tengo otros - dije con mi actitud de siempre y pensé en irme pero él me jalo del brazo

_ No me has respondido ¡¿Con quién estabas hablando?! - me miró fijamente a los ojos, sus iris expulsaban odio y parecían las de un animal en plena pelea

_ Con mi amante... - le dije entre risas - ...por favor Shizu - chan no vengas con tus juegos; quisiera jugar contigo pero tengo trabajo - y me liberé de su agarré, pero él me volvió agarrar y esta vez me empujó contra la pared, un fuerte golpe en la cabeza me dejo mareado

_ ¡Dime con quién hablabas! ¡¿Quién diablos es tu amante?! ¡Dímelo Izaya! O si no yo...

- ¿Qué? ¡¿Qué harás?! ¿Vas a pegarme? Solo inténtalo, no podía esperar menos de una bestia como tú - lo amenacé con mi cuchilla - será muy divertido romper la inútil promesa que intenté cumplir

Él me miró con más rabia y levantó su puño en alto. Yo ya tenía la forma de escapar pero todo cambió cuando él sujeto mis manos y las puso hacia arriba. Mi cuchilla cayó y su mano apretaba fuertemente. La bestia había perdido el equilibrio pero no la fuerza.

_ ¡Voy a matarde bastardo! - y vi su puño volar a toda velocidad hacia mi cara, desvíe la cabeza para esquivarlo - ¿qué pasa Shizu - chan tus ojitos no pueden ver bien? 

_ Izaaaya-

No le dejé terminar. Una patada bastó para liberarme. Corrí hacia mi oficina y esperé su llegada sujetando la navaja, la adrenalina inundaba mi cuerpo. Escuché sus pasos recorrer el pasillo, sus fuertes pisadas me ponían ansioso; y casi podía oir su respiración acelerarse. Y entonces lo vi aparecer derribando los objetos de su alrededor al tratar recuperar el equilibrio. Sus ojos brillaban y no se detendría a pensar. Era rara mi percepción, pero me parecía hermosa la bestia.

Yo sabía como escapar o eso creí hasta que...

Fue muy rápido. Perdí el equilibrio y la gravedad me arrastró. El balcón estaba abierto y...

_ ¡Shizuoooo!

***

Pov. Shizuo (10: 00 am)

Desperté en la cama del bastardo de mi amante, la cabeza me punzaba y el sol era mi más grande tortura. No quería levantarme y tampoco recordaba cómo había terminado aquí.
Observé a un lado y no estaba Izaya; solo había un libro y un trapo sucio que parecía estar con restos de algo rojo. A duras penas me levanté y caminé con el torso descubierto y solo con un boxer por los pasillos, seguramente Izaya me había quitado la ropa... ¿lo habíamos hecho anoche? Era una explicación para mi desnudez y el cansancio; pero no lograba recordar nada.

_ ¡Izaya! - lo llamé pero no recibí respuesta - ¡Izayaaa! ¿Pulga dónde estás?

Iba revisando cada parte del departamento pero no encontraba rastro de él. Cuando ingresé al baño vi  gotas de sangre en el piso y me alarme. Imagenes cortas y en desorden vinieron a mi cabeza.

Vi a Izaya correr y luego gritar. Sus ojos lucian asustados e intentaba agarrarme. Tenía moretones en otro de mis recuerdos ¿Qué le había hecho? No podía recordar.

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Esto le tenía hace tiempo aquí en mi celular. Esperó les guste. Será una historia pequeña.

Gracias por leer ❤❤

Atte. Princess Lemon

Después de unos tragos (Shizaya)TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora