Haz todo lo que yo te diga.

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Me desperté con los primeros rayos de Sol. Abrí los ojos muy despacio,como si al abrirlos me iba a encontrar con el mayor terror de mi vida. Al abrirlos,sin embargo me encontre dentro de una cama cómoda y sin ningúna preocupación,por ahora.

-Buenos días-susurro una voz que yo apenas conocía-

Me giré y le dedique una pequeña sonrisa asustada.

-Hola-dije con timidez-

No me volvió a contestar y se sentó en su cama sin pronunciar palabra.

-¿Como te llamas?-pregunte mirandole fijamente a aquellos ojos color avellanas que me atrajeron desde ayer por la noche.

-No importa como me llame,y tu,¿como te llamas?-preguntó con una sonrisa un poco vacilona-

-¿Por que tengo que decirte yo mi nombre y tu el tuyo no me lo puedes o no me lo quieres decir?-le espeté.

-Porque esta es mi casa.¿Entendido?

-Técnicamente esta casa es de tu padre-le espeté de nuevo y creo que hable de mas,ya que me maldijo con la mirada.

Un largo silencio se formo entre ambos.

-Me llamo Justin-dijo.

Sonreí al saber su nombre.

-Gracias por decirme tu nombre,pero como has dudado si decirmelo o no,yo te diré ahora el mio cuando yo lo crea conveniente-dije un poco risueña-

Justin iba a contraatacar,pero de repente la puerta se abrió haciendo que Justin y yo nos sobresaltaramos.

Era su padre,y parecía cabreado.

Me sonrió,a lo cual yo le devolví la sonrisa,pero en cuanto a sus ojos se volvieron a los de su hijo,su sonrisa se esfumo.

-Tenemos que hablar-cerró la puerta.

-¿Me voy?-cité-

-No,tu tambien formas parte de esto-dije con un tono bastante serio.

Mierda,mierda,mierda,si me echaba de su casa,no tendría a donde ir.

-¿Que pasá,Jeremy?-empezó diciendo Justin.

Me sorprendió que no lo llamase Papa.

-Teneís una misión,y si,los dos.

Los ojos de Justin se llenaron de furia.

-¿Por que tiene que venir ella?-dije con una voz ronca.

-¡Por que lo digo yo!-grito Jeremy- Los de la zona norte tiene nuevas armas,y quiero que las robes,no podemos permitir que ellos tengas ese tipo de armas.¿Entendido?

-Y por que tiene que venir ella.No lo entiendo-dijo Justin lleno de furia-

-Porque ella será el cevo.Pitará a la casa y mientras los distrae,tu entraras y las robarás.

El miedo se apoderó de mi y hizo que un grito ahogado subiera por mi garganta.

La mirada de Justin se centró en mi y apretó los labios.

-¿Cuanto dinero me darás?-cito-

-Te daré 400 euros,y no hay nada mas que hablar.

Dicho eso salió por la puerta.

-No quiero hacerlo.Por favor-cerré los ojos-Dios...

-Haz todo lo que yo te diga,¿vale?-se acerco- Abre los ojos.

Abrí los ojos y me encontre con su mirada,que por alguna razón me tranquilizo.

-Protegeme-dije,aunque desee no haberlo dicho,no lo conocia de nada.

-Lo haré-dijo y una parte de mi deseo abrazarlo-

No lo hice.

Grave y fantástico error.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora