PERNAKAI : los Cazadores

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Polvo eres y en polvo te convertiras

Primero llego un sonido ensordecedor, como si cientos de nubes hubiesen chocado al mismo tiempo, una y otra vez, acompañado de relámpagos. Todo el cielo se inundó de luz. Después todo fue un silencio. El cielo comenzó a tornarse de los colores de la aurora boreal y comenzaron a brotar pequeños rayos de luz de cada nube. Enseguida bajo el cielo nocturno empezó a nevar. Grandes y pequeños pedazos de hielo que luego darían pasó a pequeños fragmentos de obsidiana, perla, amatista, jade.... Y al final una finísima arena que parecía polvo de diamante.

Abajo los humanos estaban desconcertados. Después de lo mal que lo habían pasado les habían prometido un devenir lleno de alegría, luz y prosperidad, pero esto no era la alegría, luz y prosperidad que ellos esperaban. Arriba la luna comenzaba a craquelarse lentamente, luego se desvanecía en múltiples pedazos de roca que se convirtieron en polvo estelar. De pronto el polvo estelar comenzó a agruparse, se atraía entre sí, como si se tratara de miles de fragmentos de imán.

Poco a poco comenzó a tomar forma.

Primero los pies y las piernas, luego el vientre y el pecho, después manos y brazos y al final la cabeza. Cuando estaba completa un velo de brillos la envolvió, dando forma a un sedoso vestido blanco. Estaba lista. Abrió os ojos de golpe y se asustó al ver nada más que el espacio a su alrededor. Comenzó a patalear como si se estuviese ahogando, entonces comenzó a caer en picada a toda velocidad. En intentos fallidos intentaba sostenerse de las nubes, pero era en vano. Iba envuelta en una luz blanca. Su cabello se le enmarañaba alrededor del rostro y el vestido se movía violentamente producto del feroz aire. Giro la cabeza y vio una silueta que al igual que ella caía con la furia de un meteorito. Pero esta misteriosa figura similar a ella, venia envuelta en una luz color azul hielo. Había algo diferente en esta nueva silueta pues por lo que podía alcanzar a ver, no era como ella. Era más grande y fornida, parecía que poseía una gran fuerza y vigor.

En un centiamen la nueva silueta giro su cabeza, mirando a su compañera. Ambos se asustaron al mirar sus rostros. Eran lo primero que veían además del oscuro entorno; a pesar del miedo estaban curiosos de saber que era el otro, tanto que intentaron tocarse. Pero apenas el mínimo contacto entre sus dedos y salieron disparados en direcciones opuestas. El golpe fue tal que aumento la velocidad con que viajaba, ahora giraba sin control mientras caía. Estaba aterrada, no tenía el más mínimo control sobre la situación. Entonces sucedió. Impacto contra una superficie, contra la tierra. Un gran agujero señalaba el lugar del impacto. Ella estaba confundida y un poco adolorida. Se levantó lentamente, intentando ver más allá de la nueve de polvo diamante que la rodeaba. Cuando al fin el polvo se dispersó abrió los ojos de par en par. Estaba rodeada de decenas de siluetas similares a ella. Algunas tenían su misma forma y otras eran como aquella silueta con la que había coalicionado. Giro sobre su propio eje, observando detalladamente a todos. Llena de curiosidad decidió salir del agujero, toco la tierra y noto que estaba fresca. No pudo evitar llenar sus puños con esta nueva materia, la observaba en su mano, la olfateaba y la lamia. Se arrojaba tierra a sí misma, embarrándola en todo su cuerpo. Cuando estuvo satisfecha escalo unas cuantas rocas y salió de allí.

Los humanos estaban desconcertados. Ellos mismos habían visto una bola de luz del cielo estrellarse contra la tierra y de allí vieron salir a una mujer. Se percataron de que habían al menos otros cinco agujeros con personas congregadas a su alrededor, mirando lo que sea que fuese que había aterrizado. Cada agujero con luz diferente. Llegaron al lugar soldados con avanzados uniformes color blanco. Portaban armas de otro planeta. Por su parte la pobre chica había cometido el error de juntar su dedo al de un humano, provocando que este saliese disparado a unos cuantos metros. Entonces la tomaron suavemente de los brazos y la guiaron hacia otra parte del campo. De igual forma sucedió con los otros que llegaron.

PERNAKAI: Los CazadoresWhere stories live. Discover now