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No sé que día es hoy ni me interesa saberlo. Estoy sentado frente a un cuerpo muerto, un cuerpo muerto con latidos y respiración relajada impulsada por una maquina. Frank había tomado pastillas, él quería morir más de lo que yo lo quería a él y eso era superar un nivel altísimo. Dicen que no se puede amar a nadie sin amarse primero a uno mismo ¿Qué saben ellos? Nunca ame ni un milímetro de mí en toda mi existencia, pero a Frank, él era la luz de mis días. Llegué a amarlo tanto que a veces se me olvidaba todo el odio que sentía por mí.

Empecé a temer por su vida ya hace varios meses cuando Frankie decidió que ya no volvería a comer y no importaba cuanto yo insistía, seguía sin ver lo hermoso que su cuerpo era.

-Frank, ya no se como decirlo. Eres lo mas perfecto que vi en la vida. Por favor para con esto, realmente te necesito.
-Tú no entiendes Gee, soy horrible.

Pasaban los días y no tardó mucho en llegar a ser un saco de huesos. Ojeras, clavículas, costillas y tabaco era todo lo que percibía en él. Cada vez menos sonrisas. Sin importar lo mucho que intentara, nunca logré que comiera más que una uva sin vomitar después.

El estado en el que se encontraba mi Frankie cada vez me aterraba más, todos los días me dormía llorando. Tal vez se sentía así por mi culpa, nunca fui lo adecuado para él, merecía más. Debía haberle dado más cariño, haber sido mejor. O no haber sido yo.
Todo eso fue mi culpa, pude haberlo evitado pero no hacía más que enojarme conmigo mismo en lugar de buscar más alternativas de como ayudar. Hice todo lo que pude pero no fue suficiente. No fui suficiente.

Un viernes por la tarde fue cuando nos encontramos tirados en el sofá, mirando películas, o al menos fingiendo que lo hacíamos.  Cada semana, aprovechando que no había nadie en su casa, nos juntábamos con la excusa de ver películas, cosa nunca hacíamos. No había tiempo para observar otras historias, teníamos algo mucho mejor, la existencia del otro.

No hacíamos más que abrazarnos cuando las puertas de la casa se abrieron y no tardaron mucho en llegar esos gritos que rompieron nuestro ambiente de paz y cariño haciéndonos levantar rápidamente. Nunca me había sentido tan culpable. Lo padres de Frank habían llegado antes de lo previsto y actuaron de la manera mas violenta al enterarse de que su hijo amaba a otro chico. Las cosas que escuché en ese momento me dejaron paralizado, eran gritos e insultos, hablaban de lo muy decepcionados que estaban y mil mierdas más y no pude hacer nada para detenerlos. Estaba asustado, temblando y apenas podía respirar, únicamente escuché un grito de Frank diciéndome que me vaya y rápidamente salí corriendo por la puerta sin parar un segundo hasta llegar a mi casa donde rompí en llanto. Tal vez no habría corrido tanto de saber lo que pasaría con mi novio después de que yo cruzara la puerta.
Lo golpearon, no lo suficiente como para dejar más que algunos moretones pero sí como para romper todo en su interior. Su propia familia lo había rechazado y atacado. Ni todo mi amor pudo llenar un vacío de tal tamaño.

-Frankie, puedes quedarte en mi casa el tiempo que sea necesario. No tienes por que volver a esa casa si no quieres.

-Debo hacerlo, te prometo que voy a estar bien.

Me gustaría poder haber estado ahí cuando tiraba toda su comida, mientras sus padres lo golpeaban , cuando cortó sus muñecas y piernas, cuando tomó las pastillas.

Me gustaría haberte querido lo suficiente.
Mi Frankie ya sufriste demasiado por ambos, y ahora es mi turno de ir contigo.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2021 ⏰

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coma baby • frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora