CAPÍTULO 1.

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Este es nuestro secreto, no por que me avergüence de lo nuestro si no por el hecho de que me encanta esa sensación de adrenalina cuando al ver a alguien conocido nos ocultamos terminando en una situación en la que nuestros cuerpos terminan pegados, adoro ese sentimiento cuando nos reencontramos después de tanto tiempo sea o no planeado, porque así nadie nos hace preguntas vergonzosas sobre nuestra relación, porque me encanta tenerte sólo para mí.


El ambiente en Japón era bochornoso después de todo era verano, en una cancha se podía apreciar el sonido del balón golpeando contra el suelo, diez jóvenes jugaban un partido de baloncesto divididos en equipos de cinco, hasta ahora iban en empate. El pitido de un silbato los sacó de su concentración, una chica de cabellos rosados entró en la cancha anunciando un descanso de quince minutos.

-¡Kuroko-chan!- gritó Takao llamando la atención del peli celeste -vayamos por unas bebidas. Kuroko se limitó a asentir mientras se limpiaba el sudor de la nariz con su playera dejando ver su blanco abdomen.

-¡Yo también quiero ir!- gritó entusiasmado Kise antes de lanzarse sobre Takao casi tirándolo al piso.

-Ten más cuidado Kise-kun.

-Mo, no te pongas celoso Kurokochi que también tengo amor para ti- abrió sus brazos en ademán de que Kuroko corriera hacia él para recibir un abrazo.

-No gracias, yo sólo recibo amor de Kagami-kun.

-Qué cruel eres Kurokochi- dijo entre lágrimas.

Por su parte Takao miraba divertido la escena, de la cuál lo más gracioso era la cara de Kasamatsu quién prácticamente fusilaba con la mirada al rubio, sin duda estaba celoso. Luego de preguntarle a los demás que bebidas preferían, los tres se encaminaron hacia unas máquinas expendedoras que se encontraban en el centro de un parque que estaba al lado de las canchas.

-Esto de jugar contra los milagros si que es difícil- Takao comentó.

-De alguna manera nos las arreglamos para poder empatar- continuó Kuroko.

-Bueno, la estrategia de senpai es muy buena después de todo- se notaba el orgullo en la voz de Kise, después de todo estaba hablando de su pareja.

-Tienes razón- sonrió Takao, ojalá y algún día Midorima dejará su tsunderismo de lado y hablara así de él -aunque el novio de Himu-chan también es increíble.

-Hasta ahora ha podido detener la mayoría de las jugadas de Aomine-kun.

En lo que compraban las bebidas los tres chicos seguían hablando del partido. De alguna manera lograron estar a la par con el equipo de Takao en el que estaba Aomine, Midorima, Kagami y Himuro, siendo un equipo con bastante ofensiva y un buen centro. Por otro lado su equipo estaba pasando por apuros pero se las arreglaban entre ellos estando Kasamatsu, Kise, Kuroko, Sakurai y Murasakibara. Gracias al gigante de Too tenían buena defensa mientras que Kasamatsu y Kise se encargaban de la ofensiva, Sakurai los ayudaba bastante con sus tiros de tres puntos y como era de esperarse Kuroko los apoyaba desde las sombras.

Pasaban por el parque con las bebidas de los demás cuando algo o mejor dicho alguien llamó la atención de Kuroko. Un castaño se encontraba bajo la sombra de un árbol, entre sus manos tenía su celular parecía estar escribiendo un mensaje.

-¡Furihata-kun!- Kuroko fue al encuentro de Kouki, no esperaba verlo ahí.

-¿Ku... Kuroko?- Furihata estaba igual o más sorprendido que él -¿qué haces aquí?

-Estoy jugando un partido con Kagami-kun y los demás.

-¿Demás?- Furihata alzó la vista y pudo ver, a Takao y a Kise, cosa que lo puso más nervioso, quizás ellos no se acordaran de él, pero él si se acordaba de ellos.

A escondidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora