CAPÍTULO 4.

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Akashi y Furihata caminaban en dirección a la estación de metro, luego de regresar de una exposición de ferrocarriles hecha en Kioto. A esas alturas ambos ya se tenían más confianza. Las visitas rutinarias de Furihata a su hermano por lo regular terminaban en pláticas con Akashi a quién se encontraba de regreso a su casa.

Sus charlas anteriormente cortas y tímidas, se volvieron más largas y divertidas. Y cuando finalmente Furihata dejó de ser enviado por su madre a visitar a su hermano, él  seguía yendo a Kioto por rutina, y ver a su nuevo amigo.

-Gracias por acompañarme a mi exposición Akashi.

-No es nada. Fue divertido aprender de tu pasatiempo.

Los ojos de Furihata se abrieron al igual que su boquita, miraba embelesado al emperador.

-¿De verdad crees eso?

-En absoluto. ¿Por qué?, ¿dudas de mí?

-Es que, es la primera vez que alguien que me acompaña me dice eso. Mis amigos Fukuda y Kawahara  se aburren.

-A mi me pareció interesante. Además tú siempre me escuchas cuando hablo del negocio de mi padre es una forma de compensar.

Kouki sonrió con un sonrojo en las mejillas. A veces no entendía de lo que hablaba Seijuuro pero le parecía genial la forma en la que se enfrentaba a los problemas en la empresa de su padre.

Ambos ya estaban en la estación esperando el metro de Kouki,  cuando un grupo de féminas se les quedó viendo, en realidad su atención se enfocaba en el guapo pelirrojo, a quién habían visto en revistas de deportes.

-Disculpe- llamó una joven -¿es usted Akashi-san de Rakuzan?
Seijuuro giró a verle con una leve sonrisa y después soltó un sí ganándose la emoción del grupo de chicas.

-Estamos encantadas de conocerlo, somos fans del baloncesto y en la winter cup apoyamos a Rakuzan. Quizás y suene atrevido pero… ¿está saliendo con alguien Akashi-san?, ¿tiene algún tipo de chica en específico?

Una gotita bajó por la sien de Furihata, ya se imaginaba que Akashi era popular entre las mujeres pero era la primera vez que tantas chicas se les acercaban sólo para hablar con Seijuuro mientras que él era ignorado, aquello le  hizo sentir incómodo. Para su buena suerte la charla no duró mucho y el grupo de féminas se fue, no sin antes dejar cada una su número de celular a Seijuuro.

-Tienes muchas admiradoras Akashi, que envidia.

-¿Lo crees?

-¡Por supuesto!, yo entre al club de baloncesto por una chica pero ella nunca me hizo caso- sonrió avergonzado -no me dolió mucho, no fue la primera vez que me rechazaron. Supongo que a nadie le gustaría salir con alguien como yo- rió forzosamente para aligerar el ambiente incómodo que se formó.

En su mente se recriminó por contarle algo tan penoso a Akashi, lo que menos quería era causar lástima.

-Yo saldría contigo- declaró Seijuuro y los ojos de Kouki se abrieron por la sorpresa -porque eres como un libro abierto, siento que a tu lado soy libre y no tengo que fingir que soy perfecto como en la alta sociedad. Sin duda saldría contigo.

Hubo un momento de silencio en el que ambos se quedaron viendo, para después girar sus rostros completamente rojos. Esos eran los verdaderos pensamientos de Seijuuro, pero joder, aquello sólo dijo para tratar de  reconfortar a Furihata pero sonó más a una confesión. La mente del emperador era un lío no quería que su amistad con el castaño terminara por esas palabras.

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