V. El último beso

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Me fui pero mi vida se quedo ahí, salí a la sala de espera y estaba mi tía. Sólo recuerdo que me dijo:

-Vete a dormir un rato hijo, yo aquí me quedo- es lo único que recuerdo.

Salí del hospital pero ya salía sólo, ya no tenía a mi fiel escudero, ya no tenía sentido mi vida.

Llegue a mi casa, me acosté y llore toda la noche, no pude dormir nada.

Sólo me imaginaba la vida sin mi madre, sin alguien que se preocupara por mi, sin alguien que tuviera el valor de tocar la puerta y preguntarme que tenía, sin esos besos en la frente y su frase "Te amo, no lo olvides" ¿Ahora quien la diría?

Al día siguiente no fui a la escuela, sólo escuchaba el teléfono sonar pero no tenía ganas de hablar con nadie, lo único que quería era tener a mi madre de regreso, apenas pasaban unas horas y ya la extrañaba, no tenía el valor de imaginarme la vida sin ella, que por cierto iba a ser un infierno.

Cerré todas las ventanas de la casa, tenía frío, cargaba con una depresión fatal, pensaba que mi vida ya no iba a tener sentido hasta que escuche tocar la puerta.

Abrí y me encontré con mi profesor de dibujo, me dio gusto verlo aunque no tenía la fuerza suficiente para hablar con alguien.

-Cómo estas?- preguntó.

-Mal profesor, todavía no lo puedo creer- contesté y cayo una lágrima de mi rostro.

-Ya me entere de lo que paso y sólo quería venir a decirte que cuentas conmigo para lo que sea.- y me entrego una caja llena de gomitas, mis dulces favoritos y se fue.

Esperaba más de él, siempre daba buenos consejos, pero también me ponía en su lugar, que me podría decir cuando cargo esta depresión que nunca imaginé tener, verme llorando cuando el siempre pensó que era muy fuerte ya que no me gustaba reflejar mis sentimientos.

Paso tiempo después de su visita hasta que me pare de mi cama, me vestí de negro y fui a su entierro.

En el camino me paré a comprarle sus flores favoritas, unos girasoles, eran sus favoritos, nunca supe porque pero le encantaba, recuerdo que ese era su regalo en todos los dias festivos que le pudiera festejar, El día de la mujer, Día de las madres, su cumpleaños para todo, de pronto cayó otra lágrima de mi rostro, por cada lágrima sentía que mi corazón se rompía más, era una lágrima por cada recuerdo.

Llegué al entierro, caminos un largo tiempo pero por fin llegamos a su nuevo hogar, intente decorarlo de la mejor manera posible pero yo lo veia horrible, ahi se iba a perder mi madre.

Llore todo el entierro, todavía no creía que esa fuera mi madre, que estaba muerta.

Acabo el entierro y maneje rumbo a un hotel, no queria regresar a mi casa, a todos esos recuerdos, a esas fotos a todo.

Llegue al hotel, hice el trámite para el cuarto, me dieron las llaves y subi al cuarto, estaba demasiado cansado pero con miedo de dormir, miedo a que esto volviera a pasar.

Pero me fui a dormir ya que no podía sufrir más de lo que ya estaba sufriendo.

Ya nada iba a ser como antes. Mi vida habia cambiado por completo, ya no iba a tener a mi consejera, a mi mejor amiga, ya estaba solo tenia que enfrentar al mundo solo y lo peor es que mi madre ya no consiguio su sueño, verme graduado, ya no queria que ese dia llegara, ya no queria graduarme. Cualquier pensamiento malo paso por mi cabeza, me tuve odio por un momento, no entendia el porque de esto.

Se hizo de noche, ya habia pasado el primer dia sin ella, la extrañaba mucho, pude dormir hasta las doce de la madrugada, me la pasaba pensando en ella, en su entierro, en los recuerdos a lado de ella.

No dejaba de llorar, tenia miedo al futuro, a un futuro sin alguien que me diga vas bien o vas mal. o que me dijera ¨Te amo, nunca lo olvides¨.

Cai dormido, tenia mucho cansancio despues de tantas horas sin dormir.

Tenía miedo de que algo volviera a suceder.

"Soñador"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora