La historia se basa en Jess, una chica algo tranquila con una historia sobre su familia un tanto curiosa. Alain el chico popular que todas quieren y Joseph un amigo de la secundaria. Se desata la historia sobre la familia de Jess, pero quién de los...
-Perdón, me enteré que Monick era compañera de Jess y vine a verla- dice con un tono lento-
-Estoy bien, gracias- me levanto y me siento en la cama-
-Alain, ¿qué hora es? – Pregunta Joseph-
-Son las 6 de la tarde- dice mirando su celular-
-Rayos, pronto van a cerrar- se levanta y me mira- Jess, me tengo que ir, hablamos mañana
-Sí, gracias Joseph- entonces veo cómo sale del dormitorio y se va-
-Perdón, no quería interrumpir- dice Alain-
-No interrumpiste nada, no te preocupes
-Solo quería decirte que si necesitas algo, puedes contar conmigo
-Gracias, quiero estar sola
-De acuerdo, adiós
Me enerva que de la nada venga a darme su apoyo, nunca se había fijado en mí y ahora de la nada quiere que cuente con su apoyo. Lo mismo con Joseph, antes no me hablaba, cruzábamos por el pasillo y ni un hola.
Me enoja de pensar en el hecho que de un día para otro todos quieran un que me apoye de alguien, espero que sepan una cosa: Pase tantos años sin apoyarme de alguien que no necesito ahora a alguien que cuide de mí.
De ahora en adelante sabía que estaría sola. Quién me despertará de las pesadillas y quién me dirá que todo estará bien.
Es jueves y no quiero ir a clase. Mis amigas me llaman al celular y no contesto ninguna llamada. Miro fuera de la venta, personas caminando, con los libros y libretas en los brazos, otros con sus parejas en los brazos. Sé que debe ser una experiencia única, es solo que no tengo en quien confiar, y no creo encontrar a alguien que entienda como me siento.
No asistí en todo el día, tampoco es como si ellas hubieran venido a verme, pensarán: por qué tan deprimida, no es como si se hubieran conocido desde hace mucho tiempo.
Pero para mí si fue especial, tampoco es como si pudiera solo como si nada caminar después de haber convivido con ella dos años.
Alguien toca la puerta.
-Adelante- digo-
-Hola- dice Alain-
-Hola, ¿Qué haces aquí?
-Vine a ver como estabas, no has salido en todo el día y no has comido
Algo en él se ve diferente, no es algo específico, es algo que puedo percibir. Se está preocupando por mí más de lo normal, eso me hace sentir un tanto extraña. Va vestido con una bermuda y una sudadera gris con rayas negras, pienso que tal vez ya iba a dormir, al cabo que son las 8 de la noche.
-Estoy bien, no he tenido apetito
-Jess, si necesitas algo, solo puedes pedírmelo
-Gracias, lo tendré en cuenta
No puedo evitar pensar que se ve bien, siempre lo he visto con pantalones y playeras presentables. Pero nunca de una manera "informal", lo pienso y digo:
-De hecho si, ¿puedes quedarte conmigo?
Sale de mi boca y hasta yo misma me sorprendo por haber dicho eso, cierro los ojos y murmuro "estúpida"
-Claro
Lo miro sorprendida, pensé que se reiría y se iría, pero aceptó estar conmigo un rato, entra al dormitorio y cierra la puerta. Claro, el toque de queda, se me olvidó que lo atraparían. No es como si vinieran a supervisar dormitorio por dormitorio, pero no podría salir fácilmente.
-Gracias- digo un poco colorada
-De nada
Se sienta a mi lado y mira por la ventana. Contempla la vista hasta que me mira.
Se pone rojo, nos percatamos de que estamos hombro con hombro. Voltea su cara al ver que me río.
-No te rías- me dice
-Perdón, es que tus orejas están muy rojas
-Qué esperas, nunca he estado en el cuarto de una chica- dice mirando por la ventana
Mis ojos se abren como platos y me suelto una carcajada, voltea a verme y se ríe.
-Sí, claro – especulo
-Es en verdad, no soy como todos creen que soy. Te confesaré, nunca he tenido novia
-No puede ser- me digo riendo
-Es en verdad, he sido un chico algo tranquilo
-Bueno en ese caso, te confieso que yo tampoco he tenido novio
-Pero, eso sí que no me lo esperaba –dice con un tono exagerado de sorpresa. Y no puedo evitar soltar otra carcajada
-Bueno, ahora lo sabes- ambos reímos
-Me alegra que estés riendo, aunque sea con mi oscuro secreto – se ríe-
-Bueno, me alegra que me hayas contado tu "oscuro secreto" – digo mirando a la ventana
Entonces me doy cuenta que me está observando, se sienta bien en la cama, sube sus piernas y yo me acomodo de igual manera, la luz de la habitación nos ilumina completamente. Se acerca a mi cara y yo me tiro un poco para atrás, pero mi cuerpo no reacciona con lo que pienso, entonces sucede. Me doy un pequeño impulso y pego mis labios con los suyos.
Se siente tan cálido, me siento como una niña, le di un beso.
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