One

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--El psicólogo llamó... otra vez.

JiMin se quedó estático en la puerta, ni siquiera terminaba de entrar al departamento y ya tendría que aguantar otro regaño.

– No asististe a la sesión, JiMin. – dijo NamJoon seriamente, cruzado de brazos frente a él, SeokJin estaba tras del líder y lo miraba con desaprobación.

--Tienes razón. No fui. – respondió y pasó por su lado ignorándolo, sólo para encontrarse con todo el resto en el sofá de la sala, mirándolo con una extraña mezcla entre culpa, pena y regaño. Rodó los ojos con molestia.

--JiMin, lo que estás haciendo es una falta de respeto al trabajo del terapeuta. Es la quinta vez esta semana. – dijo el líder, se volteó a mirarlo con clara molestia. – Él pierde tiempo esperándote a ti y deja a otros pacientes por ti, ten consideración de eso aunque sea. – le reclamó el mayor.

--Si tanto te molesta que falte a las sesiones, entonces simplemente deja de pedirlas. – dijo cruzándose de brazos. – No soy un niño NamJoon, no necesito que me andes regañando por lo que hago y lo que no.

NamJoon frunció el ceño. – Por la forma en que te comportas últimamente sí pareces un niño. Debes ir a las sesiones, no te lo digo yo te lo dicen los doctores, necesitas terapia y no has asistido nunca. Deja de comportarte como un niño y hazte cargo de la situación.

--A ver, ¿Cómo les explico...? Ah, sí... Yo. No. Recuerdo. Nada. ¡No lo recuerdo! Así que ¿¡Por qué no se dejan de joder de una puta vez!? ¡No hay manera de que me afecte porque no lo recuerdo! – gritó mirándolo con furia. Las caras de sorpresa de todos fueron bastante divertidas a su parecer, pero eso no quitó su enojo. - ¡No recuerdo nada de lo que ustedes dicen, así que no me afecta! ¡Supérenlo!

Dicho eso, se dirigió a la puerta otra vez, tomó su chaqueta. - ¿A dónde vas? – preguntó esta vez SeokJin.

--Qué mierda te importa.

Y salió estrellando la puerta.

Una vez fuera del edificio, ni siquiera volteó a mirar, sólo se fijó en que empezaba a atardecer, el sol comenzaba a ocultarse detrás de los enormes edificios de la ciudad, sin embargo no le importó, sólo pudo pensar en lo molesto que estaba.

Desde que había salido del hospital sólo había tenido problemas, problemas y más problemas. Empezando por la pelea que tuvieron sus padres con los chicos y terminando con que ellos ahora querían controlarlo todo el tiempo.

Primero sus padres reclamándole algo de lo que no tenía idea, al parecer no sabían nada del secuestro, absolutamente nada, y si no fuera porque él había decidido volver a su departamento en vez de quedarse allí, habría tenido que lidiar con la furia de sus padres.

Pensó que allí las cosas serían mejor, sin embargo sólo empeoró, los chicos parecían tener miedo de acercarse a él, y si se cercaban era sólo para regañarlo ya sea por no comer, por no ir al estúpido psicólogo o por no irse a dormir. ¿Acaso todos creían que tenía cinco años?

Si no quería comer era problema de él, nadie podía obligarlo a hacer terapia y no era su culpa no poder dormir, no es como si él deseara tener todas esas pesadillas.

Sacudió la cabeza no queriendo pensar en eso. Entendía que sus amigos querían cuidarlo, habían pasado por una situación traumática, pero él no podía recordar nada y a su parecer, si no lo recordaba, no le afectaba.

Caminó con la cabeza gacha, sacando sus auriculares del bolsillo derecho de su campera, sin querer se detuvo y cuando se dio cuenta, estaba frente a una enorme vidriera que dejaba ver su reflejo claramente. Se observó a sí mismo, sintió una extraña opresión en su pecho mirándose en el cristal.

Epilogue. [YoonMin] [3ra Temporada de TWOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora