Capítulo 2

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Para el cuarto día de entrenamiento, la gran mayoría de los jóvenes soldados ya sabían manejarse de forma adecuada con alguna que otra arma. Muchos optaron por los rifles, aunque los más diestros se inclinaron por pistolas, las cuales eran mucho menos pesadas y de cierta forma, más sencillas de llevar, pero para utilizarlas se requería que tuvieran una muy buena puntería.

Taek era de los que tenían una excelente visión, y formó parte de un selecto grupo que aprendió a utilizar todas las armas que tenían a su disposición. Siempre había sido un muchacho competitivo, no le gustaba perder, y por ese motivo era que siempre daba el 200% en todo lo que hacía; pero el estar en un lugar como ese, no solo significaba ganar, sino mantenerse con vida.

— Jae Hwan fue quien salvó mi vida, y no solo me refiero a la guerra — dijo Leo con determinación, quien una vez más, posó su mirada en las fotografías colocadas en la chimenea.

— ¿Podría contarnos un poco sobre él, sobre Jae Hwan?

— Él, era de los más jóvenes. Durante nuestro efímero entrenamiento militar se crearon dos grupos, los de mayor edad de un lado y del otro los más jóvenes, así que básicamente en todo ese tiempo jamás le presté atención a los demás niños, todo lo que sabía era que entre nosotros se encontraba un chico torpe. Ese muchacho siempre la pasa mal...

Se veía tan frágil, su rostro siempre mostró miedo, durante todo el entrenamiento. Incluso habían personas que se atrevieron apostar que él sería de los primeros en morir; pero vaya sorpresa que me llevé cuando pude conocerlo después.


Lee Jae Hwan eran tan solo un par de años menor que Leo, pero a diferencia de él, provenía de un pequeño pueblo a las afueras de Ulsan. Era un chico bastante risueño y delgado, quien durante su corta vida, lo único que le interesaba era ser un buen guardabosques, como su padre.

Por su delgada complexión, le era más difícil el acoplarse a la actividad física que implicaba estar en un entrenamiento militar, y por ese motivo era presa fácil de burlas por parte de sus demás compañeros.

«¡Mierda, dispara Jae Hwan! ¡¿Acaso eres un marica, Jae Hwan?! ¡Sé un hombre, Jae Hwan y deja de llorar!»

— Nunca me interesó conocerlo realmente, ya tenía suficiente preocupaciones como para tratar de ayudarlo, ya que al final, cada quien tenía que valerse con sus propias manos... aunque, ¿Quién diría que él, fue lo único bueno que me pasó durante la guerra?

— ¿Por qué lo dice?

— Cuando abrí los ojos, debido a un golpe que sentí en mi cabeza y recuperé la conciencia; de lo primero que fui consiente, era que estaba siendo arrastrado torpemente por alguien... Mi pierna y hombro dolían, pero aun así con lo asustado que estaba pude soltarme.

Jae Hwan miró de forma suplicante a Leo sin decir una palabra, y colocando un dedo en sus labios le indicó que no hablara, así que éste, al verlo, dejó de luchar y solo se dejó hacer. Tal vez Jae Hwan no era tan bueno con las armas como él, pero era lo suficientemente inteligente como para ayudar a un soldado en desgracia. Con la ayuda de un par de ramas arrastró a Leo a lo que parecía el interior de un espeso bosque.

— No sé, si era debido al fuerte dolor que sentía, pero lo que vieron mis ojos al ver la mirada de Jae Hwan, jamás en mi vida lo olvidaré — dijo Leo sintiendo cristalizar sus ojos.

— ¿Qué fue lo que vio? — preguntó curioso el MC al notar el leve cambio de voz de Leo.

— En ese momento no sabía que era... pero sus ojos llenos de curiosidad, ternura, inocencia y mucho pero mucho miedo, aun se siguen presentando en mis memorias.

War And Love [KEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora