El destino fue tan cruel conmigo,
que me obligó a conocerte,
e hizo que la niña que no se enamora
se enamorase
así convirtiendo a un dulce aliado en enemigo.
Pero no tiene sentido,
porque quise que cayeras en el barranco del olvido
donde tú ya me olvidaste
porque me dejaste caer.
Pero aún sigo sonriendo,
porque aunque sé que he perdido
y que tú has ganado esta batalla,
la guerra aún no ha comenzado.
Por eso sonrío,
queriendo ganar esta guerra
en la que hay tantas batallas
que voy perdiendo.
Pero el miedo,
tú, amado mío de cabello azabache,
no es un problema;
para mí el miedo es no poder encontrarte
entre tantos recuerdos perdidos
que forman este río
que por motivo de mis lágrimas
se han convertido
en un mar de aguas envenenadas
por mi enemigo, el amor.
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Si el mundo no decide ponerse en mi contra.
PoetryTe invito a sentarte y leerme con ojos atentos y café en vena. Te invito a odiar o amar estos versos procedentes de las noches con música alta, donde llora el corazón y sangran las orejas. Te invito a un viaje como es debido, donde la cabeza no pien...