CAPÍTULO TRES: LAS CONSECUENCIAS DE RAM

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LAS CONSECUENCIAS DE RAM

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LAS CONSECUENCIAS DE RAM

-3-

Cerró los ojos inhalando el aroma de la menta que se estaba hirviendo con algo de candela, él echó la cabeza hacia atrás recostándose en la vieja silla llena de piel que no molestaba su espalda. Aspiró y cuando escuchó las chispas del fuego y un sonido burbujeante, se puso de pie caminando hacia la candela donde hervía su agua de menta. Destapó la olla de barro dejando que el aroma envolviera su pequeña casa, el Astro rio al escuchar el gruñido de Rojo, el lobo que lo protegía desde el momento que lo rescató.

— ¿También tienes sed? —preguntó y el lobo gruño enseñando los colmillos. El hombre se carcajeó entre dientes pasando sus dedos por su corto cabello oscuro, se inclinó tomando la olla de barro en sus manos para después echar en un vaso del mismo material y en una fuente para Rojo. Se alejó sosteniendo entre sus manos su vaso para volver a su lugar. Se sentó estirando sus pies viendo por la ventana como la lluvia se hacía presente y el cielo oscurecía—. Qué raro que llueva hoy.

Se llevó el vaso a la boca dando un sorbo largo sintiendo el sabor en su paladar y segundos después recorrer por su garganta con suavidad. Sonrió echando la cabeza hacia atrás para cerrar los ojos y tratar de descansar. Desde hace mucho tiempo Zeyden se había alejado de los humanos, había construido un lugar para él y para Rojo, era lo mejor ya que la última vez las cosas no habían salido muy bien que digamos. Aún seguía manteniendo comunicación con Oasis y Miracle, pero solo el segundo se mantenía oculto como él.

El miedo seguía presente, en especial cuando su especie murió en manos del mal ¿Cuántos niños perdieron a sus padres? Muchísimos, entre ellos, Miracle. Aunque Zeyden había tratado de ser una figura paterna, él seguía teniendo pesadillas sobre el día que perdió a sus padres.

Un gruñido lo hizo sobresaltarse, se levantó de inmediato dejando el vaso en la mesa para ponerse en guardia, pero nadie entró. Rojo volvió a gruñir mirando a la ventana y él se apresuró a llegar hasta allá, miró el cielo y como este oscurecía como si la noche se estuviera haciendo presente cuando recién había amanecido. Observó cómo lentamente en el cielo se marcó un triángulo con una flecha atravesada resplandeciendo y a los segundos la tierra se agitó con potencia y tuvo que sostenerse de la ventana ante ese movimiento tan enérgico, un grito, un llanto causó nuevamente aquel removimiento de la tierra. Se apresuró a salir de su casa con su lobo pisándole los talones, miró alrededor hasta que una ráfaga fría envolvió la tierra y los gritos de los muertos se oyeron más cerca, más desgarradores que causó el miedo en el pecho del astro.

¿Pero qué estaba sucediendo?

Zeyden se llevó la mano al pecho al sentir su corazón desembocado, sujetó el lomo del lobo y se quedó por largos minutos ahí hasta que los llantos de bebes se calmaron al igual que la tierra. Las nubes quitaron la oscuridad y en cuestión de minutos el sol brillaba con intensidad, pero él no había dejado de sentir aquel cosquilleo en su cuerpo y mucho menos el miedo.

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2023 ⏰

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EL EQUILIBRIO DE LA MUERTE (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora