Una pequeña amistad

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Amigos desde la infancia, Steve Hunt Bennet y James Bucker Turner eran inseparables compañeros, tanto en el patio del colegio como buenos vecinos, a pesar de llevarse un año de diferencia habían sido criados juntos desde donde podían recordar.

El pequeño Steve era callado e ingenuo, padecía de asma y su físico era el de un niño frágil y delgado. Aun siendo un chico responsable y muy atento, era propenso en meterse en líos, pues odiaba las injusticias hacia otras personas y eso provocaba que fuera a casa con nuevos cardenales.

Sus primeras peleas comenzaron en el recreo, donde tenía el apoyo de su mejor amigo, James, que le defendía y sacaba de problemas, aunque él nunca huía de ninguna pelea, recibía sin protestar los golpes que le caían.

James y Steve a simple vista eran muy distintos, Bucker era más grande físicamente, tenía más confianza en sí mismo, le gustaba llamar la atención y le echaban de las clases con frecuencia por sus bromas. Al contrario que a Steve, él mandaba a varios chicos a su casa con moretones, pues los dos defendían los mismo. A pesar de todo eso tenía un corazón voluntarioso, era leal y siempre cuidó de los suyos sin importar lo demás.

En 1921 Steve conoció a su nueva compañera de clase, una niña de cabellos ondulados y ojos azules, Grace Elizabeth Foster Stan, era huérfana de padres y vivía con su tía apenas a unas calles del colegio. Aquel día James había faltado a clases y precisamente ese mismo día Steve tuvo una de sus primeras peleas a pesar de solo tener 5 años.

Cuando Grace vio llorando a Hunt en un rincón, ella no dudó en acercarse a consolarle, desde aquel entonces fueron amigos, James no tuvo reparos en hacerse amigo de Grace, y así el pequeño trió fueron de un lado para otro sin separarse, jugando y riendo. Su amistad seria su único apoyo, juntos hasta el final de la línea.

Solo espera hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora