Nunca fue encontrado

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Brooklyn, 1945 (meses después)

El día 8 de Mayo la segunda guerra mundial había terminado, las calles de Nueva York estaban repletas de miles de personas celebrándolo. Muchos habían vuelto a casa, otros estaban por regresar, las familias estaban reunidas otra vez riendo y festejando aquel milagro.

En el caso de miles de familias y de Grace Foster no habría risas ni reencuentros, la guerra le había arrebatado todo lo que tenia, tanto como su pasado como su futuro.

Nada había cambiado después de tantos meses, el dolor seguía siendo el mismo, Grace decidió pasar más tiempo trabajando ya que estar en casa sola era demasiado doloroso.

Solía ir a visitar con frecuencia a Steve, ya que el cuerpo de su prometido nunca lo hallaron, era algo que no le dejaba dormir ni vivir en paz, a veces tenía la esperanza de que hubiera logrado escapar y siguiera con vida, pero eso la torturaba aun mas. En cambio al pequeño Steve lo encontraron días después aferrado a su arma y fue enterrado junto a los demás soldados en el cementerio nacional de Cypress Hills.

Un sábado por la tarde no le había quedado más remedio que quedarse en casa. Para sorpresa de Grace tocaron el timbre, era una mujer de un rostro dulce que sostenía una caja en sus manos.

-¿Eres Grace Foster?- La mujer preguntó con una melodica voz.

-¿Si, porqué ?-

-Soy Margaret Sullivan, me gustaría hablar contigo sobre Steve Hunt Bennet y James Bucker Turner-

-¿Quién es usted?- Preguntó muy confusa

-Soy una amiga, tengo algo para ti Grace ¿puedo entrar?- Margaret sonrió, pero sus ojos estaban llenos de tristeza.

-Por supuesto-

Margaret entró viendo un precioso piso, todo estaba ordenado, las dos se sentaron en el sofá donde al lado había una mesita de cristal con una foto de James. Por un momento Grace pensó que por fin le dirían que habían encontrado el cuerpo de Bucker, pero no fue así.

-Esto es para ti- Margaret le entregó la caja - Siento mucho lo ocurrido, pero deberías saber que Bucker y Hunt murieron como héroes.

Grace abrió la caja y reconoció el libro favorito de James que Steve le había regalado hacía unos años, sonrió al ver una foto suya que James siempre llevaba consigo a todos lados. Rebuscó las demás cosas hasta encontrar otra foto donde estaban los tres felices sonrientes en Coney Island el día de la feria. No pudo contener sus lagrimas.

-Está bien llorar Grace, no pasa nada- Margaret acarició su espalda, soltando unas lagrimas por el dolor que sentía al ver a la muchacha y el dolor que también sentía.

-Los hecho muchísimo de menos-

-Yo también-

-Intento aceptarlo y acostumbrarme- Grace la miró, secándose las lagrimas

-Estoy segura de que ellos querrían que fueras feliz-

-No es fácil-

-Lo sé, pero puede que juntas lo logremos. Yo amaba a Steve, Grace. Puede que las dos no tengamos la oportunidad de vivir ese amor, pero James murió para mantener el mundo más seguro y también Steve. Debemos estar orgullosos de ellos.-

Grace sonrió tristemente sosteniendo la foto de su pequeña familia en sus manos aun temblorosas.

Durante varios meses las dos mantuvieron contacto mediante cartas y llamadas, entre las dos intentaron superar poco a poco un dolor incesable.  Margaret volvió a su tierra natal y no les fue fácil mantenerse en contacto como antes.

Solo espera hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora