Diablo con corazón

1.2K 56 10
                                    

Esta historia empieza como cualquier otra. Un caballero, y una princesa que necesita ser rescatada... o más bien al revés.

Un Diablo que necesita ayuda y una Diosa enamorada de protegerlo.





Era de mañana, o eso podía percibir Kcalb con los pequeños rayos de luz que se filtraban por la abertura de su ataúd.

De un corto movimiento extendió su mano y empujó la tapa y se irguió. En un amplio bostezo miró a los lados, justo luego a las cortinas, que tapaban algo de luz mañanera.

-Las siete...- Esbozó Kcalb con tono bajo y se levantó de su ataúd. Este Diablo, camino hasta su armario en una esquina, y se colocó una chaqueta negra y su abrigo oscuro de cristales negro al final.
Se colocó frente al espejo y se empezó a peinar....

Su mirada se clavo paralizada en los cristales y con su expresión seria examinó todo su rostro.

Kcalb. Un Diablo de ojos negros y pupilas blancas, junto con su cabello y piel, era lo único blanco junto a su camisa que poseía de color blanco.

El se acercaba todos los días al espejo para hacerse recordar lo que era ahora y quién era.

Un Diablo que hizo la paz con su Dios.
Pero hay algo que aún está mal dentro de el, aunque aún así lo pretende olvidar, porque sabe que no puede cambiar el presente, sino, todo lo que vendría en adelante sería un caos.

Siempre tenía el remordimiento de que le faltaba..-

.
.
.

Kcalb salió de su cuarto y se encaminó a la gran sala donde esperaba Ethiw en el sitio de siempre, con su calmada sonrisa y su corona de cristales blancos. -Buenos días Kcalb- Le contestó con su agradable voz.

Kcalb movió un poco la cabeza para devolverle el saludo en silencio y se sentó en su sitio correspondiente, esperando el desayuno junto a ella. El no era un hombre de muchas palabras.

-¿Qué tal Kcalb? ¿Dormiste bien? Yo aún sigo sin entender cómo puedes ni siquiera respirar ahí dentro. A mí me resultaría agobiante, fufu. Eso me recuerda a que bla bla bla..-.

Al contrario que el Diablo, la Diosa era muy habladora y confiable, era bella y amistosa, además de que era querida por todos al hacer tanto el bien.

Wodash entró con el desayuno y su delantal de cocinero, mientras Ethiw seguía hablando creyendo que el Diablo de negro le escuchaba.

Mientras que el ángel jefe de un solo ojo colocaba el desayuno en la mesa y Ethiw hablaba hacia la nada, Kcalb respiró hondo y propuso.... el cambio de sus vidas.

-Ethiw. Deberíamos recuperar las alas-. En es momento a Wodash se le cayó la bandeja y la Diosa paró de hablar al instante muy sorprendida.

El silencio gobernó la sala mientras Wodash recogía torpemente las cosas del suelo. -¿Co-como que recuperar las alas Kcalb...?- Tartamudeó la Diosa nerviosa.

El chico la miró con su mirada sería y fría, y prosiguió con la propuesta.

-Se que decidimos sellarnos las alas de ambos como símbolo de promesa de la paz eterna entre ángeles y demonios, pero un Dios y un Diablo no son lo mismo sin las alas-. Kcalb removió el café oscuro sobre la mesa con una cucharilla tranquilamente.

-K..kcalb.. No piensas con claridad. No creo que eso esté bien-. Prosiguió Ethiw nerviosa mientras que Wodash les miraba de reojo una vez recogidas las cosas que cayeron. -Wodash. ¿A ti qué te parece?- Preguntó Kcalb mirando a su hermano.

[ Kcalb X Etihw] INCONTROLABLE // ONE-SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora