Poema del adiós

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Mírate. Lo sé.

Todos están que enloquecen.

O quizás solo somos tú y yo.

Mírate. Lo sé.

Todos están que enloquecen.

O quizás solo somos tú y yo.

Mírate. Lo sé.

Todos están que enloquecen.

O quizás solo somos tú y yo.

Veo en lo que nos hemos convertido.

Dictadores

Y te alejas de mí cada día

Y eso me entristece.

Y si necesitaste a alguien en quien apoyarte,

Yo he hecho lo posible,

lo posible por estar a tu lado.

Y si necesitaste amor,

mujer,

siempre he tratado de dártelo.

Aguanté mucho y logré no romperme,

Yo tiré mis últimas cartas por ti,

pero las cosas se tienen que dar,

y lo nuestro se acaba.

Y si necesité a alguien en quien apoyarme,

tú, querida.

Brillaste por tu ausencia.

Y si necesité amor,

oh, mujer,

Jamás hubo algún rastro tuyo.

Mírate. Lo sé.

Todos están que enloquecen.

O quizás solo somos tú y yo.

Mírate. Lo sé.

Todos están que enloquecen.

O quizás solo somos tú y yo.

Mírate. Lo sé.

Todos están que enloquecen.

O quizás solo somos tú y yo.

Querida me enloqueces,

no hay nada como amarte.

Querida ¿te enloquezco?

¿no hay nada como amarme?

Literatura del amor y del sin sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora