Capítulo 5: Sueños.

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*Todo lo que aquí está escrito es pura ficción.

-"Papá besa..."

De un grito me levanté de la cama. La cabeza me dolía. Mi estomago quería expulsar todo lo que tenía dentro. Todo el alcohol que tomé anoche me estaba pasando factura. Me levanté del sofá y me di un buen baño de agua fría. Abrí un poco las ventanas. Me preparé un par de tostadas y encendí la televisión. Mientras veía el programa de debates, Alice apareció por mi espalda y con su sonrisa de siempre me preguntó:

-Ya te levantaste, ¿Te encuentras mejor? ¿quieres hablar de lo de anoche?

-Perdón por decírtelo tan de repente. Llevaba años guardándolo dentro de mí. Creo que solamente, exploté.

- ¡Tanto tiempo! ¿desde que era pequeña? ¿A los cuantos años?

- ¿Qué?

-...No. Nada. Solo, ¿cuánto tiempo llevas con esa mujer?

-Perdóname. Entiendo si estás enojada conmigo.

-...No estoy enojada. Se dice que cuando uno está ebrio, dice realmente lo que sienten...-su voz se hacía cada vez más baja.

- ¿Qué te pasa?

-No nada-suspiró-. Se dice que cuando uno está ebrio dice realmente lo que siente...Entonces era cierto que Elly estaba detrás de ti. ¡Tenía razón!

-...No fue una enfermedad lo que tenías...Elly te envenenó...Pero acabé con ella de una vez por todas.

- ¿Qué hiciste? ¿No la habrás...?

-No, solo la amenacé. Le dije que nunca volviese a acercarse a ti. Y si lo hace, juro que la mataré.

-...¿No recuerdas nada de anoche?

-Solo recuerdo llorar como un bebé.

Ella solo se rio.

-Tienes razón. Solo te quedaste llorando.

-Vete a clases.

Estaba desganado y deprimido. Me era imposible mirarla dos segundos sin apartar la mirada. Ella solo se acercó y dijo:

- ¡Me quedaré hoy! Necesitas compañía.

- ¡Vete a clases!

-Si me dejas quedarme un poco más, te perdonaré. No quiero que te deprimas, yo te sigo queriendo, aunque hayas hecho eso.

-...

-Ayer expresaste lo que sentías, y lo que oí no parecía mentira...¡Quiero verte feliz!-su voz se hizo más baja-. No...no era mentira, ¿verdad?

- Claro que no. Realmente te debo una disculpa a ti y a tu madre, aunque ya no esté con nosotros. 

- ¡Ahora levántate y sonríe!

Estaba realmente agradecido con la amabilidad de Alice hacía a mí. Nunca fui capaz de decir una palabra acerca de ello. Tenía miedo de que me abandonaran. Pero no sucedió. Alice lo hacia ver como si no importase.

Tan pronto como ella se fue al instituto, llamé a Arley para agradecerle por lo de anoche. Su voz todavía se escuchaba adormilada. Y sus constantes quejas me indicaban que indicaban que estaba igual o peor que yo.

- ¡No volveré a beber nunca! Mi mujer me ha regañado por llegar borracho. Mi hijo tuvo que ayudarme a llegar a la cama. Creo que nos pasamos anoche. 

-Lo siento si te causé problemas.

-Tenía mucho tiempo sin salir con un amigo, y la edad ya me está pasando factura. No soy tan joven como tú.

Me enamoré de mi hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora