Luhan volvió a su casa casi gritando. Se tiró de los pelos mientras pegaba patadas a sus muebles. Muebles que pronto no serían suyos. Estaba frustrado consigo mismo, pero más con Sehun. ¿Por qué pensó eso? ¿Y por qué cuando él lo intentó desmentir no creyó en sus palabras? Se merecía sufrir sólo por eso. Sin embargo él también sufriría esas consecuencias.
Se sentía impotente. Furioso comenzó a sacar sus cosas del armario y abrió su maleta con la indignación ya instalada en su ser. Quería desaparecer, quería por primera vez en meses huir a China y no volver. No se merecía nada de lo que estaba pasando, él era consciente. No tenía que haber entrado nunca en 1MILLION, debería haber vuelto a su casa con sus padres y haberles explicado el problema.
Él debía temer por la reprimenda que le iba a tocar aguantar nada más volviera a Beijing, pero estaba más asustado de no volver a ver a sus amigos nunca más. Necesitaba al menos despedirse. ¿Sería buena idea volver a 1MILLION una última vez? Suspiró mientras metía las cosas en su maleta sin poder mirar más allá. Una vez recogió todo la cerró. Sólo le faltaban sus pertenencias extra, necesitaba meterlas en sus correspondientes cajas. Se puso música para trabajar en ello, y cuando tuvo todo ya recogido, se fue a la ducha aún cabreado.
Se había dejado el pijama fuera y una muda para el día siguiente. Una vez terminó, abrió el portátil para reservar un vuelo a China lo antes posible. Pensó que sería buena idea volar por la noche, así cuando entrase en casa nadie le gritaría y podría al menos descansar un poco antes de la gran charla. Se miró al espejo a oscuras mientras solo entraban las luces de la ciudad por la ventana. Fijó su mirada en el colgante con una H que adornaba su cuello y suspiró:
"Qué pena, Sehun, qué pena..."
Dicho esto, se metió en la cama. A la mañana siguiente y con los ojos pesados por una mala noche, se vistió, desayunó algo y se encaminó para ir por última vez a 1MILLION. Su despedida definitiva. Ahora que salía a las calles de Seúl, todo parecía más triste y apagado, pero a la vez mucho más valioso. En esa ciudad había conseguido sentirse libre del todo, sin nadie que pudiera decirle qué hacer. Podría torcer hacia la izquierda aunque tuviera que seguir recto. A eso lo llamaba libertad. Suspiró y miró el gran letrero de la academia de baile. Entró sin decir nada.
Todo le parecía que pasaba a cámara lenta. Los alumnos saludando, los profesores dando clase, gente observando en las salas. Cerró los ojos por un momento y dejó escapar una lágrima de pura impotencia. Era una pena que todo terminase así. A lo lejos divisó a Yixing, que al verlo lo saludó con su mayor sonrisa, marcando sus hoyuelos. Sin poder evitarlo, cuando estuvo cerca de él se desplomó en sus brazos, llorando como nunca. Éste, sorprendido, abrazó a su amigo y frunció el ceño preocupado. Le acarició la espalda suavemente mientras le daba palmaditas para que se calmase. Su amigo lo llevó al jardín para que se sentase y allí Luhan le contó absolutamente todo.
Entonces llegó Jongin, y cuando se enteró, cayó rendido al suelo. Ese chico lo quería de verdad, Luhan lo sabía y odiaba hacerle daño de ese modo. Entre los tres compartieron quejas, penas y alguna que otra lágrima. Luhan prometió escribirlos en cuanto llegase a China, quería estar informado de todo lo que pasaba. Cuando pasó una hora y los chicos tuvieron que ir a clase, decidió ir a hablar con Kasper. Le debía una explicación de todo. Hablaron y hablaron, y por mucha pena que le dio perder a un alumno tan bueno, tuvo que aceptarlo. Le deseó lo mejor y le dio su teléfono por si alguna vez necesitaba cualquier cosa. Este lo agradeció de verdad, necesitaba hombros en los que apoyarse ahora que volvería a su asqueroso mundo gris.
Luhan paseó por los pasillos hasta la salida cuando se dio la vuelta. Frunció el ceño. No, aún le quedaba una cosa por hacer antes de irse de Corea. Caminó con decisión por los pasillos buscando el aula número A casi con furia, hasta que una voz le paró en seco.
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Booty Man || HunHan
Fiksi PenggemarHay tres reglas cuando Booty Man entra en la sala de baile: La primera, no hablar sin su permiso. La segunda, no mirarlo fijamente a los ojos. La tercera, no bailar sin su consentimiento. ➢ Pareja: Hunhan ➢Duración: (??) ➢Género: Humor, Baile, Roma...