Fugitivos (Parte 1)

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Abrió los ojos, en toda vista no se veía nada, sólo oscuridad pura, y creo que solo se veía unos pequeños haces de luz que penetraban unos hoyos hechos en el techo del container donde yacían presos nuestros protagonistas.

Jane estaba delirando por una golpiza que sufrió y Big D estaba inconsciente en el suelo.

Querían salir apresuradamente de ahí, se habían escondido en un container. Habían casi treinta personas ahí afuera buscándolos. Todas armadas con rifles M4, y si por si se lo preguntan... si, los comandaba un militar.

-Militares... como los odio - Mascullaba Jim.

- Hay que salir de aquí rápido.

- Son muchos.

- Debe haber una manera.

De pronto, se escucharon ruidos desde afuera de su escondite, los prisioneros se alarmaron. Jim abrió lentamente la puerta, lástima que se escuchó un chirrido. El guardia se giró, pero Jim era más ágil. Gracias a un trozo de tubería, logró noquear al captor. Lo arrastraron hasta el interior del container.

- Hay que registrarlo, quizá tenga cosas de interés nuestro.

Buscaron hasta el más oscuro rincón de su traje, lograron sacar la M4, una pistola de tipo Colt y un cuchillo mariposa. Sintieron unos quejidos, se voltearon y vieron a Big D de nuevo consciente. Los relajó un poco, pero eso se acabó cuando vieron a Jane tirada en el piso, parecía no tener signos de estar respirando.

Jim corrió rápidamente hacia ella y le midió el pulso, solo había caído en un sueño profundo. Jim la dejó apoyada en su mochila. Fue hacia Big D, quien estaba bebiendo agua de la botella. Se sentía mareado, bastante, además que su sangre le recorría la frente llena de sudor.

- Bien, abrámonos paso.

Observaron fuera del container, y al ver que no había nadie, salieron. Jane iba en brazos de Jim, quien era protegido por Big D. Siguieron avanzando, el lugar era bastante amplio, se encontraron con una casa bien construida y cuidada, se observaba movimiento dentro de ella. Salieron por los arbustos y entraron al patio de la casa.

Jim rápidamente notó un cuerpo rápido que salió de la nada, un perro. Empezó a ladrar, y muy fuerte. Tanto, que alarmaron a los que estaban dentro de la casa.

- Mierda, perro hijo de la mismísima... - Rodríguez fue interrumpido por un agudo dolor en el pecho.

Un disparo se escuchó... ahí fue cuando Rodríguez cae al suelo, inerte.

- ¡NO! - Gritó Jim.

Dieron una batalla dura, buscaron cobertura detrás de unos árboles y de una tina que estaba ahí tirada en el patio. Cuando los enemigos acabaron en el suelo, nuestros protagonistas siguieron avanzando. Llegaron a una calle, se escondieron detrás de un contenedor de basura y observaron desde ahí.

Pero alguien faltaba, Jim no estaba ahí. Miraron hacia atrás y observaron como este estaba ahí parado enfrente del cuerpo de Rodríguez, estaba inexpresivo, pero con una leve mueca en su boca.

- ¡Jim! ¿Qué haces? ¡Ven aquí!

No respondía. En su mente pasaban las muertes de sus compañeros que él presenció. Todos los antiguos miembros que habían pertenecido a su grupo murieron en su presencia. Aunque aún quedaban algunos, era horrible volver a pasar por lo mismo.

- ¡Jim! - Se escuchó a Jane.

La chica se había levantado recién, despertó poco después de terminar el tiroteo. Jim se volteó y la miró. Toda ensangrentada, ahí estaba su hermana. Sucia y adolorida, pero ahí estaba... despierta al fin.

The Dead is Alive! Temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora