Fugitivos (Parte 2)

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- ¿Pero... qué? - Dijo Kurt al ver detrás de un arbusto a los militares.

Aún estaban ahí cuidando la entrada de FiveWall, era curioso pensar que sobrevivientes así tuvieran ese armamento tan inusual. Y el hecho de cuestionarse el origen de aquellas armas hacía que le dieran pequeños escalofríos en el cuerpo. Lo más impresionante era el número de militares que había en el pueblo. Se contaban 25 guardias, ni quería imaginarse el número que había más adentro.

Avanzó por atrás del arbusto y entró a una casa que estaba cerca de su posición. Al abrir la puerta vio lo ordenado que estaba la casa, aunque parchada por distintos derrumbes y descuidados. Kurt miraba boquiabierto como todo el lugar podía estar así en pleno Apocalipsis.

La casa tenía dos pisos y era amplia, la sala de estar tenía unos sillones y una televisión muy vieja, que se suponía que era de adorno. Había unos sillones bastante limpios y había una escalera en plena sala de estar, era la que llevaba al segundo piso. También una mesita central al medio del semicírculo de sillones.

Sintió unas pisadas y se volteó, había personas que bajaban las escaleras. Kurt buscó una cobertura rápidamente, ubicándose detrás de una puerta abierta.

Las personas bajaron, hablando y riéndose. Eran mujeres, una rubia y otra más castaño, como el pelo de Rin. Si bien eran bastante lindas, eso no hizo que Kurt se les quedara mirando como estúpido... como le pasaba la mayoría de las veces. Cuando esas mujeres bajaron, seguían hablando, y aquí, Kurt oyó la conversación.

- Luke ha estado muy preocupado estos últimos días, dice que se está acabando la comida y no alcanzará hasta para dos meses más, hay que matar a los cerdos para obtener comida rápido.

- ¿Tuvieron sexo esta mañana? - Preguntó la rubia.

- Sí, pero se notaba que no se sentía bien, sus movimientos no eran como de costumbre.

La rubia puso una cara de preocupación por su amiga, pasaron unos segundos de silencio, en los cuales ellas se sentaron en los sofás.

La castaña era hermosa y se veía una cara muy simpática en ella, un cuerpo tonificado, probablemente pertenecía (o había pertenecido) al ejército. Portaba una camiseta con el abdomen aire de color blanco, y unos jeans ajustados que eran negros. Llevaba pantuflas y el pelo mojado, se había bañado recientemente.

La rubia era bastante bonita, pero no lo era tanto como la castaña... o por lo menos eso opinaba Kurt. Esta vestía una camiseta color burdeos y andaba en ropa interior, pareciera que recién había despertado.

- Voy a la cocina... ¿que quieres desayunar?

- Voy contigo.

Kurt pensó que está sería su oportunidad de escapar. Pero luego giro la cabeza y vio un lavaplatos, una tostadora y una cocina. Ahí empezó a preocuparse mucho más.

Rápidamente entró de manera silenciosa y avanzó en puntillas. Y salió por otra puerta que llevaba al garage. Dejó la puerta abierta y vio algo que lo llenó de terror.

La sangre se le heló y no quiso saber si aún lo habían usado, era totalmente terrorífico.

Su armadura impenetrable, ruedas de semi-oruga M5, y una gran extensión tubular que tenía como cañón, y sus mortales ametralladoras que tenía a cada lado. Kurt estaba al frente de un tanque de batalla.

"Estos imbéciles están armados como nunca"

Kurt salió corriendo por el patio de atrás, y avanzó por la gran muralla sin ser visto.

Y seguía viendo casas que estaban muy bien cuidadas, con plantas vivas y verdes y autos que estaban con el motor encendido. No sabía qué pensar de ese lugar, estaba perdido en sus especulaciones.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2017 ⏰

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