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۞JONGIN۞
Han pasado muchos años para mi, mas de trescientos poniéndole número. Mi apariencia no va mas allá de los 27, y siendo sinceros, ser un vampiro tiene sus ventajas.
Leyendas van y vienen sobre nosotros, hace muchos años se decía que éramos unas criaturas infernales, que nuestra apariencia tambien lo era, que nuestro color era palido con venas azules, ojos completamente negro, cara contorcionada, colmillos sobresalientes, con un cuerpo largo, y garras con las que puedes partir un ternero en dos. Cuentan las leyendas, que sabemos manipular a las personas para hacernos dueños de su alma y su sangre a falta de la nuestra propia, oh! Y cómo cláusula final, nos quemamos si salimos al sol como pollo en parrilla...
¡Ja!....me dan pena ajena...
¿Los vampiros tiene poderes?...Si
¿Chupan sangre?... Tambien.
¿Que sabemos manipular a las personas? Puede ser...
¿Pero que somos así de feos?
¡Por favor! ¡Me ofenden!
Tampoco todos somos pálidos como el papel. Cada vampiro tiene diferente aspecto, diferente altura y color de piel, como diferente poder y carácter.
Yo soy Moreno, mido 1.82, y soy como cualquier otro humano, aunque más genial y guapo, con la única excepción de que tengo poderes y me encanta la sangre fresca, eso sí, solo cada semana cuando me arreciaba la sed, no era tan adicto y el sol me la pela, que me irrite un poco la piel no me privaba de salir en todos mis trescientos años.
A fin de cuentas como cualquier otro humano cuando mi sed está saciada, puedo convivir en su ambiente sin que nadie note nada extraño, como ahora, que estoy en un famoso café aparentando ser normal, todo por una sola cosa...
Él...
"Después de tantos años....Te Encontré"
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