༻Capitulo 3°༺

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Su turno había terminado, eran aproximadamente las nueve de la noche, y el iba caminando rumbo a su casa la cual estaba a unos quince minutos a pie y diez en autobús.

El prefería caminar esos cinco minutos y ahorrarse el dinero, ya que la casa y la escuela no se mantenían solas y el menos, además, le servía de ejercicio, ya que no tenia mucho tiempo libre para ejercitarse, y esos quince minutos de ida y vuelta al día le beneficiaban mucho.

Al llegar a su casa, lo primero que hizo fue preparar la tina para darse un largo baño, esperaba relajarse un poco y despejar la mente ya que en el camino esa sensación de miedo y peligro que le dejo ese cliente misterioso no lo abandonó, es mas, aun después de que el cliente se marchara el seguía sintiendo su espalda vibrar y sus piernas y sentidos temblorosos.

Suspiro negando, mientras se quitaba la ropa "Que pasa contigo KyungSoo" se recriminaba mentalmente, "Sea lo que sea, detente ya, si no, de aquí a un mes acabarás en un psiquiatra".

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Un auto color negro con ventanas polarizadas se encontraba estacionado bajo un frondoso árbol, la sombra de éste y la oscuridad de la noche lo hacían pasar desapercibido. Iban a dar las once de la noche y dentro, un hombre miraba detenidamente una casa en específico, ésta se encontraba del otro lado de la calle unos metros mas adelante.

El hombre sonrió satisfecho cuando la luz que se traspasaba por las cortinas de la puerta corrediza del pequeño balcón se apago.

Miro la hora en su reloj y decidió esperar unas cuantas horas mas.

"KyungSoo, KyungSoo... esta noche serás de nuevo mío"

El vampiro sonrió de anticipación, de solo imaginarse lo que pasaría dentro de unas horas, su excitación comenzaba a crecer y las ansías de que el tiempo pasara mas rápido lo atormentaban.

Era la primera vez que se sentía enemigo del tiempo, y eso que él lo sentía su mejor aliado.

Dos horas pasaron, el vecindario dormía y un hombre en un auto negro sonrió con su típica sonrisa maliciosa al ser este su momento.

No pudiendo esperar más, tomo la pequeña bolsa de seda que tenia a un costado y salio del auto, colocando la alarma segundos después de cerrar.

Frente a la casa se encontraba un árbol, no tan frondoso como el de la otra cera, pero suficientemente alto para llegar hasta el balcón.

Un árbol junto al balcón definitivamente no es seguro, cualquier persona podría escalar el árbol y entrar a el cuarto a la mitad de la noche...."Yo por ejemplo".

La puerta corrediza se encontraba entre abierta, dejando pasar el aire fresco entre las cortinas..."y a un Vampiro, sediento de deseo".

Se adentró con ligereza, como un tigre al acecho. La luz de la luna alumbraba un cuerpo menudo que se movía inquieto entre sueños, definitivamente sentía su presencia y el deseo que tenía por él esta noche...

𝐸𝓃  𝐿𝒶 𝒞𝒶𝓂𝒶 𝓓𝓮𝓵 𝓥𝓪𝓶𝓹𝓲𝓻𝓸 ╚ »кαιѕσσ₊₁₈« ╝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora