Rockabye *KookMin* OMEGAVERSE

Prólogo (Editado)

La vida de JiMin nunca fue fácil, todo se complicó aún más cuando él cumplió los 15 años de edad y se presentó como un Omega. Su celo fue tan fuerte que su padre, un alfa, trató de marcarlo sin que su madre hiciera nada por evitarlo. Luego de eso todo se volvió confuso, huyó y estuvo por meses en la calle. Para él no había problema alguno con pasar días sin comer, de todos la comida en su casa nunca fue abundante, así que pasaron los meses y quizá, también los años. A los 17 años, llegó a una especie de albergue para Omegas, se instaló allí y logró permanecer en el lugar hasta que alguien le avisó a las autoridades y estos llegaron para destrozar el lugar y abusar de todo Omega que vieran.

JiMin logró escapar, o eso fue lo que creyó, porque cuando iba a perderse tras un callejón, fue arrojado de golpe al suelo, trató de levantarse pero el hombre más corpulento lo tomó del cabello y con un solo puñetazo le hizo ver negro.

Cuando JiMin abrió los ojos de nuevo lo primero que vio fue la sonrisa desagradable del hombre, lo violaba mientras dormía. Park JiMin, Omega fugitivo perdió la virginidad a los diecisiete años producto de una violación. El hombre lo mantuvo, le daba comida, un lugar donde dormir, así que JiMin se acostumbró a los abusos como si fueran algo normal. Después de casi tres años bajo los abusos del hombre, JiMin quedó en embarazo. Eran gemelos.

El tipo lo echó a la calle apenas se enteró, porque vaya sorpresa, estaba casado y tenía hijos. JiMin no se quejó, porque él sabía que nada era eterno. Se marchó con su única posesión, dos pequeños bebés que crecían en su vientre. Vivió varios meses oculto detrás de un trozo de cartón bajo un puente, hasta que un día una mujer muy hermosa le tendió la mano. él sabía lo que ella quería de él, JiMin sabía que no era feo así que de inmediato supuso que la mujer era proxeneta, así fue. 

Cuando ella vio al chico de pie y notó el abultado vientre, negó con la cabeza y lo llevó a su hogar. No era grande como el lugar en el que solía ser abusado, pero era acogedor. Lee Chae Rin fue su primera amiga.

El embarazo no fue difícil, todo fue rápido e indoloro, y por eso cuando seis meses más tarde, tuvo a sus dos retoños entre sus brazos, se dio la libertad de llorar y sonreír a la vez. Decidió que el mayor por dos minutos, se llamaría YoonGi, mientras que el más pequeñito y cachetón, se llamaría HoSeok. Fue el día más feliz de su vida.

Cuando ambos lo miraron a los ojos, decidió que evitaría a toda costa que sus bebés vivieran lo que él. Los cuidó con todo el amor que él no tuvo, los besó en las mejillas y lloró sus heridas, los crió con tanto amor como le fue posible y cuando ambos cumplieron su primer añito de edad, JiMin supo que debía trabajar por ellos y para ellos. Aceptó la propuesta de Chae Rin, y una noche después de cantarles una nana y ponerlos a dormir, se maquilló y se puso ropa demasiado descubierta para el frío de la noche. Besó a los bebés en las mejillas y dándose fuerzas, salió del pequeño lugar.

Su primer cliente le pagó con 100 wones, el segundo le dio 120 y el tercero le dio 800, reunió trecientos wones que le permitieron comprarles leche y pañales a su bebés. Con lo que ganó la segunda noche les compró juguetes y así, hasta que los niños cumplieron seis años y todo comenzó a ser demasiado costoso. Entonces aparte de prostituirse se volvió Stripper, pero aún así sentía que nada era suficiente, porque cuando YoonGi veía la televisión y le señalaba juguetes que él no podía permitirse,  el niño lo miraba con esos hermosos ojitos gatunos y sonreía con tristeza, o cuando su pequeño HoSeok pasaba por esa pequeña repostería y miraba con adoración los hermosos cupcakes, él se daba cuenta de las muecas tristes del menor al saber que si preguntaba, su padre le diría que algún día conseguiría comprarle uno para él solito.

Sólo Chae Rin sabía lo mucho que el pequeño Omega de cabellos rubios sufría por el bienestar de sus hijos, así que ella comenzó a indicarle zonas para comenzar a trabajar, Yeongdeungpo-gu fue el lugar en el que cerró los ojos y dejó su cuerpo en manos inexpertas que lo lastimaron más allá de los físico. Donde permitió que el aliento del desconocido secara el sudor de su piel y que su voz asesinara a su espíritu a puñaladas lentas y secas.

Su primer cliente le supo a hiel pero por su hijos iba a soportar toda la amargura posible.