Feria de Vanidades

Prologo:Feria de Recuerdos

Hace mucho tiempo cuando era feliz totalmente...

Ese hombre, que creía conocer, volvió a besarlo mientras acunaba su rostro entre sus manos y él iba retrocediendo dejándose llevar . Sonrío mientras sus labios se rozaban con complicidad y pasión, levantándo sus brazos para rodear su cuello enredó sus dedos en el cabello blanco de aquel hombre. Pudo ver, el también sonreía pero no como solía hacerlo, algo podría estar pasando pero en ese momento, juntos, nada más importaba . Cerró los ojos al tiempo que su cintura era rodeada con añoranza y volvía a sentir el tacto de esos finos labios sobre su boca, llevó su mano hacia el cabello blanco de ese vampiro para acariciarlo . Entonces Ferid tropezó desde atrás con la cama cayendo en ella con su amado encima suyo, entrelazó sus manos con las ajenas mientras las ansias aumentaban y una lengua traviesa se abrió paso por su boca quitándole el aliento . Aparte de él no quería nada más en ese mundo, sellado por la maldición y por la persona que amó quedó atado a él.
Esa boca traviesa bajó a su cuello, arrancándole un jadeo a el vampiro de cabellos plateados, así recibía los besos y tacto de esa lengua exquisita, en la extensión de su piel . Elevó la rodilla hacia la entrepierna del osado vampiro de peli blanco causando que este le mordiera el cuello en respuesta, por eso él siguió con ese movimiento ejerciendo más presión​.  Al mismo tiempo sus delicadas manos desabrochaban esos ropajes que conocía muy bien .
— Ferid... — Le gruñó al cuello con esa voz dominante y sugerente que le encendía el cuerpo al nombrado.

Terminó de desabrocharle el chaquetón largo y rojo entonces pasó una mano por debajo de la otra tela para sentir esa tersa piel y el abdomen firme y marcado . Escuchó un jadeo sonoro y luego sintió como una mano fría se colaba por debajo de su pantalón y le arrancaba un gemido ante lo salvaje y desquiciante de su tacto, mientras arqueaba la espalda. Sabía que ese hombre nunca se quedaba atrás y por eso le encantaba provocarlo y seducirlo, lo conocía bien . Él ya estaba ligero de ropa por lo que, deslizándole las manos por el costado de la cintura y pecho le fue quitada la ropa y así quedó con el torso expuesto ante ese Progenitor. Esas manos expertas seguían tocándolo y acariciándolo donde más le gustaba, y llegaron hasta esos dos puntos sensibles en su pecho para atenderlos y masajearlos. Su boca fue robada por un beso profundo y demandante que lo dejaba sin aliento. Sentía como su contrario juntaba su cadera con la suya causándole una corriente placentera desde la base de la columna. El mismo elevó su cadera para tener mas contacto y jalandolo de los cabellos lo separó de su cuello
— Quítate la ropa — Le susurró con lascivia al oído para después morderselo. El hombre de cabello, blanco así lo hizo, se sentó sobre él, manteniendo una superficial y comedida sonrisa al tiempo que se despojaba de esa prenda que cubria su torso. Pero algo no andaba bien, Ferid lo sabia así que lo acercó hacia si tomándolo con delicadeza por los fuertes brazos de su amado. —¿Que pasa amor? —En ese entonces se sentía seguro de expresarse libremente. Con delicadeza rodeó su cintura con sus piernas y lo abrazó por debajo de uno de sus brazos mientras acariciaba su cabello
—Nada Ferid — Dijo volviendo a unir sus brazos para callarlo
« Mentiroso »
Lo tomó del mentón deshaciendo el contacto —A mí no me mientas
—Solo estoy un poco cansado — Confesó, él, el maestro de las máscaras que podía mentir y actuar como el mejor pero no podía pretender frente a Ferid. Decir solo un retazo de la extensa verdad también podía ser aceptable . La mente aguda de Ferid captó,  lo que creyó,  nunca diría por orgullo
— Entonces déjame complacerte hoy— Y no habría otra vez
Lo empujó por el hombro tumbandolo en la cama y se subió encima suyo con sus piernas al costado de su cuerpo. Besó y lamió, su cuello absteniéndose de morderlo ¿ Hacerlo como sería? Nunca había bebido de él directamente. Y tampoco lo haría. Sintió como una mano le desabrochaba el pantalón con toques obscenos y ardientes. Su temperatura, comenzó a subir y su piel se volvía mas sensible al tacto. Esa mano tiró de su pantalón y él moviéndose para ya no estar encima de él, se lo quitó así tambien como su ropa interior . Pareció, ser que la vista de su cuerpo desnudo fue demasiada tentación ya que ahora el estaba debajo con las piernas abiertas su amado encima suyo. Los besos desesperados y sugerentes en su cuello  bajaban, que tuviera esa devoción por él y ese hambre por su cuerpo le encantaba, sentía que lo tenía a sus pies y así era por que por él movería Cielo y crearía el Infierno. Ahora esa boca estaba rodeando esos dos puntos sensibles en su pecho, se hacia rogar.
—Hazlo — Le ordenó dirigiendo su mano hacia la entrepierna de quien estaba encima suyo. Tomó esa larga y ya algo dura extensión entre sus finos dedos para acariciarla, arriba y abajo,repitiendo el movimientos. Acto seguido esos dos puntos estaban siendo atacados de manera salvaje y excitante. Una lengua humeda los acariciaba y luego su piel era sometida a a marcas echas por el impulso de morder.  El siguió los movimientos en el miembro del mayor esta vez con mas rapidez y presión. Estar con las piernas completamente abiertas era demasiado excitante y el mismo se sorprendía de su elasticidad
— ¡Quitatelos! — Le exigió cerrando los ojos por el placer, esa diva que quería todo cuando lo ordenaba toda una excéntrica
Rápidamente ese experimentado Miembro del Consejo Progenitor se paró fuera de la cama y se quitó, lo último de su ropa de manera deliberadamente provocativa. Dejaba caer la ropa mientras Ferid debía estar rogando mentalmente por culminar el acto, más aún al ver el nivel de ansias que demostraba el cuerpo de su acompañante . Observó  como ese hombre de cabello blanco y aspecto de ángel volvio a cernirse sobre él, entonces obediente abrió las piernas. Al hacerlo su virilidad tuvo un fuerte choque con el de el otro Progenitor. El solo pensar lo bien que se sentiría era suficiente afrodisíaco.
— Mmm... Nngh — Los gemidos llenos de placer que salian de boca de Ferid ante cada choque eran silenciados por la boca de quien estaba encima de él y no le dejaba mover sus manos . Una boca mentirosa que, él creía era sincera con él.
Pero que iluso es el amor y torpe era su amor, en su caso también ciego, sordo y seguramente estúpido.
Esas manos expertas dejaron de sujetarle las suyas y deslizándose por todo su cuerpo le causaron  una ola de placer por lo sensible de su piel. Llegaron a su cadera, y lo acomodaron para lo que venia.
— Haaaa... — Un placentero y desvergonzado gemido se escapó de su boca cuando comenzaron a masajear sus glúteos y esos dedos se enterraban en él. — Ngnh... ¡Haaa! — Abrió, los ojos y, arqueo la espalda cuando sintió dos dedos entrometerse en su interior, entraban  y salian sin cesar . Entre respiraciones irregulares dejaba besos húmedos y paseaba su lengua por el cuello de su pareja. Esta introdujo un tercer dedo y comenzó a embestirlo con ellos sin piedad alguna
— ...Rigg — Gimio su nombre,el nombre de la persona que amaba con locura — Hazlo ahora
— Nunca me dejas jugar con tu cuerpo — Le dijo con esa voz seductora y ronca por la excitación pero fue callado por un fuerte jadeo de su parte al  sentir como Ferid, nuevamente, comenzaba a estimularlo.
— Se siente demasiado vacío — Se quejó
Rigg le quitó las manos y las coloco sobre su cabeza, su fuerza era mas de seis veces mayor a la suya y estaba ahí a la merced de ese despiadado vampiro  . Con la otra mano, que su pareja tenía libre, lo tomó por las caderas y se introdujo lentamente en él causándole una oleada de placer que ascendía desde la base de su columna. Ferid arqueo la espalda cerrando los ojos con fuerza y emitió un gemido desde lo profundo de su garganta
— Rigg~ ... Haaaa... Ahora — Se mordió el labio dando una lasciva imagen mientras batallaba con esa mano que sujetaba sus brazos, la otra mano lo tomó  por la cara interna de el muslo y lo obligó  a separar  mas sus piernas, causando que llegara más profundo y otro gemido se escapara — Nhgn...
Él comenzó a ser embestido lentamente mientras era fieramente inmovilizado. En ese lapso de tiempo, ladeó la cabeza para dejar reposar la de su amado en el recoveco entre su cuello y hombro.
  Las embestidas comenzaron a subir de intensidad y él fue liberado del agarre. Rigg lo abrazó por la cintura y por debajo del brazo acercandolo a él en un gesto tierno, la faceta que ese despiadado hombre solo mostraba a Ferid. Este,  con sus ojos cerrados en éxtasis lo rodeó con sus brazos y colocó sus manos a su espalda y con tal de descargarse las fuertes sensaciones que le eran causadas, lo rasguño clavando sus uñas en su piel. Eso pareció tener efecto ya que un gemido medio ahogado escucho de parte de ese Segundo Progenitor. Ferid tiró la cabeza hacia atrás al tiempo en que los sonidos que salían de su boca llenaban la habitación, una y otra vez las estocadas se repetían aumentando su intensidad y frecuencia  en un vaivén exquisito y embriagador, mientras era abrazado con fuerza.  Él  sabía  que así Rigg , a veces,   expresaba lo que no le diría con palabras, por que en verdad a pesar de su fachada perfecta, ese hombre era bastante tímido en cuánto a sentimientos se trataba.
  El placer lo embargaba y nublaba sus sentidos,  no lograba  pensar , tampoco  había necesidad de hacerlo. La cercanía y cada roce de sus torsos era única, así como tambien la conexión que los unía, por que ellos lo habían elegido así. 
— ¡ Haaaaa! — Emitió un gemido desgarrado desde el fondo de su garganta cuando sintió como era presionado ese punto tan sensible dentro de él, creandole una fuerte contracción de placer que comenzó en su cadera y se extendió  por todo su ser
— Lo encontré — Le dijo con la voz ronca y la respiración agitada al tiempo que salía y volvía a entrar en el lentamente tocando de nuevo ese punto. La manera  en como el cuerpo de su pareja lo recibía,  sus sonidos,  cada toque, todo eso, lo llevaba lejos a un lugar donde solo importaban ellos dos
— Mmmmmm... — Largo y tembloroso profirió ese gemido mordiéndose el labio mientras arqueaba mas la espalda. Movió su cabeza para tener acceso a su cuello para morderlo y besrlo de manera rápida y deseosa.  Otro ruido  mas alto e indecente salio de su boca cuando su pareja comenzó a dibujar circulos dentro de él en ese punto . Volvió  a elevar su cuerpo  hasta el contrario y su vista al techo,  cerró  los ojos con fuerza en un total disfrute
— Ya... Rigg ya — Le suplicó con voz ahogada y extasiada. Entonces el vaivén de caderas comenzó sin piedad en su próstata.
Las estocadas fueron más certeras todas a aquél punto que lo hacia tiritar de placer y causaba que los espasmos aumentasen dentro suyo. Los jadeos ya se escuchaban de parte de su amado de igual manera. Volvio a rasguñarle la espalda con tal fiereza que sintió el liquido rojo bajo sus dedos, escuchó un hermoso sonido ronco y sin vocalización, sabía que a su pareja le gustaba que a veces lo tratarán mal y de manera ruda . Colocó una mano enredandola a sus finos y blancos cabellos mientras era   sujetado por la espalda para eliminar cualquier espacio entre ellos .
— Haa... Haaa... Haaaa... Mmmm... Rigg... No... Haa~…— Los sonidos que ya hace rato, no se esforzaba por reprimir y que ahora eran descontrolado, aumentaron al momento de llegar al clímax. Arqueo la espalda al tiempo que una terrible y avasallante contracción lo deshacía por dentro y lo dejaba desarmado. Su cuerpo se contrajo alrededor de quien le había provocado un placer indescriptible e inmoral, devolviéndole el favor. Su quijada temblaba levemente y se encontraba abrazandolo con fuerza por el cuello, no se dió cuenta cuando lo hizo, en momentos como ese perdía toda cordura y control sobre si mismo. En esa vida inmortal y de horrible sobriedad, Rigg siempre lograba llevarlo a la locura, con este y mil otros actos más de ese amor constante helado e inmortal. Un amar que no era humano y que podía ser descrito en parte como obsesivo.
Cerró los ojos humedecidos y sus piernas  temblaban al momento de correrse, esos ruiditos indecentes seguian escapándose de su boca y ahora él solo era sensaciones que le embriagaban el cuerpo. Otra contracción de placer llego a dejarlo indefenso frente a ese hombre cuando este terminó dentro de él. Había mantenido sus ojos cerrados cuando había logrado escuchar ese gemido fuerte y ronco de parte de Rigg. Sintió como este intentaba relajar su cuerpo que aún, al igual que él,  sufría los estragos de ese orgasmo. Al final, su pareja se dejó caer sobre él.  De esta manera,  culminaron ese acto pasional y de entrega mutua,  entre la sinfonía de sus voces y la armonia que formaban sus cuerpos.
Luego de unos minutos  ya se encontraba recuperado por completo y acariciaba ese cabello blanco con lentitud y calma,  así  como también  la espalda de el mayor. Parecía ser que él seguia disfrutando de las sensaciones remanentes del acto o simplemente no quería separarse​. Fuese como fuese tenerlo así era lo único que quería en ese momento,uno íntimo y de vulnerabilidad. Luego se movió y salio de adentro de él y otra sensación le abarcó el cuerpo y sin poder evitarlo soltar un sonidito agudo .
— Rigg — El susodicho se tumbó rápidamente a su lado y lo abrazó por la cintura, mas cerca a la cadera.  Ante eso,  se acomodo para quedar de lado en la cama y permitir que su pareja escondiera el rostro en su pecho
— ¿ Que pasa Ferid? — Le preguntó en voz baja y relajada
— Así pareces un gatito — Dijo sonriente y risueño, en esos momentos no podía ser mas feliz. Este momento el cual pertenecía al conjunto de muchos otros donde fue realmente felíz, cuando estaba él. Cuando sonreía genuinamente y no había razón para cansarse de su vida inmortal y maldita
— Tu gatito — Le respondió Rigg acurrucandose más en su pecho 
— Solo mío y todo mío — Le aclaró al tiempo en que su pareja se colocaba a la altura de las almohadas y él se dio la vuelta dandole la espalda.
Pero no recibió el abrazo desde atrás que recibía siempre. Ahora, se suponía que el se daría vuelta y Rigg lo abrazaría y, luego le pediría indirectamente su sangre, al acercarse de manera sugerente a su cuello. Pero nada de eso pasó entonces levantó la mirada  y tiró la cabeza hacia atrás para verlo; estaba mirando a sus manos, no sonreía y tenía esos ojos rubíes afligidos. Ferid se acercó mas hacia el causando que su espalda tuviera contacto con el torso de Rigg. Luego con sus manos tomó las ajenas e hizo que rodearan su cintura
— ¿Que pasa? — Le preguntó levantando una de sus manos para acariciarle la mejilla.
—Me dejaste bastante cansado —Dijo cerrando los ojos y así tomó su mano y la besó causando una sonrisa brillante en Ferid
— Ya te estas haciendo viejo, no me digas que vas a perder tus "atributos" — Le contestó con picardía y terminó dando un leve respingo cuando sintió el frente de la cadera de Rigg en contacto con la suya
— Ha, mira están en perfecto estado — Tenía los ojos abiertos junto con una sonrisa ladina y superada.  Logró engañarlo
— Al igual que tu encanto — Concluyó con una risita delicada. Acomodó su largo cabello plateado y volvió a recostarse en la cama. Permitió que lo abrazaran por detrás nuevamente y cerró sus párpados, sintió en ellos y en su piel el calor del sol naciente. En su brazo relucía el anillo de protección — Buenos días Rigg
— ... Buenos días Ferid... — Recibió en respuesta.
Con una profunda respiración  se relajó en aquellos brazos donde se sentía seguro y para el eran cálidos y confortables. No representaban ningún peligro eran lo unico que necesita
— Te amo — Fue lo último que escuchó antes de caer dormido.

Lo último que escucharía de él.
Lo último que sentiría de él.
Lo último que vería de él.
Por que al caer la noche él ya no estaría, se habría fugado ya,
con su corazón.

No volvería.

No importa cuánto pidiese
No importa cuanto rogase
No importa cuanto llorase
No iba a volver
...

Ferid despertó
Y la cama estaba vacía
No había nadie acompañándolo
Estaba solo
El amor de su vida se había ido
Algo le oprimió el pecho
Una sensación de que algo malo había pasado
Se sentó en la cama
La ropa de Rigg no estaba
Rigg no estaba en la habitación
La puerta del balo estaba abierta, 
Rigg no estaba en la bañera
La espada de Rigg no estaba
Rigg no estaba en la casa que compartían en esa metrópoli vampira
Rigg no estaba
¿Donde había ido? 
A menos que fuera una gran emergencia,  Rigg siempre lo llevaba consigo
Se colocó un camisón y caminó por su hogar,  preguntó a la servidumbre
Nadie había visto a Rigg
Se había ido
Se fue sin decir adiós
Se fue con el "Te amo" mas dañino que podría existir
Él ya ni estaba
Rigg no estaba
No estaría
Nunca mas
Por que Rigg era un mentiroso
Entonces...
¡Ferid despierta!

Ferid despertó sobresaltado en su cama, estaba sentado y su pecho  subía y bajaba en un acto demasiado humano. Una mano le tocó el hombro, en esos momentos llevaba un camisón de seda, gris
— ¿ Ferid-kun estas bien?
— Nee... Crowley-kun el sol ya salió, justo a tiempo. Yo nunca me equivoco al despertar, vamos apurate — Fue rápido para responder y así de rápido se levanto de la cama. Eso había pasado hace mucho aunque ese humillante y asqueroso sueño seguía atormenatandolo
Salió de la cama que compartía con otro hombre
La cama que tampoco era suya
— Ferid-kun hoy será un día muy agitado
— Si, hay que ocuparnos de nuestros nuevos amigos — Dijo dirigiéndose hacia su ropa. Así tambien lo hizo su acompañante.
Ese era un día especial, el día donde él entraría de forma activa al juego. El día donde se uniría de a la Feria de Vanidades. Donde mostraría sus planes y ardids. Para eso necesitaba convocar a uno de los titiriteros de esa obra macabra. Al hombre de los mil nombres al que solían llamar Saito

Ven acompañame a ver esta Feria de Vanidades y las promesas que destrozó

Junto con todas sus atrocidades

A sus actores principales

Ven y vamos a ver esas historias destrozadas de amor