Dos Minutos.

Capítulo uno.

Al final del día, reflexionas, tirada en tu cama el hecho de que realmente desconoces que está pasando por la vida y mente de otra persona, de aquél niño que se la vive sonriendo para impresionar a las personas o la chica que no para de ponerse brillo labial para que la mires bonita.

Maestra: -Disculpe ¿Podría explicar la clase que acabo de dar? -Dijo parada frente a mi.-

Claire: -Umhhhh, sí, eh...

Maestra: -Mejor acompáñame a detención, ahí puedes dormir seguro.

Me levanté de mi silla, de mala gana y caminé a detención, ahí todos tenían caras tan largas que necesitaba salir corriendo, pero mis piernas decidieron utilizar e asiento detrás de John.

Uy, ojalá John se hubiese enterado de cuanto sentía por él, me gustaba desde mi primer año, era un chico súper atractivo y no era la única detrás de él, maldición, ojalá se hubiese enterado.

Jessica: -Así que de nuevo en detención ¿Eh? -No era mi primera vez allí-

Yo: -¿Tanto te sorprende?

Jessica: -Necesito salir de aquí ahora, es un asco, ni siquiera parece detención.

Hablaba y hablaba, mujer, ¿No puedes dejar de decir cosas negativas un momento?

El tiempo transcurrió muy rápido, las horas parecieron minutos y cuando menos me di cuenta ya iba camino a casa.

Mamá: -¿Cómo te fue hoy? -Dijo desde cocina- ¿Quieres comer algo?

Yo: -Fue un día pesado, saldré unas horas en bici.

Y así fue. Avance unas cuadras y se encontraba ahí Zack, era un niño del equipo de basquetball, popular, atractivo, el inalcanzable de toda chica, recuerdo que se encontraba practicando en su patio delantero.

Seguí unas casas más y me encontré a Alex, es un niño muy tímido y siempre está solo, entró el año pasado y sigue sin hacer amigos, es extraño, a pesar de que sus padres le dan relativamente todo, siempre se le veía con cosas caras y aparentaba vivir feliz.
Recuerdo que estaba adentrado en un videojuego en el que disparas a los zombies y personajes ficticios, lo básico.

Había pasado como máximo una hora y ya había pasado dos veces por la misma casa, así que decidí regresar y subir a mi habitación. Chequé mi celular y recibí varios mensajes, uno era de Alex (el rarito) con el típico "Hola", uno de Jessica preguntando que si ya sabía que llevaría al baile.

¿Qué baile y por qué no estoy enterada?

El de invierno, la escuela lo hará dentro de una semana, será algo sencillo.

No tengo nada, ni pareja si quiera, no iré.

Vamos juntas, tampoco tengo pareja y podríamos ir mañana a probar unos vestidos ¿No?

¿Después de la escuela?

Perfecto, hablamos luego.

Estaba tan ocupada organizando mi dinero para el vestido que olvidé contestarle a Alex, no me pareció importante.
Ojalá hubiera contestado ese insignificante mensaje.