20 De Marzo

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No deseo recordar, pero es algo que continúa vigente, como si hubiera ocurrido apenas hace unas horas, fue un atardecer que no podré olvidar, ese día al llegar a casa pensé en el viejo sofá tomé asiento y casi de inmediato me quedé dormido.

Comenzaba a oscurecer cuando desperté hice a dejar ese cómodo lugar y al querer encender la luz, con angustia veo que el interruptor está muy lejos, me pongo de pie, no sé porque me cuesta trabajo caminar, en ese momento se ilumina el exterior de la pequeña estancia y escucho la voz del cielo que anuncia lluvia.

Saber que no hay nadie excepto yo y aún cuando sé que no suceden hechos sobrenaturales en casa, los ruidos que producen las hojas secas al ser arrastradas por el aire, el incesante golpeteo de una ventana sin cerrar, además de un vago rumor como si fueran voces lejanas que se acercan y se alejan por efecto del viento al filtrarse por alguna hendidura, producen en mi una inquietud que se traduce en una sensación de temor y desconcierto.

En ese instante recuerdo que debo ir a la parte de atrás de la casa a cubrir las cosas que saqué para reparar aquella vieja puerta que nunca he querido cambiar, con un dejo de enojo me doy cuenta que las herramientas no están donde las dejé y camino a la pequeña casita que ahora sirve para guardar cosas que ya no uso.

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El ambiente se comienza a llenar de sombras y se escuchan los sonidos del bosque, de manera imperceptible llega el lejano pero constante ladrar de los perros, pronto me voy a dar cuenta que fue un error haber salido.

Comienza a llorar el cielo en forma de lluvia, siento frío y extraño la comodidad de mi gastado sillón, vuelvo a escuchar el sonido de las hojas secas, que se asemejan al sonido de unos pasos y quiero correr, mis piernas no responden y me paraliza el miedo, siento que algo me acecha y por más que miro no alcanzo a distinguir qué cosa es.

De un momento a otro va a aparecer, no sé quién pero ese algo que me llena de terror, ahí está!, desesperado quiero volver a la seguridad de mi casa pero no veo el camino, ahora la oscuridad es total, llueve con más fuerza y las ramas de los árboles amenazan con venirse abajo y solo se distingue el camino cuando la luz de los rayos lo ilumina.

Con pasos vacilantes lentamente voy avanzando, los momentos se hacen eternos y de pronto me encuentro a la puerta de la casita, busco de prisa la llave de la puerta, en mi desesperación por entrar no me doy cuenta que la puerta se abre despacio y vuelve a iluminarse el bosque, el estruendo de los rayos me estremece y veo formas raras y fantasmagóricas.

Un poco mojado por efecto de la lluvia camino hacia dentro, donde la luz está ausente y con ayuda de la vieja linterna busco..., no se que, en ese momento se me olvidó el motivo que me obligó a ir ahí.

Afuera la lluvia cae con fuerza y el camino se comienza a inundar, sigo buscando y encuentro las botas de hule y ropa seca, me preparo para salir y de pronto la puerta se cierra violentamente.

Quiero pensar que por efecto del viento la puerta se cerró, no hay otra explicación, o si?, bueno eso lo veré al otro día, sin dificultad la puerta cedió y al salir comencé a caminar de regreso, no hice caso de la lluvia ni del viento, al abrir la puerta no podía creerlo, ahí estaba, lo sabía ya no podía dar marcha atrás así que entré y con paso decidido me armé de valor y le grite, quién eres, que haces, vete aquí no debes de estar.

Solo fueron unos segundos de pronto me ví envuelto en un remolino, todo giraba y después, nada, al despertar era un día soleado y todo estaba en orden, la casita mis herramientas los muebles, todo en su lugar. Que fue eso que me persiguió, fue un sueño o tal vez estuve en otra dimensión, ví con desconcierto que era el día 25 de marzo, que hice esos cinco días.

Afuera escuché una carcajada que se alejaba, volverá, no sé cuándo pero me tengo que enfrentar a "el"....

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