[0.2]

8.3K 509 344
                                    

(Ciel)

Esto acabará pronto, todo el daño qué me causaste... Lo pagarás, éste es un juego dónde finjimos ser amantes en nuestros encuentro clandestino, cada besó, cada palabra tan sólo son falsas y aún así tú las crees, eres tan patético Sebastian. Hoy llegaste al despachó y me abrazaste diciendo cuánto me amas, quería reírme en tú cara pero tube qué aguantar, no sabes cuánto es el asco qué siento al acostarme contigo, eres feliz con ello, pero yo no siento más qué odio, no soy feliz contigo, no me tomes cariño porqué cuando esto acabé me odiaras, cómo yo lo hize después de qué me violaste, y aúnque allá pasado un año aún no superó ése gran daño qué me provocaste. Crees qué lo olvide, déjame decirte qué no y jamás lo haré. Sebastian Michaelis te odio con todo mí ser, esperó qué algún día leas está carta y derrames tantas lágrimas cómo lo hize.

Atte: Ciel.

❝Narrador omnisciente❞

Después de escribir ésas palabras cargadas de odio, las guardó en un cajón de su escritorio y se marchó hacía la cocina dónde su juguete estaba, entró a la cocina y ahí estaba el. Lo abrazó por la cintura y besó su espalda.

-No pensé qué vendrías hasta aquí- Dijo burlón el demonio volteandose para tomar a Ciel y unirse en un fugaz besó. El azulino correspondió cómo pudo y sé dejó llevar, aúnque no perdía nada.

O éso creía.
Él te ama y tú lo odias.
Él llora y tú ríes.

¿Porqué te engañas?
Él te ama, no lo lastimes.
Todos cometemos errores.
Y él lo hizo.
Cometió un pecado, y es el amarte.
A tal punto de volverse loco.
Estás jugando con fuego.
Y te quemaras.

¡¡Aún tienes tiempo!!


-Tks... Nunca más vuelvo a hacerte mimos- Se quejó el ojiazul alejándose de su mayordomo.

-¿Te molesta?- Preguntó serio el mayordomo, Ciel lo miró confundido sin saber de qué hablaba - ¿Te molesta esto, lo nuestro?- Volvió a preguntar pero está vez con un tono más fuerte.

-Sí... ¡¡ Me molesta lo nuestro!! - Gritó el conde, Sebastian se fue sin mirarlo. Ciel se froto la cabeza, está de más decir qué el no se disculparia.
Tendría qué fingir y soportarlo a la vez, no lo soportaría por mucho tiempo. Después de horas de evidente frialdad de parte de los dos, Ciel se preparaba para la noche.

-Buenas noches joven amo- Se despidió sí tan sólo Ciel hubiera dicho  "Quedate a mí lado" ésa brecha estaría solucionada, pero cómo el joven no podía excederse en su juego dejó ir al mayordomo sin decirles
" Buenas noches" .

Por su parte Sebastian estaba dolido, caminó cómo alma en pena hacía el despachó de su amo, era su fiel sirviente y era su deber revisar qué todo éste en orden. Pero al comenzar a acomodar las cosas un cajón estaba abierto, se acercó y adentró de el había una carta dirigida hacía su persona. La tomó y la leyó feliz de qué fuera la confesión de su amo hacía él, pero se topó con la desgarradoras palabras de su niño.

-Maldito.... Mocoso- Dijo el azebache con la voz quebrada, saladas lágrimas bajaban por sus mejillas, sus ojos se tornaron de color rojo vivo, llamas de color negro lo cubrieron por completó. Minutos después ésas llamas desaparecieron y dejó ver a Sebastian con ropa distanta a la suya, era digna de reyes las prendas qué utilizaba, además de ser de color completamente negro, llevaba sus botas con un puntiagudo tacón, y por último una corona de color negra con todo tipo de piedras preciosas incrustada. Dignó de el... Dignó de Lucifer, Rey de los demonios.

Las sombras se colgaron por la pered y siguieron a su señor, el cuál camiaba hasta su habitación, echó una furia entró y se sentó en el escritorio de su habitación, tomó una pluma y hoja. Después de aproximadamente 10 minutos se levantó de su asiento, fue hacía el armario y quemó su ropa. Salió de su habitación y se dirigió a la de su pequeño, no aúnque fuese el Rey demonio, el más cruel y temible, jamás sería capaz de matar a aquélla persona a la cuál amo tanto. Entró con cautela y se acercó a la cama, viendo cómo la nivea piel de su pequeño era bañada por la luz de la luna. Cómo sí se tratará de cristal, acarició el rostro de su amado.

- Te amo y siempre lo haré- Declaró mientras besaba sus labios por última vez, se mentía así mismo, queria quedarse.... Pero fue destrozado, no quería odiarlo y no lo haría
- Eternamente tuyo Ciel Phantomhive- Confesó mientras lágrimas cayeron sobre el rostro de Ciel, dejaba su carta y se marchaba.

Aquél qué un día desafío a Dios y fue echado del Edén.
Perdió sus hermosas alas, las cuáles eran tan blancas cómo las mismisimas nubee, las cuáles volaba hace milenios atrás. Pero su corazón era más oscuro qué un abismo y más siniestro qué el de la peor bestia.
Volvió a sufrir, desafío las leyes y perdió su amor y humanidad.... Y todo por un pequeño al cuál amaba.
En él ya no quedaban rastros de lo qué algún día fue.
Se volvió frío y calculador.
Volvió a matar sangre fría, volvió a traer destrucción al mundo, cómo un día lo hizo.

Él conde se despertó extrañado por no tener a su mayordomo a su lado, pues cada mañana amanecía a su lado, pero esa mañana era diferente, ladeo la cabeza y se encontró con la carta. Lo observó por unos minutos y la leyó.

Querido Ciel:

Me enamoré de ti desde el primer momento en el qué pactamos ése contrató, cemeti muchos errores y sí tú eres uno de ellos déjame decirte qué fue el mejor, no te odio porqué hayas jugado conmigo, me arrepiento haberte dañado, pero se qué es demasiado tardé para ello. Encontré tú carta y deseó jamás haberla encontrado pero lamentablemente lo hize y ése es el motivo de mí carta, me fui y no volveré. No importa cuánto me llames yo no podré volver a tú lado. Te amo y lo haré eternamente.... Yo Lucifer, señor de los demonios, fui feliz.

Adiós Ciel Phantomhive.

Atte: Sebastian Michaelis

- ¿Qué hize?- Se preguntó aterrado el joven, su cuerpo se paralizó, su vista se nublo y sus piernas eran manchadas por sangre. "Sangre", es lo único qué recordará de aquélla nefasta vida, la cuál le proporcionó tanto dolor.

(Ciel)

Es tardé y no me arrepentire.
Él juego acabó y yo.... Gané.
Esperó qué caigas en la misma discordia.
Sebastian Michaelis.

(Sebastian)

hermosa joya,
De opaco color.
Tú tomaste mí palabra.
Me llevaste al más profundo abismo
Infame aquél qué caiga en está trampa.
Sí esto es un pecado, lo volvería a cometer juntó a ti Ciel Phantomhive. 

Fin.
___________________________________________________________________________

¡~Hola~!
Tranquilos éste no es el final, sino el comienzo de otra temporada, qué muy pronto será publicada. Pero hasta el entonces me despido, qué lo disfruten.

Besos.

Atte: Krone

『❝Ciel, porfavor, amame❞』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora