Acariciaba sus brazos mientras lloraba en silencio, sentado allí, en el inodoro del cubículo. Tenía miedo de salir, tenía miedo que el lo encontrara. Admitía que si, su novio lo golpeaba a diario, pero jamás lo había hecho como hace un rato. Nunca había tenido que huir para salvar su vida.
Su cuerpo entero estaba hecho trizas, al igual que su frágil corazón.
¿Por que le hacía daño si según el lo amaba? No lo entendía. Su madre le dijo que cuando una persona te ama de verdad sería incapaz de hacerte daño, ¿pero por que a el no le llegaba esta norma?
No lo entendía.
Se levantó del inodoro y salio del cubículo. Se miró al espejo y observó todas las marcas que su novio le había hecho.
Un estruendo se escuchó fuera del baño y la puerta se abrió dejando ver a su novio y sus amigos.
-Hola bebé-Dijo él tocándole el culo al más joven.
-Hyung-Sollozo con miedo.
-Ponte de rodillas, mis amigos estan algo...necesitados.
-Por favor-Lloró mientras limpiaba sus lágrimas con el suéter que su abuela le regaló.
-Callate-Apretó los ojos y obedeció. Escuchó como un cierre se bajaba, sintió algo mojado en sus labios y luego escuchó la voz de Hoseok reír.