Capítulo 8

19 1 0
                                    

Y ahí estoy. Intentando entrar a uno de los mejores colegios de mi provincia. Me hicieron ir varias veces, de lo cual siempre me encontraba a otro chico que también quería entrar, pero el era un año mas grande que yo. Llegó el día en que comenzaron las clases, él y yo habíamos aprobado todo así que nos dejaron entrar. Cuando llegué, lo encontré a él. Era alto, flaco, y me sonreía siempre desde el primer día que nos vimos. Llegó una señora, como de 45 años de edad, nos acompañó y señaló el curso que nos tocaba a cada uno. Estaba sola, no conocía a nadie, y esa señora ni siquiera me presentó a mis compañeros, simplemente me dejó ahí.

- Hola- Dije, saludando a todas mis compañeras una por una. Todas me correspondieron respetuosamente el saludo.

Nos fuimos todos al curso, por el día todo transcurrió genial. Me hice un grupo de amigas:" las populares". Al cabo de una semana, mi rendimiento escolar era alto, me iba muy bien. Siempre estaba atenta a las clases, participaba y cumplía en tiempo y forma.
Una vez fui a una joda (es una fiesta), donde me encontré a ese chico que se había besado con 5 chicas, no me gustaba él, pero me sorprendió que sea así de chamuyero, lo vi un chico bueno.
Yo estaba en un poso depresivo por lo que había pasado con Barnett, fingía ser la niña 10 en las materias, pero por dentro mi corazón estaba quebrado en mil pedazos. Hay veces que me largaba a llorar, mientras todos hablaban o la profe explicaba, yo con mi bandana me tapaba y soltaba unas lágrimas que las contenía,  hasta que salían. En uno esos días, tuve el cumpleaños de una amiga, estábamos todas las chicas ahí, habíamos hecho una pijamada. Comimos, jugamos al yo nunca nunca y luego nos sentamos a hablar en el living. Hablamos un rato, y a los minutos me aburrí y agarré el celular. Me había llegado un mensaje de Barnett. Me decía que me extrañaba, que las fotos que subo a mis redes sociales salgo hermosa, que me ama, que no aguanta que seamos amigos después de todo lo que pasó. Y yo no me contuve y le contesté que también lo extrañaba y lo seguía amansó, pero que había que aprender a ser amigos porque esa relación no daba mas, yo intenté mas de 15 veces llevar adelante la relación. El no hizo ni una, entonces si el no pone su apoyo, yo tampoco tendría por que hacerlo. Me dijo que está bien, que tengo razón, pero él sólo me quería decir eso. Yo largué unas lágrimas. Mis amigas me preguntaron que me pasaba, y les conté. Me dijeron que fue lo mejor que hice.

Iba al colegio sin ganas, estaba deprimida porque me era difícil aceptar que no estaba al lado de la persona que amaba. Cuando estaba sola en mi habitación, rompía en llanto. Agarraba la almohada, rodeándola con mis brazos y apretándola junto a mi cara llena de lágrimas que no paraban de salir. Escuchaba la musica que nos habíamos dedicado.

«Sabes, no pido nada más que estar entre tus brazos, y huir de todo mal, que  todo he renunciado por estar junto a ti. Sabes no dejo de pensar que estoy enamorado. Te quiero confesar, que soy solo un esclavo que no sabe vivir sin ti. Cuando llegaste tu, te metiste en mi ser, encendiste la luz, me llenaste de fe. Tanto tiempo busqué, pero al fin te encontré tan perfecta como te imaginé. Ahahaha como aguja en un pajar te busqué sin cesar, como huella en el mar tan difícil de hayar...»

La letra sigue, como también seguían infinitas canciónes de nosotros. Pero no solo escuchaba esos temas, también escuchaba los melancólicos que me terminaban haciendo llorar aún más. Hay un pedacito de una canción que la cantaba todo el tiempo.

« Tu puedes reir, mientras yo, lloro por ti. Tu, vas por ahí, mientras yo no me levanto harto de extrañarte tanto tanto. Tu, vives sin mi, mientras yo muero por ti, y tu puedes seguir mientras yo no me la acabo me dejaste sólo y
destrozado. Me tengo que acostumbrar, a un mundo
donde no estas. Sin ti debo seguir, aunque no quiera, creo que ya no hay otra manera. Sin ti debo seguir aunque seas tu mi vida entera, creo que ya no
Hay otra manera. Uuuuh tu puedes pensar, mientras yo no entiendo mas y tuu puedes gritar mientras yo no tengo fuerzas me malgasto y sueño que regresas...»

Fueron tantas horas las que lloré, que agarré unas servilletas para soplarme la nariz varias veces. Cada lágrima que salía, sentía que era un volcán explotando su lava. Estos eran mis ojos, que explotaban el liquido que tanto ardía: llorar.
Mi corazón latía a todo lo que daba, mientras yo me puse a ver fotos nuestras. Y con Barnett seguimos hablando, pero cosas como conocidos,  y yo fingía que estaba bien, cuando no lo estaba.

Pasó el tiempo. Y no podía concentrarme en el colegio, no sé como la primer semana me fue bien porque la verdad que ponía todo el empeño pero no dejaba de pensar en él. Mis notas bajaron notoriamente, y hasta rompía el llanto en medio de la clase todos los días. Me empecé a cortar el brazo derecho, yo soy zurda así que con ésta mano podía hacer mayor fuerza. Me hice la B de Barnett con una tijera para sacar a toda costa el dolor y la ira que estaba sintiendo. Yo obviamente oculté mi brazo en todo momento, pero en una clase de Ed. Física, mi profesora me lo vió. Al terminar la clase del día me llamó para hablar conmigo.

NUNCA LO IMAGINÉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora