Veinte

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   Sus manos temblaban, su mente gritaba y su corazón dolía. Si, había leído la carta de L. La había extrañado, la necesitaba en estos momentos de malas decisiones pero ella se había rendido. No, ella no fue una molestia para él. Eran sus pocas cartas que había logrado guardar las que lo provocaban a investigar cual era su identidad. No pensaba que era amor, se lo negó mil veces. El pensaba que era un conflicto interno de su curiosidad.
   Cerro el casillero y guardo con cuidado en su mochila la nota. Se dirigió a la salida y se marchó con sus grupos de "amigos", que en verdad eran quienes les daban un cigarrillo de vez en cuando. Puesto que ahora se encontraba en abstinencia de él porque su madre se había enterado al haber salido a fumar durante el velorio de su hermano. Recuerda muy bien sus palabras.
"No quiero que otro hijo mío se muera, no antes de yo."

El simplemente la entendía pero sus vicios eran más fuerte. El necesitaba fumar como necesitaba las cartas de L. Estaba dispuesto a seguir con uno de sus vicios por lo menos. Por ello fue hasta su casa directamente, ignorando las llamadas de ese grupo. Debía encontrar a L. y al imbécil que quería robarla de su lado.

Tal vez si era amor después de todo.

•••

No estoy orgullosa de como he adelantado la historia ni como la he abandonado por un año pero han pasado tantas cosas y no estoy segura que escriba regularmente. Verán ya dejé la escritura de lado y no siento que tenga el mismo sentimiento al escribir. También ya no veo anime, no porque no quiera es que no tengo tiempo y bueno, los coreanos me dominaron. Gracias por estar pendiente si la historia iba a actualizar.

-VeeSky18

El chico de los cigarillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora