Hoy queridos y queridas, le he dado la bienvenida al verano depilando mis hermosos pelos de las piernas y poniéndome pantalones cortos. Me he puesto muy mona y he salido a comerme el mundo.
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¿Y qué ha pasado? Pues lo de cada verano, mis muslos han decidido demostrarme lo mucho que se quieren.
Ha sido salir a la calle y ponerme a andar, que mis muslos se han pegado y poco a poco iban haciendo que mi pantalón se subiera. Y claro, problema, porque cada dos por tres tenía que pararme a bajarlos y colocarlos en su sitio, porque así por la vida no podía ir.
La verdad que mis muslos me demuestran lo mucho que se aman durante todo el año. En invierno lo hacen cuando vamos a comprar pantalones nuevos; se juntan todo lo posible y entonces se forma un triángulo en mis partes un tanto incómodo. Y en verano, pues deciden hacer subir mis pantalones y rozarse tanto que se me forman mini heridas y escuecen. Y claro, siempre he de llevar encima una crema hidratante y aplicarla para que se me curen y me alivie el dolor. Menos mal que tengo un novio comprensivo que entiende que de vez en cuando tenemos que parar de pasear para que pueda ponérmela.
Queridos muslos, sé que os queréis mucho y tal pero, moderación por favor. Gracias.
