Parte 3

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Los Kodama están silbando cuando despierta. La noche ha caído y el aire frío le hace temblar por un momento. A su alrededor, la tierra está plagada de motas blancas que caen lentamente del cielo. Se levanta y se tambalea al apoyar el peso sobre las dos piernas. En el lago, una figura iluminada por cientos de Kodama mira hacia el cielo sin luna.

Kai se acerca y se queda observando en la orilla.

—Tu humano está al otro lado del bosque. En las Llanuras de la Luna —habla el Kitsune con un tono de voz suave. Todavía en forma humana, se gira hacia él y Kai siente una conexión inesperada con él al cruzarse sus miradas, como si sus esencias siguieran unidas.

—¿Está bien?

—Tu humano está a salvo. Entró en mis dominios, herido, perdido, y le ayudé a atravesarlos.

El corazón de Kai se tranquiliza ante esas palabras.

Hakyeon está bien. Está vivo.

El Kitsune camina hacia él entre el mar de Kodama y se para justo en el borde de la orilla.

—Puedes marchar. El bosque te dejará. Vete antes de que las nieves no te lo permitan más.

Le da la espalda y vuelve a internarse en el lago.

—Espera... ¿Cuál es tu nombre?

Pero el muchacho ya se está transformando. Los Kodama silban y la brisa le agita el pelo a Kai, que observa cómo la piel y los huesos se estiran y dan paso a patas y al pelaje blanco plagado de estrellas y un rostro lleno de curiosas marcas.

Yixing, le llega la voz a la mente.

Y con un aullido hacia la luna, las aguas le tragan y se hace uno con el bosque.


**


A la mañana siguiente, Kai busca a Yixing a expensas de que sabe que si lo hace no le encontrará, pero no pierde la esperanza. Sin embargo, no ve en ningún momento a ese muchacho, a ese Kitsune de pocas palabras y miles de sensaciones.

Vete antes de que las nieves no te lo permitan más.

La nieve ha estado cayendo toda la noche y ha enfriado y cubierto de un manto blanco la tierra del bosque. Kai siente el frío en los huesos, poca ropa que tiene y los pies desnudos pisando sin protección. Pero la opción de abandonar el bosque le crea un dolor en el pecho. Se siente parte de él más que nunca. Desde el día anterior, percibe detalles, siente las corrientes de energía y los Kodama se muestran más confiados que nunca. Ríen con sus voces infantiles y saltan de rama en rama juguetones.

Kai suspira y cierra los ojos mientras el cielo se oscurece un poco más. Una fina lluvia empieza a caer y los Kodama se apretujan contra él y le calientan la piel.

Pasan más días y el Kitsune no se deja aparecer. La última vez parece resultar una despedida que Kai no quiere aceptar. Sin embargo, al final se encuentra en la frontera del bosque con la llanura ahora pintada por las nieves. Una columna fina de humo sigue saliendo de una de las casas.

Hakyeon está ahí.

El sol se deja ver ese día entre las nubes. Algo le dice que esa es su única oportunidad de dejar el bosque antes de que el invierno termine de instalarse en la región. Mira hacia las nubes negras que se aproximan poco a poco desde las montañas.

—Ve, Kai.

Se gira y ahí está Yixing, con su piel llena de símbolos dorada por el sol, esos ojos profundos y una estrella blanca dibujada en el dorso de una mano.

[kaixing] El bosque de los espíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora