decidí ir a una escuela con internado, ese lugar era flexible, podía salir a donde quisiera siempre que cumpliera las normas de las horas de llegada, no cobraban mucho por el alquiler del internado, tenía dos edificios, uno para chicas y el otro para los chicos, el edificio principal era donde se daban las clases, el campus era enorme y nadie me notaria en ese lugar, decidí enviarle un texto a tía molly con la información del lugar y todos los detalles, le dije que quería ir a ese lugar, quedaba en otra cuidad, pero no era muy lejos, además que estaba cerca del centro de esa ciudad, ella estuvo de acuerdo, dijo que se encargaría de los papeles y que me informaría cuando comenzaban las clases para mí, solo me quedaba un año de clases y luego supongo que iría a la universidad, aunque en un mes cumpliría la mayoría de edad no estaba ni emocionada ni feliz.
Todo se había vuelto blanco y negro.
Según tía molly en un mes comenzaban las clases para los últimos años, yo no tenía ninguna sensación por esta noticia, yo me estaba secando, mi corazón ya no sentía emoción alguna, aparte del dolor, me estaba vaciando poco a poco, mi maldición me consumía, y yo realmente no haría nada para evitarlo, yo lo había aceptado, cumpliría la promesa, sin importar nada. Mis sueños ya no eran agradables, solo eran un martirio, algo tan desagradable que me paralizaba, hace tiempo que no lograba dormir bien, y nuevamente no me quejaría, soportare todo esto, no mentiré en decir que tengo miedo, pero debo avanzar para no dar problemas a tía molly, solo un mes mas y me iría lejos de esta ciudad que no me traía buenas sensaciones, hoy estoy sumida en mis pensamientos como siempre mientras escucho algo de música, es uno de las pocas que me permito, yo realmente intento vaciar aunque sea por un segundo mi mente, pero no lo logro, escucho el timbre sonar, lo cual me hace saltar de sorpresa, los amigos de tía molly no vienen nunca, cuando me acerco a mirar veo que son tres personas, rostros que quiero olvidar, ellos son personas que conocían a mi antiguo yo, uno que ya está desapareciendo, sus nombres son din, miguel y Sofía. Considero un segundo en fingir que nadie está en casa, pero creo que ellos ya me escucharon por que la insistencia se hace mayor... abro la puerta sin ningún entusiasmo, sus rostros muestran la sorpresa al ver mi cara, supongo que ya no me veo como solía verme, pero no le doy mucha importancia
-hola- dijo con voz plana sin expectativas buenas, ellos me saludan y por educación los dejo entrar aunque no lo desee en realidad, son modales que aún no olvido, mama siempre me inculco esto y yo solo honrare los que me dejaron. Una vez en la sala les ofrezco algo de beber y cuando ya estamos todos allí el ambiente se pone incomodo, la estática en el aire se nota a la vista pero intento ignorarla con todas mis fuerzas, ellos comienzan a hablar
-alex, dios tía te hemos extrañado mucho en la escuela, no sabíamos que había pasado y cuando nos enteramos de los – Sofía le corta la palabra din, probablemente piensen que la sola mención de mi familia me haga llorar
-alex lo que queremos decir es que te hemos extrañado, no te podíamos contactar, y eso nos preocupó bastante- dice con el tono amoroso que siempre ocupa cuando está muy nerviosa, Sofía no había cambiado nada, y por lo que veía din tampoco, siempre fue un tío algo bruto pero de buenos sentimientos, él y miguel eran novios, y a ellos le valía una mierda lo que los demás pensaran de ellos, miguel tampoco había cambia casi nada, siempre callado... pero no tenía el desecho de tener amigos, yo lo había perdido así que abrí mi boca
-no debieron venir, estoy bien, no es necesario que piensen en mi existencia nunca mas
- que quieres decir alex?, sé que estas mal pero ya ha pasado un tiempo
-cállate din, alex, sé que esto no es fácil para ti, pero nosotros somos tus amigos, te hemos estado buscando todo este tiempo sabes...- Sofía es... era mi mejor amiga

ESTÁS LEYENDO
efecto mariposa
JugendliteraturNuestras acciones pueden afectar al mundo de maneras inesperadas, casi imperceptibles, pero nunca pasan sin provocar algo. El mundo nunca ha sido del color que te pintan cuando eras pequeño, a medida que creces las cosas se volvieron sombrías, nada...