"También vendré mañana."
Muchas veces creemos que nunca más nos volveremos a cruzar con personas que salen de nuestras vidas, pero somos tan ilusos.
Cuando logras formar lazos tan fuertes con las personas, dichos lazos pueden romper las barreras del...
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La escuela había terminado hace algunas horas, sin embargo Taehyung debía quedarse después de que terminaran las clases debido a sus compromisos con el club de actuación. Los últimos días Taehyung no se había estado sintiendo muy bien de salud, por lo que le dijo a sus compañeros y profesor que saldría a tomar aire fresco y así poder continuar con sus actividades.
Salió del aula donde se encontraba el club y caminó al patio de la escuela para respirar un aire más limpio del que había ahí dentro. Al llegar al gran patio enseguida lo recibió una oleada de ese aire tan puro y fresco que tanto anhelaban sus pulmones. Tomó asiento en el pasto que parecía ser aún estaba húmedo gracias a los roseadores que habían estado encendidos horas antes.
A decir verdad, el malestar que sentía Taehyung en ese momento era físico pero a la vez también era emocional. Semanas atrás había estado experimentando un sentimiento extraño que ni siquiera el podía describir; había estado despertando a mitad de la noche sin razón alguna, al principio pensó que probablemente eran pesadillas las que perturbaban sus sueños pero la idea era descartada ya que cada vez que despertaba ni siquiera podía recordar que era lo que había soñado segundos atrás. Era extraño, se sentía constantemente angustiado, se sentía perseguido, observado.
Había pasado ya un largo rato y Taehyung decidió que era momento de regresar al aula. Caminando por los pasillos se topó con la puerta que llevaba a la piscina de la escuela, la puerta estaba abierta. No sintió curiosidad del porqué la puerta estaba de esa forma, ya que lo más probable es que la persona de intendencia estuviese haciendo su labor en esos momentos, pero sintió la necesidad de entrar y hechar un vistazo.
Años atrás Taehyung perteneció al equipo de natación de la escuela, él y sus amigos iban todas las tardes a prácticar para los campeonatos, pero debido a algunos sucesos inesperados, se vio en la necesidad de abandonar el equipo. Por esto le pareció buena idea entrar a hechar un vistazo ya que extrañaba aquel lugar donde convivía con sus amigos y donde solía sentirse libre.
Asomó la cabeza por la puerta para revisar si había alguien adentro, para su sorpresa, estaba completamente solo. O almenos eso creyó. Entró sin más examinado el lugar, seguía igual a como lo recordaba. Su mirada viajó por todos los rincones que estaban a simple vista, recordando los grandes momentos que había vivido en ese lugar. Pero entonces su mirada fue a parar con quién menos esperaba encontrarse ahí.
Hoseok estaba sentado en una de las bancas que se encontraban afuera de los vestidores, estaba quieto y con la mirada fija al piso. Taehyung estaba helado, no sabía como reaccionar, estaba asustado. Fue entonces cuando Hoseok notó la presencia del castaño y rápidamente dirigió su mirada hacía él. Le dedicó una cálida sonrisa, de esas que no le daba hace tanto tiempo.
Taehyung seguía helado, permaneció parado en donde estaba y era incapaz de formular palabra alguna. Hoseok se movió de su lugar, dejando un espacio libre para que el menor tomara asiento a su lado, entonces Taehyung cayó en cuenta de que esto realmente estaba pasando y no estaba loco. Con el corazón latiendole a mil por hora y con un par de piernas que temblaban cuál gelatina, fue y tomó aquella señal que le había dado el mayor para sentarse a su lado.
