El ángel del cementerio

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Por el cementerio se encontraba una albina de ojos lila, mirando fríamente las tumbas donde se encuentran cruelmente miles de personas que ella desconocía, aún así, ella visitaba el lugar, paseaba con delicadeza y alegría por los senderos, todos los fines de semana, a la misma hora, ella cruzaba el portón del cementerio, con el fin de visitar a esos habitantes olvidados en aquel lugar oscuro, donde ni siquiera el jardinero se atreve a pasar.

El cementerio, un lugar aterrador y opaco para muchos, era el lugar donde la albina encontraba paz, explorando sus senderos eternos, encontrando nuevos compañeros, viendo las grandes y perfectas estatuas, que con el paso de los años se deterioraban, flores marchitas y tristes por la energía que daban los entristecidos muertos, esos que vagaban en la oscuridad, pensando en todo lo que no los deja descansar, árboles tan grandes como una casa, que mueven sus ramas de una manera tan delicada, pero aterradora a la vez, construcciones viejas y sin sentido, dañadas por su antigüedad, dejando el lugar en penumbras y escombros.

Por las miradas oscuras de las estatuas, el llanto de las flores, y las miles de sombras, el primer cementerio de la ciudad, se ha convertido en el lugar mas abandonado por la raza viva de los humanos.

Sin embargo, muchos ciudadanos, dicen ver a una delicada figura femenina, con un cabello blanco y una mecha morada hasta la cintura, pálida como la luna, y de alta estatura, pasear por los alrededores del cementerio y entrar a este sin miedo, varios creen que visita a un familiar, púes siempre lleva con ella un ramo de rosas, otros creen, que por su aspecto, ella podría ser una de los tantos ángeles que vagan cerca del cementerio, cuidando a los muertos, incluso la han tomado por loca, al ver que entra con un libro en mano, con la intención de leer a los que allí viven en muerte.

Y es que es cierto, la chica esta loca, pero esa locura que posee, alegra la estancia de esas pobres almas, que escuchan atentamente las historias de la albina, esperan su llegada con desesperación, y cuando cruza el portón, la saludan con una fría y delicada brisa, con el suave movimiento de los árboles, y una sonrisa por parte de las flores.

Después de su recorrido diario por él cementerio, saludando a los muertos, y dándoles flores a los más viejos, a las 3:00 de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos, se va al centro de este, sube en una de las más altas y antiguas estatuas, y con voz alta y firme, sin pensar en el frío y fuerte viento intentando tirarla, comienza su lectura para que la escuchen en todos lados, para ella, esa estatua era como un comunicador para que todos en el cementerio la escucharan, en realidad sería como un amplificador, siempre lee historias cómicas, le cuesta un poco encontrarlas, ya que mayormente tiene de seres sobrenaturales, pero piensa que leyendo esas cosas, lo único que logrará, es que se sientan mal, por su ya terminada vida.

Con la llegada del invierno, las lluvias empiezan, llenando los caminos hacía el cementerio de barro, las calles solitarias y los truenos fuertes no impedían que la chica visitara a sus amigos en el lugar.

Saltando por todos lados como una niña, chocando sus oscuras botas fuertemente contra el mojado piso, sin miedo a resbalar, protegiendo un pequeño libro y un ramo de rosas, su vista un poco nublada por la lluvia, logró ver el portón del cementerio a lo lejos, una sonrisa se dibujo en su pálido y mojado rostro y salio corriendo como si las puertas se fueran a cerrar, al llegar sus ojos se abrieron como platos y se nublo más su vista, pero esta vez no era por la lluvia, era por unas cristalinas lágrimas de decepción.

Lo que vio fue algo extraño para ella, el portón del cementerio estaba cerrado bruscamente, ella camino al rededor del enorme lugar, pensando si había otra entrada o el porque estaba cerrado, no era el primer día lluvioso al que ella iba al cementerio y siempre lo encontraba abierto.

Después de vagar por un tiempo, se rindió y regreso al portón, se sentó en el mojado piso abrazando sus piernas delicadamente para proteger el libro y las rosas. Cerró sus ojos por un momento y su cabeza se inundó de imágenes de la primera vez que había llegado al lugar, los recuerdos eran borrosos y pasaban rápido, pero su cabeza logro acomodarlos y que pasaran con mas lentitud.


27 de octubre del 2012

Unas hermanas albinas se encontraban caminando, bueno mas bien saltando, mientras saltaban iban cantando una alegre canción, cuando llegaron a un lugar oscuro y aterrador, la de cabello corto, llamada Puppet, reto a su hermana, Mai, a entrar, diciendo cosas espeluznantes.

La chica de 17 años no dudo ni un segundo y entró felizmente, pensando en encontrarse con un fantasma o algo por el estilo, la otra la siguió rápidamente y comenzaron a vagar por el lugar.

Ellas sabían que las almas las estaban observando, hacían chistes e intentaban hablar con estos, aunque no les contestaban, al llegar a una estatua en medio de todo el cementerio decidieron escalar esta ya que la altura se lo permitía, al subir por completo, cuidadosamente sacaron un libro y comenzaron a leerlo, cada una leía un párrafo, y al terminar notaron un cambio en el lugar.

Aparte de la oscuridad de la noche, sintieron alegría en el lugar y ambas sonrieron pensando en regresar, al llegar al portón, lo notaron cerrado, al principio se asustaron cruzando sus miradas, pero después volvieron a sonreír.

Miraron al cementerio y comenzaron a recorrerlo nuevamente, vieron un gran árbol, y se recostaron en este, era un lugar cálido, donde el frío viento no molestaba tanto, y allí quedaron rendidas, al amanecer, las despertaron el movimiento de las ramas, se estiraron y con el cuerpo un poco adolorido se despidieron del lugar, prometiendo regresar la siguiente semana, y la siguiente, y la siguiente a esta, al árbol lo nombraron, "árbol madre" debido a su confortante calor, y su gran tamaño, siendo sus ramas las más grandes y gruesas de todo el cementerio.


Actualidad

Sus ojos se inundaron de lágrimas al recordar a su hermana, la cual tiempo después tuvo que marchar, no, no como uno de los tantos espíritus, ella tuvo que mudarse por razones escolares y familiares cuando tenía 18 años, actualmente las albinas tienen 22 años, pero aún así, llevan una alegre y valiente niña interior.

Después de soltar varías lágrimas la albina de ojos lila tomo su paraguas y se recostó aún más en el portón, vio la hora y eran las 2:59 espero a que el minuto avanzara y al ser las 3:00 comenzó a leer, su voz era mas alta, en realidad, estaba gritando, todo con el fin de que se escuchara adentro, las pocas personas que pasaban la miraban con pesar al ver el portón cerrado también, otros la veían como si vieran a una loca, pero no se acercaban, así continuó ella hasta acabar la pequeña historia.

La última frase fue tan pesada para ella, su voz estaba gastada, si es caso podía hablar, pero termino la historia, miro al cementerio con una sonrisa, formulo con sus labios una despedida, no podía hablar bien, pero ella regresaría la otra semana y leería otra historia, nada la detendría.

Unas pequeñas chicas visitaron este lugar oscuro, eran como lluvia en un desierto, nos hicieron sonreír, una desapareció afectándonos a todos, en especial al nombrado por ellas "árbol madre" pero la otra le brindó todo su amor y siguió viniendo, el día de hoy, no pudo entrar por el odioso guardia que decía que la debían meter a un manicomio por loca, pero aún así, logramos escuchar su delicada y tierna voz leernos un cuento, como si fuéramos niños pequeños, es hermoso que ella nos quiera y cuidé después de que nuestras vidas se fueron.

Ella es nuestro ángel guardián...


Ella es el ángel del cementerio...

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⏰ Última actualización: May 27, 2017 ⏰

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