Caramelo De Menta - One Shot

Caramelo De Menta

POV DONGHAE
¿Quien iba decir que una simple broma iba a acabar así?
EunHyuk jugaba en su laptop mientras yo estaba en la cama dando vueltas sin parar apunto de morir de aburrimiento.
-¡Hyuk! ¿Salimos? - pregunte con una voz dulce, espere su respuesta pero esta nunca llego, él estaba demasiado metido en su juego, lo había estado toda la mañana - ¡Hyuk! - llame más fuerte, odio ser ignorado, no pude contener más mi cólera y le arroje una almohada.
- ¡Au! - se quejo - ¿Qué te pasa Hae? - me pregunto indignado, cuando quien debería estar así era yo, mi novio me estaba cambiando por un juego.
- ¡Me estas ignorando! - le reclame.
- Hae amor, solo será un momento más, no quiero dejar que KyuHyun gane, luego seré tuyo ¿OK? - me dijo guiñando un ojo, se puso los audífonos, me dio la espalda y volvió a su maldito juego; patalee en la cama, grite e hice un berrinche cual niño de 5 años, odiaba ser ignorado y sobretodo por mi novio, pero esto no se iba a quedar así, me puse de pie y empecé a recorrer su habitación, me acerque al armario, EunHyuk odiaba el desorden y aquel armario seria mi venganza, saque una de sus chaquetas, me la probé y en el bolsillo encontré un paquete de caramelos de menta, "extra frescura" decía en la envoltura, saque uno y me lo metí en la boca, luego me acerque a la cama mi venganza ahora mismo estaba muy aburrida, abrí los cajones de la mesa de noche, en estos encontré una caja de condones y el lubricante que siempre usamos, mis mejillas se encendendieron, trague saliva y el fresco sabor de la menta recorrió mi garganta.
- ¡Ah! - salió de mi boca, seguido de un pequeño humo, aquella sensación era nueva para mi, me eche en la cama, EunHyuk aún jugaba, traía puesto un polo sin mangas negro, aquel que en algunas ocasiones había usado en < rock star >, aquel que dejaba ver sus bien trabajados brazos y parte de su espalda, aquella que tanto me gustaba, volví a tragar saliva al ver en su espalda una marca de mis uñas, la misma que debí hacerle un par de noches atrás, una vez más la sensación de la menta en mi boca, recorriendo mi garganta hasta llegar a mi estomago me invadió, una idea traviesa cruzo por mi mente, me levante, puse otro caramelo en mi boca, con cuidado y discreción me acerque hacia él, acaricie sus hombros intentando llamar su atención, él solo movió su cabeza sin siquiera voltear a verme, me acerque a su oído y sople, EunHyuk dio un respingo en su asiento.
- Amor dame solo un minuto más - dijo y de nuevo no volteo a verme, no podía resistir su manera de ignorarme, aquello no podía soportarlo más, gire bruscamente su silla - ¡Hae que te pasa! - me reclamo, sin darle tiempo a más me arrodille entre sus piernas, abrí los botones de su pantalón, baje su cierre, tire del borde de su bóxer y saque su miembro, lo tome entre mis manos - Hae - me dijo, mientras sus ojos se abrían cada vez más, pase mi lengua por mis labios, saboree el dulce otra vez e introduje su miembro en mi boca, sin pensarlo dos veces empecé a succionar, EunHyuk se aferraba a la silla y gemidos salían de él, saque su miembro de mi boca y sobre este sople el aliento de menta del caramelo - ¡Ah! Hae - soltó en un gemido, su respiración agitada, su frente sudando y la expresión en su rostro denotaban que había logrado mi objetivo, me mordí los labios y me levante.
- Sigue jugando - le dije masticando el dulce, sonreí y me aleje de él.
- Vamos Hae no me puedes dejar así - me dijo con la respiración aún agitada.
- Creí que querías jugar - le respondí sarcástico y me sente en la cama - Vamos juega, ya no te molesto más - continúe y me eche, mire el techo riendo por mi travesura y antes de siquiera notarlo sentí los labios de Hyuk sobre los míos y la presión de su ereccion contra mi.
- Claro que quiero jugar - dijo apenas acabo el beso - Pero contigo - susurro en mi oído haciendo que una corriente recorra toda mi espina dorsal, su mano se colo en mi pantalón, tocando aquella zona con la que pierdo la razón, nos separamos una vez más solo para quitarnos la ropa, una vez desnudos, nuestros cuerpos uno sobre el otro rozandose sin control, su miembro tocando al mio, sus manos recorriendo mi cuerpo y las mías en su espalda, sus labios recorriendo mi pecho y yo aguantando gemidos.
- Ah - solté cuando su boca atrapó mi pezón y jugo con el a su gusto, la botella de lubricante aún estaba en la cama, Hyuk la tomo, sonrió de lado y derramó el líquido en sus dedos, volvió a besarme mientras sus manos tanteaban mi entrada, mordí sus labios cuando el primer dedo entró, clave mis uñas en su espalda cuando el segundo entró, los movimientos que hacía me estaba volviendo loco - EunHyuk te quiero dentro - susurre en su oído.
- Pero Hae aún quiero jugar - dijo de nuevo, Hyuk intentaba devolverme la jugada por lo del caramelo, usando mi fuerza conseguí poner a EunHyuk debajo de mi, los caramelos de menta se encontraban en la cama, tome uno, lo metí en mi boca, me sente encima de él y me autopenetre - ¡Ahhh! - salió de EunHyuk y de mi al mismo tiempo, lo bese sin moverme y le pase el caramelo en el beso - Hae muévete - me susurro con una voz casi suplicante.
- ¿Creí que querías jugar? - le respondí y reí, mire su rostro, sus labios semiabiertos, el sudor en su frente y aquellos ojos que me miraban con deseo y por supuesto amor, la verdad era que yo tampoco podía más, empecé a moverme, primero lento y luego, cada vez más rápido, en el cuarto solo se podía escuchar el sonido de nuestros cuerpos chocando uno contra el otro y nuestros gemidos cada vez más profundos, entre besos ambos llegamos al orgasmo, caí encima de él, nuestras respiraciones aún agitadas, EunHyuk salió de mi, me puso a su lado y me abrazo.
- DongHae, mi amor, si así te vas a poner cada vez que juego lo haré más seguido - dijo riendo, golpee su pecho suavemente y reí con él.
- No te atrevas a volver a ignorarme Hyuk - le dije tajante, un puchero se dibujo en mi rostro, él solo río y me abrazo, aquel día no saldríamos, teníamos todo en aquella habitación, en aquella cama, uno en los brazos del otro y porque bueno, después de eso ambos estábamos muy cansados y yo no podía caminar muy bien.