Que vacía me siento cuando estás, y que llena me siento cuando no estas.
Era impresionante que estuvieses tan lleno; lleno de odio, lleno de asco, lleno de desgracia, lleno tan solo lleno. Tan lleno que un día reventarás.
Y es que tu único problema era que mi vacío no te llenaba y fue por eso que me abandonaste dejando mi alma indómita y etérea al borde de una tristeza infinita que nadie curó, cura ni curará.
Gracias.