Capítulo 4

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Louis estaba cansado, física y emocionalmente. No había podido ver a Harry en todo el día. Lo buscó en sus clases y no lo encontró. Miró su reloj de pulsera, eran las 9:00 de la noche. Esperaba que Harry ya estuviera en casa, necesitaba hablar con él. No podían seguir evadiendo lo sucedido la noche anterior.

Cerró los ojos, y los recuerdos de la noche anterior inundaron su mente. Podía recordar con exactitud cada toque de su lengua en el interior de su boca, el sabor adictivo de Harry, su caliente respiración. La pasión que compartieron en esos pocos minutos, el fuego que recorrió sus venas con cada movimientos de sus bocas. ¡Dios! Con sólo el recuerdo, un deseo incontrolable ardía bajo su piel, queriendo más, necesitando más. Quería decirle a Harry sobre los sentimientos que habían despertado en su interior, aunque no sabía lo que eran, quería que lo descubrieran juntos.

Suspiró, tal vez estaba soñando con qué esto entre ellos resultaría. ¡Cristo! Su corazón bailaba agitado en su pecho, quería decirle a Harry lo que sentía cada vez que lo veía. Por primera vez en su vida, quería arriesgarse por los sentimientos que crecían en su corazón. Y deseaba con todo su ser que Harry sintiera lo mismo, a pesar del beso, no estaba seguro de nada y tenía miedo.

Tomó sus llaves y abrió la puerta, la oscuridad en el pasillo lo desconcertó. Con pasos lentos caminó hasta la pequeña sala de estar del departamento y se quedó inmóvil. Sólo una lámpara iluminaba la escena frente a él. Un dolor agudo golpeó su pecho y sintió a su corazón romperse en mil pedazos. Intentó moverse, hacer algún ruido pero su cuerpo no respondió. Cerró los ojos intentado creer que sólo era su imaginación, que Harry no estaba en el sofá besando con desesperación a una tipa semidesnuda. Sus gemidos llenaron el ambiente, pero Louis no pudo abrir la boca para detenerlos. Sólo se quedó allí, con el alma destrozada viendo al hombre que amaba a punto de tener sexo con una desconocida.

¿El hombre que amaba?

¡Dios! Sí, amaba a su mejor amigo, no sabía cuándo comenzó hacerlo, pero lo hacía. Y el estúpido estaba allí, sobre el sofá, manchando el recuerdo de su beso con esto. A los gemidos de placer, otro igual al de un animal herido se escuchó en la habitación. Louis no se percató que era él el que hacía esos sonidos, pero no pudo evitarlo.

Los amantes se detuvieron y lo miraron sorprendidos. Louis sólo se fijo en los profundos ojos color verde. El dolor lacerante en su corazón era demasiado intenso y le era muy difícil respirar. Sus ojos acuosos sólo miraron a Harry unos segundos más antes de que Louis diera la vuelta y saliera del departamento, lágrimas de dolor rodaban por sus mejillas.


***

—Louis...—susurró Harry cuando lo vio salir del departamento.

No podía moverse, no podía apartar de su mente la mirada dolida en el rostro de Louis. La angustia y el dolor en esos ojos azules lo hicieron estremecerse. Se levantó de un salto y se alejó de la chica sobre el sofá. ¿Qué mierda había hecho? ¿Qué jodidos había pensado que estaba haciendo?

Se pasó las manos por los cabellos, le dolía el corazón cada vez que veía el agudo dolor en los ojos de Louis, y las lágrimas en su rostro lo hacían sentir peor.

—Ya se fue, Harry. Además no creo que sea la primera vez que tu amigo te ve en estas condiciones. —murmuró la chica, acariciando los pechos desnudos—. Ven aquí.

Harry se quedó quieto un minuto, y luego se inclinó, tomó la blusa de la chica del suelo y se la tiró encima. —Vete. Ya termínanos.

—Vamos, ¿Por qué te preocupa tanto lo que piense ese

tonto?

Harry la asió de los brazos y la puso de pie. —No vuelvas a llamarlo tonto, y lárgate de una vez. —la arrastró hasta la puerta y la empujó fuera.

—Hey, ¿Cuál es tu problema?

—Vete, maldición.

La mujer se puso su blusa y lo miró con desprecio. —Si tanto te importa tu amigo, deberías dejar de hacer esto. Eres un imbécil ¿lo sabías? Y no entiendo porqué él se enamoró de ti, si a ti sólo te gusta jugar con las personas.

—¿Enamorado de mí? ¿De qué demonios hablas?

La mujer se giró y lo miró por encima del hombro. —Si no te has dado cuenta al mirar el dolor en sus ojos, es que eres un completo idiota. —se alejó por el pasillo hacia las escaleras—. No vuelvas a llamarme.

Harry observó a Cindy alejarse, sin poder dejar de pensar en lo que ella dijo. ¿Louis lo amaba? Al volver a recordar las lágrimas que nublaban sus ojos, lo supo. ¡Joder! Había lastimado a la persona más importante de su mundo. Cerró la puerta y caminó hasta el estudio de pintura de Louis. Quitó la tela que cubría el lienzo en el caballete y jadeó sorprendido. A pesar de que no estaba terminado, la pintura era hermosa. Miró atentamente, y sacudió la cabeza. No podía ser él el hombre del cuadro. El hombre pintado en el lienzo era hermoso. Acercó sus dedos al lienzo, y se detuvo a unos milímetros recordando lo que Louis una vez le dijo. "Cuando pinto, dejo mi corazón en cada pincelada".

¿Louis lo amaba? Se preguntó nuevamente. Miró otra vez el lienzo y asintió. Sí, él lo amaba, y lo había dejado claro en cada pincelada. Se sentó en el sofá y miró hacia la noche. ¿Y él? ¿Qué sentía?

Recordó el beso, y lo que sintió cuando sus labios tocaron los de Louis. Había sido algo más que pasión y deseo. Lo había sentido en cada fibra de su ser. Pero ¿lo amaba?

Pensó en Louis y en el dolor reflejado en sus ojos, y su corazón se apretó con ese pensamiento. Imaginó no volver a ver a Louis nunca más, y se sintió enfermo. No podía, no podía pensar en eso. Louis era lo más importante que tenía en su vida. Y no podía perderlo, moriría si eso pasaba.

¡Dios! Lo amaba. Por fin podía ver con verdadera claridad los sentimientos que inundaban su pecho. Amaba a Louis, y había sido un estúpido al hacer lo que hizo.

Recordó lo que sintió al tener a Cindy bajo él, y sacudió la cabeza. No había sentido nada, ni deseo, ni pasión, nada. Los besos habían sido desenfrenados porque él intentaba excitarse y no había pasado nada. No había podido tener una erección, había estado flácido. Había tenido bajo su cuerpo a una mujer hermosa y deseable, y él no había sentido ningún deseo por ella.

Volvió a pensar en el beso de Louis, bajó la mirada y sonrió. Sólo Louis podía ponerlo duro. ¡Joder! Ese chico lo había estropeado para las mujeres. Sonrió. Le gustaba su amigo y le importaba una mierda lo que los demás pensaran de ello. Fijo su mirada en el lienzo, ahora necesitaba encontrar a su artista. Necesitaba encontrar a Louis. Tenía que pedirle perdón, tenía que decirle que lo amaba.

Con esa nueva determinación, salió corriendo del departamento en busca de su mejor amigo, y que esperaba se convirtiera pronto en su amante.

VOTEN Y COMENTEN MUCHO, PLIS. LOS AMO.

Lienzo Desnudo - Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora