Lienzo Desnudo - Larry

Capítulo 5

Louis no sabía cómo, pero había terminado en el parque cerca de su departamento, sentado bajo el árbol en que Harry y él pasaban las tardes de los domingos. Bajo las ramas de ese árbol, Louis se dedicaba a dibujar y Harry pasaba el tiempo adulando a las chicas.

El trayecto hasta este lugar lo había pasado sumergido en un desgarrador tormento, su mente había estado nublada por el dolor, y no sabía cómo había llegado hasta allí.

No podía borrar las imágenes de Harry con esa mujer. La escena se repetía en su mente, una y otra vez.

Una sonrisa vacía se dibujo en su rostro.

"Cuán estúpido había sido al pensar que Harry sentía lo mismo que él. Joder, a su amigo no le iban los hombres, y si así fuera, no se fijaría en un perdedor como Louis."

Cerró los ojos tratando de borrar todo lo vivido la última semana. Él solito se había metido en este lío, y se lo merecía. Pero, demonios, amaba a Harry. Lo amaba demasiado, y no podía seguir viendo el desfile de mujeres que pasaban por su habitación. No podía hacerlo.

Dolía demasiado, se sentía vacío y muy solo. ¿Por qué demonios había cambiado la amistad de ellos? Todo era culpa del estúpido Prof. Delacroix. Si él no le hubiera asignado ese proyecto, Harry no hubiera posado para Louis, y todo seguiría igual.

Pensó acerca de eso y sacudió la cabeza. Era mentira, tarde o temprano se habría dado cuenta de sus verdaderos sentimientos por Harry. Es por él que estar con Lizzy no se sentía correcto. Recibir el beso de Harry se había sentido perfecto, como si todas las piezas encajaran. Como si hubieran nacido para estar juntos.

Pero todo era una tontería. Todo había sido fruto de su imaginación. Limpió las lágrimas de su rostro e intentó calmar los gemidos de dolor que salían de su pecho. ¡Dios! El amor dolía demasiado.

No supo cuanto tiempo llevaba allí perdido en sus pensamientos cuando escuchó a alguien acercarse. Levantó el rostro y miró sorprendido a Harry a unos pasos de él, que inclinado y con las manos apoyadas sobre sus rodillas, intentaba calmar su agitada respiración. El sudor corría como ríos sobre su rostro, y su camiseta estaba húmeda por la transpiración.

—¿Harry?

—¡Al fin te encontré! —jadeando se acercó a Louis y se arrodilló frente a él—. Perdóname, por favor. —tomó sus manos en un firme asimiento—. He sido un idiota.

—¿Ya lo notaste? —murmuró Louis evadiendo su mirada.

—Sí, ya lo noté. —Harry hizo una mueca de dolor por el comentario, dejó libre una de sus manos, y tomó suavemente la barbilla de Louis, levantando su rostro—. Esta semana han sido los días más difíciles y confusos de mi vida. No sabía qué me pasaba, ni por qué no podía dejar de pensar en ti. —limpió las lágrimas y acarició la mejilla de Louis—. Has vuelto mi mundo de cabeza. La forma en que me haces sentir, me aterró.

Harry se acercó un poco más a Louis.

—Lamento mucho haberte lastimado como lo hice. Pensé que estando con una mujer, podía borrar todo lo que siento por ti. Pero me equivoqué. Nunca podría olvidar los sentimientos que provocas en mí.

—Te vi con ella, Harry. Y me dolió mucho.

—Lo sé, y lo siento. Pero no sentí nada con ella, tienes que saber eso, no sentí nada. No había el fuego que corre por mis venas cada vez que recuerdo tu beso. Joder, ni siquiera estaba duro. Ella fue un error que prometo no volver a cometer.

Louis asintió. —Te creo, pero aún no sé lo que sientes. Dices que estás confundido, pero yo no. Yo sé lo que siento por ti.

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