2-. Una chica guapísima

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- Todo empezó un día en el que estaba aburrido... muy aburrido.

Inuyasha

No sabía qué hacer, estaba tan desganado que hasta el no hacer nada no me gustaba. Muy a mi pesar decidí levantarme del sofá y buscar mi teléfono. Como bien sabe Kagome, soy un desastre organizando y, al final, después de buscar durante cierto tiempo y ponerme de mal humor lo encontré encima de la nevera.

Miré si había mensaje y, al ver que mis amigos habían hecho plan decidí quedar con ellos. Un tío que no conocía de nada pero era amigo de uno del grupo me pasaría a buscar a eso de las 12.

Volví al sofá y allí me quedé el resto del día hasta que decidí levantar y asearme un poco. Ese tío llegó poco tiempo después y me llevó a una discoteca que tenía un hedor a marihuana impresionante, pero aún así entré y me encontré con la verdad.

El bar estaba lleno de humo, chicas bailaban en un pequeño escenario mientras otras eran camareras. La gente de allí o eran motoristas o simples porreros. Arrugué el ceño.

Ese no era el sitio donde mis amigos habían quedado, era imposible, y mi corazonada se probó cuando la única cara conocida con la que me topé en todo el bar era la de Koga.

Koga Wolf, el nuevo amigo de Bankotsu. Mi amigo me pidió darle una oportunidad, ya que había salido del mundo de las drogas, y, como eran amigos desde la infancia, quería que los demás también lo aceptaran como un amigo. O por lo menos alguien con quien tomarte una cerveza.

Pero nunca confié en Koga, y ese día no iba a ser distinto. 

Me acerqué a él con cara de odio mientras él sonreía ladinamente a la camarera que le servía.

- Llegas tarde - me dijo

- Tu amigo no sabe conducir rápido - me encogí de hombros- realmente parece una abuela...

Sonreí sarcásticamente mientras me sentaba a su lado, me ofreció una cerveza, pero, no iba a beber nada de lo que hubiera en ese antro, por la simple razón de que no quería acabar drogado o fumando porros.

- ¿Dónde están los demás? - pregunté 

Ninguno de mis verdaderos amigos estaban allí, ni si quiera Bankotsu, solo Koga; solo Wolf y su pandilla.

- No lo sé - se encogió de hombros haciéndose el inocente- deben de haberse perdido.

Suspiré y volví a levantarme para luego mirarle retadoramente, me había levantado del sofá para hacer algo, no para pasar la noche sentado.

- Muévete, Koga, vamos a otro bar.

Él se rió por lo bajo, pero yo no quería seguir en ese lugar tan sucio. 

Una mujer se pegó a mí, me preguntó de todo y me dijo cosas que sonrojarían al peor de los mujeriegos pero, decidí ignorarla y salir lo más pronto de allí

En cuanto salí, vi a Koga y a sus cinco amigos detrás de mí. El bar de enfrente era totalmente distinto al que acabábamos de pisar, y decidí cruzar la calle y entrar.

Aquello parecía una pequeña discoteca, la música retumbaba por el lugar aunque solo hubiera una zona de baile, las luces eran tenues y cambiaban de color cada cierto tiempo, la pista era la zona más iluminada.

Si Bankotsu, Miroku y los demás iban a salir hoy, estarían en un sitio como este.

- Tal vez están por aquí - dijo Koga mirándome fijamente a los ojos- tal vez se han equivocado de bar y han entrado a este.

No era muy amigo de Koga, desde el primer momento en el que Bankotsu lo presentó no me dio una buena impresión. Y no me refiero a su pasado, eso me da lo mismo pero, sus ojos azules, esos ojos rasgados parecían calcular minuciosamente todo lo que hacía, no me gustaba la gente falsa.

El Malo (Inuyasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora