Capitulo 2.- El destino.

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Lauren: no – le dije cortante – por ahora – continúe mientras mis ojos se encontraban con los suyos –

Estiró su mano y yo tomé el final de sus yemas, ese simple tacto me llevo hasta la mitad de la pista de baile… solo ese simple tacto, no le podía hablar mucho menos fijar la mirada por mas de 5 segundos, ella jugaba conmigo y yo se lo permitía, terminó la canción y se demoro unos cuantos segundo en comenzar la otra, por lo que ella aprovecho para acercarse a mi y susurrarme al oído

Camila: por que tan nerviosa chica ruda?

No pude evitar sonreír con aquel final, chica ruda?... se me había olvidado hasta el nombre con su aroma, una nueva canción comenzó a sonar “Chocolate” de Kylie Minogue… me tomo las manos y se las llevo a la cintura mientras se giraba y su espalda se pegaba a mis pechos, deje de respirar con sus movimientos y al minuto cuarenta y cuatro de la canción se giro solo para susurrarme al oído “chocolat” con ese acento de ingles americano que a esas horas y con el vaso de whisky me hacían sentir… la canción siguió mientras ella conducía mis ritmos, ella siempre tan sensual con esa mirada que me mantenía atenta al color de sus ojos… así pasamos la canción yo vigilando el ritmo de su aroma mientras ella me envolvía con sus brazos y provocaba en mi mas cosas de las necesarias… cuando la canción acabo le hice gestos de calor con las manos, ella entendió de inmediato y tomando mi mano nuevamente me llevo hasta la salida donde se despidió de los guardias

Camila: el destino nos volvió a juntar

Lauren: - ahora era yo quien la conducía al otro lado de la calle hacía mi auto – entra o te congelarás

C: nunca pensé que te gustaran este tipo de lugares – entrando al auto

L: por lo de chica ruda? – cerrando su puerta para luego caminar rápido hacía el otro lado –

C: - rió, la pude escuchar – exactamente, no creo que este sea tu tipo de lugar

L: y cual es mi tipo de lugar según tu? – pregunte mientras me acomodaba en el asiento –

C: no lo se, muéstrame tu tipo de lugar – dijo mientras se abrochaba el cinturón de seguridad y se acomodaba en el asiento –

L: estás segura?

C: si…

L: ok, pero se que será un lugar que te sorprenderá

C: me encanta que me sorprendan

L: pero quiero que sea aun mayor tu sorpresa

C: - me miro extrañada –

L: quiero que cierres tus ojos hasta que lleguemos

C: que? no podré aguantar la curiosidad

L: bueno, entonces no podré llevarte

C: ya bueno, intentaré hacerlo

L: confió en ti – le dije mientras arrancaba el motor –

C: yo también – la mire y ella cerro los ojos y se quedo quieta –

Solo hay un lugar donde no necesito ser la cobra, donde no necesito ser Lauren… solo necesito ser ese yo inalcanzable en otros lugares o circunstancias, este lugar sobre la ciudad parece ser el limite entre la tierra y el cielo, aquí las luces parecen pequeñas luciérnagas inmóviles, no pude despegarle la mirada de encima, cada dos minutos preguntaba cuanto faltaba, yo solo me limitaba a reír y a tomarle a mano, ella por su parte me miraba con los ojos cerrados, apretaba fuerte mi mano por el camino de piedra que obligatoriamente tenía que pasar para llegar a nuestro destino, jamás había traído a nadie aquí, este era mi refugio y la hacía parte de este secreto de alguna manera, pero cuando me di cuenta ya tenía estacionado el auto frente a esta panorámica donde la luna nos abrazaba en una noche radiante… respire profundo pero antes de que yo pudiera pronunciar palabra, ella volvió a preguntar.

La mafia, ella y yo.-CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora